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sábado, 25 de agosto de 2012

CUESTIONES VARIAS

La verdad es que pese a todo, al final las lecturas acaban siendo bastantes. Y al hilo de la lectura se da uno a veces de frente con cosas excepcionales, textos que le conmueven más de lo esperado, con son una sorpresa por encima incluso de la emoción que constituye la lectura a diario de tantos como han escrito bien.

Turguenev por ejemplo, que además no está falto de sentido del humor y tiene alguna expresión extraordinaria: cogote boyuno, para describir esos cuellos gruesos, como los de muchos de esos inmensos norteamericanos que parecen atrapados dentro de un cuello de camisa blanca, cerrado a presión, por encima del cual sobresalen los pliegues de la nuca que no puede esconder un pelo casi rapado. El cogote boyuno, suele ir acompañado, por delante, por una corbata roja, de nudo sin historias tirando a grandón.

Otra expresión de Turguenev de las que mueven a sonrisa, que leo en la maravilla que es Memorias de un cazador es esta: la cabeza enorme – una barrica de cerveza, como suele decirse- (…).

El dichoso corrector de ortografía, cuando me animo a contar con él, pretende, en lo que tal vez sea otro rasgo de humor, pero mucho más tosco y grosero que las sobrias y también delicadas y un poco evanescentes pinturas del ruso, cambiar Turguenev por turgente… En fin.

Leído en la pared de un cuarto de baño de cierto polígono industrial (no lean si se escandalizan fácilmente: La gran tronca pica piedra con el tacón. El tacón abraza un pie perfecto, reflejo de un cuerpo idéntico que es objeto de toda su atención y devoción, todo encaminado al perfecto caminar que le permitirá volver a picar piedra con brutal firmeza descaderada y ondulante. Lamer, lamer, lamer.

Así está la gente, que quieren que les diga.

Oída la expresión “llevar el niño a la parcela”…Hacía mucho que no la oía.

Cosas extraordinarias.

lunes, 11 de junio de 2012

El gran Wenceslao



De Wenceslao Fernández Florez esta genialidad:

“No es fácil escribir un libro de lecturas para la infancia. Muchos creen que para esto basta con que el autor carezca absolutamente de talento. Es un error. Hay en el mundo muchísimos tontos incapaces de producir esta clase de obras. Un tonto vulgar, un tonto que no rebase el nivel corriente de la tontería, no podrá nunca dar a luz un tomo de esa especie; hace falta ser un genio de lo ñoño, penetrar en los más profundos abismos de la pesadez, saber extraer la preciosa esencia del más idiota de los aburrimientos, y verterla en unas cuantas páginas.

Los libros de lecturas infantiles son un dique providencial opuesto a la audacia de los hombres. Todo el mundo sabe que la Naturaleza se defiende de mil maneras contra los atrevimientos del humano saber. Si no hiciese esto sus secretos serían bien pronto violados. Los libros de lectura de las escuelas son su arma principal y eficacísima. El cerebro mejor dispuesto después de varios repasos a Las tardes de Manolito, El niño bueno o El preceptor de Pepito, queda inútil para todo lo que no sea el servicio del Estado en las oficinas públicas. Manolito, Pepito y Florita son, en estas páginas, encarnaciones de lo imbécil. Si una subsiguiente educación no acudiera a manera de contraveneno espiritual, el mundo, lleno de esos seres, se haría insoportable.

Debía organizarse una Liga que protegiese a los chiquillos contra tales lecturas.”

Wenceslao Fernández Florez
Los ojos del diablo 
 

martes, 24 de abril de 2012

Crónicas de Doroteo


Nos informa Maupassant del baile de Mabille, fundado por un bailarín que se apellidada de esa manera y era por tanto Monsieur Mabille. Tuvo un éxito extraordinario durante la llamada monarquía de julio y el segundo imperio, en los años centrales  del silgo XIX parisino, hasta que cerró en 1875. En este lugar se bailó por primera vez el “can can”, no les digo más. Debió de ser un antro de perdición, no cabe duda. Nos hubiera encantado ir por lo menos una vez. En él triunfaban Celèste Mogador, Rose Pompon y Rigolboche… Debía de ser todo finura y comedimiento. La sala de baile se encontraba cerca de los campos Elíseos, en el paseo de las viudas, actual avenida Montaigne. ¡¡El paseo de las Viudas!! Mejor no pensar en ello ni tratar de sacarle puntada alguna, pues es materia más para un Villon, para nuestro siglo de oro o para un Cunqueiro.

