martes, 31 de enero de 2012

Y OTRO MAS.

Si, otro de los mas grandes, por ahora dejamos aquí su foto, a manera de acertijo. Que no hay tiempo para más.



viernes, 27 de enero de 2012

Otro de los grandes.



Un proyecto más se nos ocurre. Sería hablar un día, con un poco de detenimiento, de un gran escritor, otro de los grandes, de los grandes compañeros del Cepogordista, junto a Mopas, Pepe Queiroz, Julito, el gruñon Camilleri y los que se van uniendo, junto con los que están siempre. Hablamos ahora de Francisco García Pavón. El que esto escribe se topo con él por pura casualidad, en el campo. Teníamos permiso de mi padre para elegir los libros que nos apetecieran de una biblioteca familiar que se deshacía. Atraído por la colección Delfín de la editorial Destino, tan bien editada, y que reconocí enseguida en los polvorientos anaqueles de la biblioteca abandonada, me quedé con los tres tomos que aparecieron, una vez obtenidos los necesarios parabienes. El primero de ellos, Una semana  de lluvia, el segundo, El rapto de las Sabinas, los dos de Francisco García Pavón. Luego las tardes en el campo, los ratos de lectura a la sombra o ya por la noche hicieron el resto y conocí a Plinio, jefe de la PMT (Policía Municipal de Tomelloso) y a don Lotario, veterinario ilustrado e inseparable compañero del primero. Siguieron luego otros títulos, Las Hermanas Coloradas, El Reinado de Witiza, cuentos, y hace poco el extraordinario Los Liberales, relato autobiográfico. Nos contentamos por ahora con dejar aquí huella del autor, y de nuestro entusiasmo por sus libros. Sin atrevernos a más por el momento.


miércoles, 25 de enero de 2012

EL MUNDO REAL Y EL IMAGINARIO


El timbalero Alcides Radaelli aprovechaba los poemas sinfónicos de Richard Strauss para enviar mensajes en Morse a su novia, abonada al superpúlman, izquierda ocho.
Un telegrafista del Ejército, presente en el concierto por haberse suspendido el box en el Luna Park a causa del duelo familiar de uno de los contendientes, descifró con gran estupefacción la siguiente frase que brotaba a la mitad de Así hablaba Zaratustra: «¿Vas mejor de la urticaria, Cuca?
Julio Cortázar - Un tal Lucas.


Volvemos, una y otra vez, al temita de lo cotidiano versus lo imaginado literario. Tema inabarcable y que comienza a resultar casi insoportable, apenas interesante salvo que uno sea amante de los debates interminables cuya belleza reside a menudo en el puro arte de debatir mientras se toma a sorbos un cafecito y se argumenta al tiempo que uno gira dulcemente el cigarro entre los dedos. 

Créanme cuando les digo que éste es un debate inabarcable que apela a lo más profundo del ser humano atendiendo a cómo el hombre se interpreta así mismo, ni más ni menos y sin recurrir a términos griegos o latinos porque a uno, estando vivo y hablando español da pudor hacer uso de las lenguas muertas.

Para los positivistas defensores de una realidad única asentada en el boletín oficial y en la cuenta corriente la existencia de Alcides Radaelli y su "querida Cuca" no deja de ser el fruto de la imaginación desbocada de Cortazar destinada a ser disfrutada por un publiquito burgués más o menos bienintencionado que se pasa las tardes de invierno sentado en el sofá leyendo cuentos y conservando el orden y el concierto de una vidita gris ratón. 

¡Cuanto error! Afortunadamente el mundo real está construido y poblado por Alcides Radaelli y cucas enamoradas. Los que son un sueño, mas bien un pesadilla pasajera e insignificante son los banqueros y los políticos, los especuladores y toda esa gente "práctica" que mide el mundo con una reglita chica que al quebrarse ante un embate de la vida los deja inermes, en pelota, suspensos en su vacuidad.

Cortázar es (no en pasado, vive en su obra) un gran escritor no por su calidad técnica o su vigor poético, no por su imaginación ni su elegancia, que de todo eso tiene bastante. Cortázar es un gran escritor porque ve las otras dimensiones que conviven con nosotros y dialoga con sus habitantes igual que uno habla con un tipo que espera en la fila de la taquilla del cinematógrafo.

No se alarmen, no se trata de nada esotérico ni mágico, contamos con una palabra que define bien de lo que les hablo, sensibilidad.

Sanglier.




EL MOPAS

El Mopas no es otro que Guy de Maupassant, francés de Normandía, cazador, piragüista, aficionado al esgrima y al tiro con pistola, funcionario del ministerio de la marina y sobre todo escritor. Los cepogordistas le conocen sencilla y familiarmente como Mopas, o El Mopas. De la misma forma que se permiten tratar con cortés y educada familiaridad al más grande, al querido Pepe Queiroz, que no es otro que José María Eça de Queiroz. Los cepogordistas son así de confianzudos, pero todo dentro de un orden, y siempre con la nube de humo de por medio, que impone una distancia ligera, azulona y apenas perceptible, pero suficiente.