El cepogordista no se va a tirar el farol a lo Baroja, dándoselas de hombre un tanto limitado, sencillo y aldeano, diestro con la cachaba y de pocas palabras. Baroja podía darse ese lujo, pero no vaya a ser en que el caso del cepogordista los demás acaben por estar de plenamente de acuerdo.

Que bien se está de la mano de Vita[1], dejándose conducir por su mirada, por la viveza y profundidad con que la posa sobre todas las cosas. Los ojos del cepogordista se abren y de repente se fijan con ella en esa flor entre dos rocas del altiplano asiático, al pie de las infinitas montañas dominadas por el monte Elbruz… Como le gustaría al cepogordista una hora de paseo con ella por un jardín persa, una jornada de viaje por esa región de Asia, el techo del mundo, o tal vez por algún jardín secreto de España. Pero claro, el cepogordista que no pierde del todo la lucidez en medio de sus ensoñaciones se dice que a él si que le gustaría, pero que tal vez a Vita un poco menos. Teme nuestro amigo enmudecer, y hacerse para ella, transparente, como el aire de las altas cumbres. Así que meditando un poco decide cambiar su condición de acompañante, de interlocutor improbable de Vita, por un año de peón jardinero en Sissinghurst, de primavera a primavera, seguro de que ella, dueña y artífice todo poderosa de ese jardín del edén inglés, no se opondría… “Pero que no pode las rosas…”

Recuerda el que escribe las ensoñaciones de su amigo Alcides, el conocido polígrafo, cuando delante de la jardinera de su piso en la ciudad provinciana dónde vive, explica con entusiasmo al visitante sus proyectos de jardinería: “Aquí la rosaleda, después de los parterres, los arriates cuidadísimos a lo largo de las tapias, los setos de boj o de mirto, todavía no sé…”. El visitante mira atónito pero con discreción a derecha e izquierda, sin comprender. Ve algunos tiestos en la terraza cubierta. Un único rosal en la jardinera tapa con su frondosidad primaveral, falto de poda, un lirio que aparece todos los años, y al levantar la vista, un poco más lejos, enseguida los tejados de la catedral, piedra gris, teja roja, y las agujas apuntando a un cielo límpido y helado, que anuncia como todos los años que la primavera no se atreve del todo todavía….




[1] Vita Sackville-West
Pasajera a Teherán
Traducción de Carlos Mayor
Paisajes narrados, 40
ISBN: 978-84-95587-64-0
Primera edición: 2010
Páginas: 357
Precio con IVA: 18,50 €

jueves, 29 de marzo de 2012

POEMA (principio del cuento La Moustache, de Guy de Maupassant)



Château de Solles, lundi 30 juillet 1883.

    Ma chère Lucie, rien de nouveau. Nous vivons dans le salon en regardant tomber la pluie. (...)




miércoles, 28 de marzo de 2012

martes, 13 de marzo de 2012

Dos mecenas españoles: Vicencio Juan de Lastanosa y Gaspar Remisa y Miarons

II. Gaspar Remisa y Miarons

Jenaro Pérez Villaamil y Duguet fue el paisajista romántico español por excelencia. Su actividad y su espíritu emprendedor son apabullantes. Pintor, viajero incansable, académico de Bellas Artes, director de esa academia, titular de la cátedra de paisaje, fue de hecho el primer profesor de paisaje en la Academia, pintor de cámara, profesor de arquitectura, fundador del Ateneo madrileño y del Liceo Artístico y Literario, etc. Fue asiduo de la tertulia que se reunía en el café el Parnasillo, reuniones que fueron decisivas en su carrera pues asistían a ellas escritores, pintores e incluso políticos, como Espronceda, Zorrilla o Larra, Esquivel, Madrazo, Ribera o Bravo Murillo. Un personaje apasionante en una España de grandes dificultades pero con mucha savia todavía. Remitimos para una información más completa y detallada al estupendo artículo de Isabel Ortega Fernández, Técnico de Museos, Museo Nacional del Romanticismo, publicado en la web de dicho museo en octubre del 2010 cuyo título es San Pablo de Valladolid 1846, dibujo a lápiz y acuarela de Jenaro Pérez Villaamil.

Entre las obras de Pérez Villaamil destaca el libro España Artística y Monumental, vistas y descripción de los sitios y monumentos más notables de España, cuya edición comenzó en París en 1842 en la editorial Hausser. No conocemos el libro, en el sentido de que no hemos tenido ningún ejemplar sobre las rodillas para poder ojearlo. Si hemos visto parte de su contenido en ediciones modernas que lo reproducen en parte y también ilustraciones sueltas. Se trata, en palabras de Isabel Ortega, de “la joya litográfica del romanticismo español que responde a la tipología de los libros de viaje de carácter pintoresco entonces tan en boga. Gracias al patrocinio del Marqués de la Remisa, Pérez Villaamil pudo llevar a cabo esta empresa a partir de dibujos de su propia mano y textos de Patricio de la Escosura”. Aquí aparece nuestro mecenas.

Hemos escudriñado un poco aquí y allá para intentar conocer algo más del personaje, aunque sólo sea un breve perfil. Creemos que Isabel Ortega se refiere a Gaspar Remisa y Miarons Bres y Querol, primer marqués de Remisa, simplemente, y no de la Remisa. Se trata de de lo que podría llamarse “un banquero del romanticismo”, como lo fue el marqués de Salamanca. Banquero y hombre de negocios, nación en Sant Hipólit de Voltregá, provincia de Barcelona, el tres de noviembre de 1784 y murió en Madrid el veintiséis de noviembre de 1847. Vicente López le pintó un retrato que puede verse, como no … en el museo del romanticismo. Algunas de sus actividades, algunos de sus cargos, honores y distinciones son los siguientes: director general del Tesoro de la reina María Cristina, ministro en el Consejo de Hacienda, senador para la provincia de Orense (1843-1844), senador del Reino vitalicio (1844) y académico de honor de la de San Fernando. Puede consultarse el expediente que sobre él existe en el Senado. Nosotros nos hemos limitado a consultar los datos que se facilitan por Internet. El autor es frívolo y sólo da pinceladas. Además existe una biografía del personaje, que se titula El marqués de Remisa. Un banquero de la época romántica, cuyo autor es Ramón de San Pedro, y fue editada por las publicaciones del Banco Atlántico (Barcelona 1953). No hemos empezado todavía con ella, por las razones antedichas.


La intervención de don Gaspar parece que fue decisiva para la edición del libro de Pérez Villaamil a que nos hemos referido antes, la “España artística y monumental” y de hecho le está dedicada por el autor. Se trata de un libro en tres volúmenes, de gran tamaño pues están editados en páginas de 57 x 40 centímetros e ilustrados con más de 100 litografías realizadas a partir de la pintura de Pérez Villaamil, por lo que no es difícil suponer que fue una obra muy cara de editar. Con ánimo de echarle el guante a una edición original hemos rebuscado por librerías de viejo y dado con un ejemplar. Como nos queda ahora grandecillo el precio, ofrecemos la reseña a nuestros lectores por si alguno se anima (aprovechen que los gastos de envío son de risa). La reseña está escrita en idioma inglés, pues el ejemplar localizado parece que lo tiene una librería de Londres y con bastantes errores y faltas que no corregimos para que vea el lector lo bárbaro que es el mundo, aunque el librero sabe de sobra lo que tiene entre manos, y el propio texto de la reseña es muy interesante:

Espana Artistica y Monumental, Vistas y Descripcion de los Sitios y Monumentos mas Notables de Espana.
VILLA-AMIL, Genaro Perez de. Esosura, Patricio de la.
Librería: Bernard J Shapero Rare Books, ABA ILAB (London, GL, United Kingdom)
Cantidad 1.
Descripción: En Casa de Albert Hauser Paris - 1850, 1842. 3 volumes in 2. Large folio. (57 x 40 cm). Lithograph pictorial title, printed titles for vols. I and III, blue part wrapper at front of vol. II, dedication to 'Al Excelentisimo Senor Don Gaspar Remisa, Marques de Remisa' and 143 monochrome and tinted lithograph plates after Villa-Amil by various lithographers including Bachelier and Bayot, each captioned in Spanish and French and with the discrete blindstamp: 'Espana artistica y monumental'. Parallel text in double columns in Spanish and French throughout. Plates and text misbound but complete. Contemporary brown morocco-backed marbled boards, banded spines with titles gilt in six compartments, yellow glazed endpapers. [Brunet II, 1057]. Complete set of Villa-Amil and Esosura's monumental survey of Spanish monuments and architecture. Originally issued in twelve parts, this survey is rarely found complete. The plates depict not only the major cathedrals, castles and monuments of Spain but also tombs, scenes of daily Spanish life including dances and people taking communion, costumes, street scenes and so on. Villa-Amil's large images fill the spaces depicted with life and few plates fail to incorporate people. Genaro Perez de Villa-Amil (1807 - 1854), the master of Spanish Romantic landscape painting was a friend of David Roberts who encouraged him to adopt 'pleine air' rather than his more academic style. He travelled widely, including visits to Puerto Rico, Flanders and Italy and was immensely prolific, producing some 8,000 paintings. 'Like many Romantics, he was attracted by ruins, cathedrals and castles dating from the Middle Ages and took pleasure in emphasizing the fantastical aspects of these structures. His picturesque views of Spain were typical of a trend among 19th-century Spanish painters who developed a fascination with the beauty of their own country and its customs.' (Benezit, 10, pg. 1066). 'Les planches de cet ouvrage sont de tres-belles lithographies'. (Brunet). Brunet II, 1057.
Precio: EUR 24.536,93
Gastos de envío: EUR 4.89
De Reino Unido a España

Hasta aquí hemos llegado. Nos ha gustado hablar bien de España al referirnos a cosas de la patria que son positivas, bien hechas, hermosas. Nos ha gustado también juntar en el mismo papel a dos personajes sin duda tan distintos como Lastanosa y Remisa, don Juan y don Gaspar, pero unidos a través de los siglos por su labor de mecenas de artistas y escritores de primera fila. Defectos los tendrían los dos, seguro, y alguien habrá que conozca los chismes, pero al menos dejaron para la posteridad algo positivo de sí mismos.

 NBF

lunes, 12 de marzo de 2012

Dos mecenas españoles: Vicencio Juan de Lastanosa y Gaspar Remisa y Miarons.



I. Vicencio Juan de Lastanosa
 
Evocación de dos mecenas españoles encontrados al hilo de lecturas dispersas. Información espigada de aquí y allá, primero de la lectura de textos que poco tenían que ver con ellos, luego una ojeada a la red (con bastante cuidado pues aparecen incoherencias y contradicciones) y de nuevo en algún libro de los de casa. De todo lo consultado (que tampoco es mucho, pues esto es más una evocación que el trabajo exhaustivo que uno hubiera deseado) destacamos el estupendo artículo de Isabel Ortega Fernández, Técnico de Museos del Museo Nacional del Romanticismo, publicado en la web de dicho museo en octubre 2010 cuyo título es San Pablo de Valladolid, comentario a una acuarela de Jenaro Pérez Villaamil, así como la Vida de Gracián que sirve de introducción a la edición de El Criticón, publicaba por la Fundación José Antonio de Castro y que firma Emilio Blanco.
Al leer esa breve “Vida” de Gracián descubrimos a Vicencio Juan de Lastanosa (1607-1681). Según explica Emilio Blanco, la ciudad de Huesca fue la patria literaria de Gracián, y oscense era Vincencio Juan de Lastanosa, que tuvo un papel importante en la vida del primero, del que fue amigo y protector. Unos años más joven que Gracián, Lastanosa fue el prototipo del mecenas barroco. De familia noble, gentilhombre[1] de la Casa del rey Carlos II, soldado competente, participó en las campañas contra Francia anteriores a la paz de los Pirineos en tiempos de Felipe IV, distinguiéndose en las acciones de Salsas en 1640 y Monzón en 1641, al mando de las tropas levantadas en Huesca. Escribió y es autor de las obras Museo de medallas desconocidas españolas (1645) y Tratado de la moneda jaquesa (1681). Pero sobre todo destaca como “protector de escritores y artistas” y porque “mantuvo contacto personal o epistolar con españoles y extranjeros y convirtió su casa en un cenáculo literario”. Varios textos de Gracián están dedicados a Lastanosa y existe correspondencia entre ambos. En una carta a Lastanosa citada por Emilio Blanco, Gracián se queja de la Corte: “Todo es embeleco, mentiras, gente soberbia y vacua”. Parece que la tertulia en casa de Lastanosa, que Gracián frecuentaba en sus épocas de Huesca, fue decisiva para su carrera como escritor. Formaban parte de las reuniones, además del propio Lastanosa, su hermano Orencio, un canónigo Salinas y el historiador Ustarroz, también protegido de Lastanosa. Nos dice Emilio Blanco que “junto a ellos, y especialmente junto a Lastanosa, Gracián comienza a sentirse escritor”. Al parecer la casa de Lastanosa contribuía también a todo aquél ambiente. Se trataba de un palacio en la ciudad de Huesca, “famoso por sus exquisitos jardines, por una bien dotada armería, por la colección de medallas y por la biblioteca (cerca de siete mil volúmenes)…”. La ilustración que puede verse representa la casa de Lastanosa tal y como la vio el acuarelista a finales del siglo XIX.