-¿Que estás leyendo? le pregunta un cepogordista a otro.

El aludido sujeta el cigarro con los dedos índice y corazón de la mano derecha, expele el humo del cigarro, y entornando los ojos contesta:

- Una genialidad del Mopas, una más.

Mopas es fuera de serie, uno más. Asombroso, variado, acerado, sentimental, duro, sensible, terrorífico, y gran conocedor de hombres y mujeres, sin que junto a lo más tenebroso falte nunca el sentido del humor, la belleza, la más delicada sensibilidad.
Recordamos al leer al gran Mopas al gran amigo que al hablarnos del escritor, con la mirada encendida y en muy breves palabras, nos lo volvió a poner en mente. Y de ahí a su lectura unos días.
Y como botón de muestra, el extraordinario principio de uno de sus extraordinarios relatos, titulado Palabras de amor.

Dimanche.
Mon gros coq chéri,
Tu ne m'écris pas, je ne te vois plus, tu ne viens jamais. Tu as donc cessé de m'aimer ? Pourquoi ? Qu'ai-je fait ? Dis-le-moi, je t'en supplie, mon cher amour ! Moi je t'aime tant, tant, tant ! Je voudrais t'avoir toujours près de moi, et t'embrasser tout le jour, en te donnant, ô mon coeur, mon chat aimé, tous les noms tendres qui me viendraient à la pensée. Je t'adore, je t'adore, je t'adore, ô mon beau coq.

Ta poulette,
SOPHIE












lunes, 23 de enero de 2012

Financiación de los partidos en España; la corrupción legalizada


Amaiur recibe 7.463 euros para seguridad y 148.859 para gastos

Los partidos se llevan 86.509.423 euros en subvenciones. PP y PSOE son los partidos que más fondos reciben.

Esta noticia recogida de la edición vespertina de LD deja muy claro cual es la triste realidad de la política española.

Mucho criticar al nacionalismo, mucha leña al separatismo, mucho desgarrarse el manto y cubrirse la cabeza con ceniza y al final nada, a repartirse el botín.

Hasta que no se reforme por completo la financiación de partidos, sindicatos y patronal y no vean ni un duro de las arcas públicas no hay solución.

Amaiur se lleva dinero, claro está, porque lo demás y muy especialmente PP y PSOE no quieren ni oir hablar de reformar una ley que les supone unos pingües beneficios.

Lo que más molesta es que nos traten de idiotas.


miércoles, 18 de enero de 2012

Pontevedra en palabras de Alvaro Cunqueiro, reconfortantes ahora que el invierno aprieta.

Por veces me tienta atribuir ciertas ciudades a una estación del año; hay ciudades que son del dorado otoño, como un vino de Borgoña, y otras ciudades las doy al estío o al invierno. Pontevedra, como Florencia y el albariño de Arbo, sea por siempre para la primavera. Pero —¿por qué no hacer más sutil el calendario?—, para la primavera romántica. Para la primavera romántica de la deliciosa aguada de Pietro María Baldi. Nunca he visto más bella a Pontevedra, y me place imaginar que también la encontró hermosa Cosme III de Médicis en aquella mañana del marzo de 1669: cuánto más que el río Lérez tiene el color mismo de los ojos de las pálidas y frías princesas de Orleáns...
«Pontevedra», Faro de Vigo, 18 de noviembre de 1950.
En El pasajero en Galicia, p. 168.


TODO TIEMPO PASADO


Respecto de la foto de un poco más abajo y del título de la entrada que se refería a una España mejor, queremos hacer una aclaración para que cesen ya los ataques y las agresiones de que estamos siendo objeto por parte de la horrenda muchedumbre que vigila con saña todo lo que en este modesto rollo se anota… No queríamos decir que todo tiempo pasado fuera mejor, no caemos en simplezas como esa, sabemos que de todo hay y no negamos que en algunas cuestiones se ha avanzado y hasta mucho. Sólo nos referíamos a que detrás de la sonrisa maravillosa de don Alvaro, de la terciada y más escondida de don José y de las gafas de don Gonzalo se encuentra tres obras literarias como tres castillos que son un regalo para quien sepa y pueda leerlas. Y preferimos esos tres monumentos literarios, con los que hemos pasado horas de verdadero gozo, sintiéndonos habitantes del mismo país, a las obras que nos ofrecen ahora, las de periodistas y divulgadores con poquito que decir. Les ahorramos nombres. No nos ataquen más, no, que no todo tiempo pasado fue mejor, lo sabemos.

(por cierto que los tres tienen aspecto limpio y nos gustan la pulcritud, el corte de los pantalones, la chaqueta de punto amplia, las americanas más ceñidas, la corbata sin mayor importancia, los cigarros en la mano, la ausencia de ropajes semideportivos, de telas supersónicas y licras de colores chillones).