Lastanosa ocupa una pequeña entrada en la enciclopedia, de apenas unas líneas, como escritor y erudito español. Pocas líneas, que no hacen justicia a una labor social inapreciable. Tal vez su figura como escritor no tenga una importancia excesiva, pero lo que más nos interesa destacar y nos parece fundamental es su papel como eslabón central del entramado social de su ciudad. Lastanosa fue sin duda una de esas personas que hacen posible que florezca y se desarrolle el talento de otros, a los que animan e impulsan a trabajar para crear. Lo hacen con el estímulo directo del patrocinio consistente en la ayuda y medios materiales, pero sobre todo con el regalo de un círculo social estimulante, en el que poder desenvolverse recibiendo no sólo ánimos sino los estímulos para la labor creativa que puede producir el contacto con la actividad creativa y la obra de otros. No es sorprendente que Lastanosa tuviera en su casa de Huesca un jardín extraordinario. Cabe pensar que se necesiten cualidades parecidas para la creación y embellecimiento del jardín y para la creación y mantenimiento del cenáculo literario. No queremos decir con esto que Gracián fuera la zanahoria del huerto de Lastanosa. No hay que llevar las comparaciones a extremos.

A la muerte de Lastanosa, las vicisitudes sucesorias y los avatares familiares resultaron en la dispersión de su patrimonio, la venta de las colecciones (gabinete de curiosidades, colección de monedas, instrumentos ópticos –telescopios y microscopios-, armas, etc.), la desmembración de su biblioteca desperdigada por España y por otros países europeos. Parece que sus fondos originales se conocen hoy por la descripción de un catálogo cuyo original se conserva en Suecia. Finalmente, a finales del s. XIX el palacio mismo fue derribado. Los jardines, o un parte al menos, sobreviven en forma de parque público de la ciudad de Huesca.

El recuerdo de Lastanosa se conserva únicamente en dos capillas familiares, una en la Catedral, bajo la que hay dos criptas subterráneas en las que están enterrados Vincencio Juan de Lastanosa, su mujer Catalina, su hermano Juan Orencio y otros miembros de su familia, y una segunda capilla, construida por sus descendientes en la iglesia de SantoDomingo[2].



Según el diccionario de la Real Academia gentilhombre significa: “Hombre que servía en las casas de los grandes o en otras para acompañar al señor o a la señora”.
Gentilhombre de la casa era el que “acompañaba al rey después de los gentileshombres de boca”, siendo el de boca el “criado de la casa del rey, en la clase de los caballeros, que seguía en grado al mayordomo de semana, y cuyo destino propio era servir a la mesa del rey. Posteriormente solo acompañaba al rey cuando salía a la capilla en público o a otra fiesta de iglesia, y cuando iba a alguna función a caballo.
[2] Hay más información en http://www.lastanosa.com/ que está dedicada al personaje y su obra. De esta página hemos tomado prestadas las ilustraciones, que dejaremos de utilizar de inmediato si por hacerlos causamos alguna molestia.

domingo, 4 de marzo de 2012

La ilustre casa de Ramires

“Los tres amigos volvieron a emprender el camino de Villa-Clara. En el cielo blanco, una estrella lucía sobre Santamaría de Craquéde. El Padre Sueiro, con su quitasol bajo el brazo, recogiese a la Torre, lentamente, en el silencio y en la dulzura de la tarde, rezando las Avemarías y pidiendo la paz de Dios para Gonzalo, para todos los hombres, para los campos y casales adormecidos y para la tierra hermosa de Portugal, tan llena de gracia adorable, que bendita sea siempre entre todas las tierras.”

José María Eça de Queiroz, La Ilustre Casa de Ramires.
Edición de la Librería Nacional y Extranjera de Francisco Beltrán,
Calle del Príncipe, 16, Madrid, 1911


martes, 31 de enero de 2012

Y OTRO MAS.

Si, otro de los mas grandes, por ahora dejamos aquí su foto, a manera de acertijo. Que no hay tiempo para más.



viernes, 27 de enero de 2012

Otro de los grandes.



Un proyecto más se nos ocurre. Sería hablar un día, con un poco de detenimiento, de un gran escritor, otro de los grandes, de los grandes compañeros del Cepogordista, junto a Mopas, Pepe Queiroz, Julito, el gruñon Camilleri y los que se van uniendo, junto con los que están siempre. Hablamos ahora de Francisco García Pavón. El que esto escribe se topo con él por pura casualidad, en el campo. Teníamos permiso de mi padre para elegir los libros que nos apetecieran de una biblioteca familiar que se deshacía. Atraído por la colección Delfín de la editorial Destino, tan bien editada, y que reconocí enseguida en los polvorientos anaqueles de la biblioteca abandonada, me quedé con los tres tomos que aparecieron, una vez obtenidos los necesarios parabienes. El primero de ellos, Una semana  de lluvia, el segundo, El rapto de las Sabinas, los dos de Francisco García Pavón. Luego las tardes en el campo, los ratos de lectura a la sombra o ya por la noche hicieron el resto y conocí a Plinio, jefe de la PMT (Policía Municipal de Tomelloso) y a don Lotario, veterinario ilustrado e inseparable compañero del primero. Siguieron luego otros títulos, Las Hermanas Coloradas, El Reinado de Witiza, cuentos, y hace poco el extraordinario Los Liberales, relato autobiográfico. Nos contentamos por ahora con dejar aquí huella del autor, y de nuestro entusiasmo por sus libros. Sin atrevernos a más por el momento.


miércoles, 25 de enero de 2012

EL MUNDO REAL Y EL IMAGINARIO


El timbalero Alcides Radaelli aprovechaba los poemas sinfónicos de Richard Strauss para enviar mensajes en Morse a su novia, abonada al superpúlman, izquierda ocho.
Un telegrafista del Ejército, presente en el concierto por haberse suspendido el box en el Luna Park a causa del duelo familiar de uno de los contendientes, descifró con gran estupefacción la siguiente frase que brotaba a la mitad de Así hablaba Zaratustra: «¿Vas mejor de la urticaria, Cuca?
Julio Cortázar - Un tal Lucas.


Volvemos, una y otra vez, al temita de lo cotidiano versus lo imaginado literario. Tema inabarcable y que comienza a resultar casi insoportable, apenas interesante salvo que uno sea amante de los debates interminables cuya belleza reside a menudo en el puro arte de debatir mientras se toma a sorbos un cafecito y se argumenta al tiempo que uno gira dulcemente el cigarro entre los dedos. 

Créanme cuando les digo que éste es un debate inabarcable que apela a lo más profundo del ser humano atendiendo a cómo el hombre se interpreta así mismo, ni más ni menos y sin recurrir a términos griegos o latinos porque a uno, estando vivo y hablando español da pudor hacer uso de las lenguas muertas.

Para los positivistas defensores de una realidad única asentada en el boletín oficial y en la cuenta corriente la existencia de Alcides Radaelli y su "querida Cuca" no deja de ser el fruto de la imaginación desbocada de Cortazar destinada a ser disfrutada por un publiquito burgués más o menos bienintencionado que se pasa las tardes de invierno sentado en el sofá leyendo cuentos y conservando el orden y el concierto de una vidita gris ratón. 

¡Cuanto error! Afortunadamente el mundo real está construido y poblado por Alcides Radaelli y cucas enamoradas. Los que son un sueño, mas bien un pesadilla pasajera e insignificante son los banqueros y los políticos, los especuladores y toda esa gente "práctica" que mide el mundo con una reglita chica que al quebrarse ante un embate de la vida los deja inermes, en pelota, suspensos en su vacuidad.

Cortázar es (no en pasado, vive en su obra) un gran escritor no por su calidad técnica o su vigor poético, no por su imaginación ni su elegancia, que de todo eso tiene bastante. Cortázar es un gran escritor porque ve las otras dimensiones que conviven con nosotros y dialoga con sus habitantes igual que uno habla con un tipo que espera en la fila de la taquilla del cinematógrafo.

No se alarmen, no se trata de nada esotérico ni mágico, contamos con una palabra que define bien de lo que les hablo, sensibilidad.

Sanglier.




EL MOPAS

El Mopas no es otro que Guy de Maupassant, francés de Normandía, cazador, piragüista, aficionado al esgrima y al tiro con pistola, funcionario del ministerio de la marina y sobre todo escritor. Los cepogordistas le conocen sencilla y familiarmente como Mopas, o El Mopas. De la misma forma que se permiten tratar con cortés y educada familiaridad al más grande, al querido Pepe Queiroz, que no es otro que José María Eça de Queiroz. Los cepogordistas son así de confianzudos, pero todo dentro de un orden, y siempre con la nube de humo de por medio, que impone una distancia ligera, azulona y apenas perceptible, pero suficiente.

-¿Que estás leyendo? le pregunta un cepogordista a otro.

El aludido sujeta el cigarro con los dedos índice y corazón de la mano derecha, expele el humo del cigarro, y entornando los ojos contesta:

- Una genialidad del Mopas, una más.

Mopas es fuera de serie, uno más. Asombroso, variado, acerado, sentimental, duro, sensible, terrorífico, y gran conocedor de hombres y mujeres, sin que junto a lo más tenebroso falte nunca el sentido del humor, la belleza, la más delicada sensibilidad.
Recordamos al leer al gran Mopas al gran amigo que al hablarnos del escritor, con la mirada encendida y en muy breves palabras, nos lo volvió a poner en mente. Y de ahí a su lectura unos días.
Y como botón de muestra, el extraordinario principio de uno de sus extraordinarios relatos, titulado Palabras de amor.

Dimanche.
Mon gros coq chéri,
Tu ne m'écris pas, je ne te vois plus, tu ne viens jamais. Tu as donc cessé de m'aimer ? Pourquoi ? Qu'ai-je fait ? Dis-le-moi, je t'en supplie, mon cher amour ! Moi je t'aime tant, tant, tant ! Je voudrais t'avoir toujours près de moi, et t'embrasser tout le jour, en te donnant, ô mon coeur, mon chat aimé, tous les noms tendres qui me viendraient à la pensée. Je t'adore, je t'adore, je t'adore, ô mon beau coq.

Ta poulette,
SOPHIE












miércoles, 18 de enero de 2012

Pontevedra en palabras de Alvaro Cunqueiro, reconfortantes ahora que el invierno aprieta.

Por veces me tienta atribuir ciertas ciudades a una estación del año; hay ciudades que son del dorado otoño, como un vino de Borgoña, y otras ciudades las doy al estío o al invierno. Pontevedra, como Florencia y el albariño de Arbo, sea por siempre para la primavera. Pero —¿por qué no hacer más sutil el calendario?—, para la primavera romántica. Para la primavera romántica de la deliciosa aguada de Pietro María Baldi. Nunca he visto más bella a Pontevedra, y me place imaginar que también la encontró hermosa Cosme III de Médicis en aquella mañana del marzo de 1669: cuánto más que el río Lérez tiene el color mismo de los ojos de las pálidas y frías princesas de Orleáns...
«Pontevedra», Faro de Vigo, 18 de noviembre de 1950.
En El pasajero en Galicia, p. 168.


miércoles, 28 de diciembre de 2011

El tercer número, todavía.

Vintila Horia, el triunfo de la razón

La biografía de Vintila Horia se nos ofrece como un trágico mosaico del siglo veinte.

Los avatares del escritor rumano resultan un ejemplo esclarecedor de la barbarie y la ruina moral que presidio la primera mitad y la idiocia y manipulación que reinaron en la segunda.

Apresado por el ejército alemán en Viena e internado en un campo de concentración por su condición de funcionario del gobierno del Mariscal Antonescu que había negociado para Rumanía un armisticio con los aliados fue liberado por las tropas inglesas y enviado junto a su mujer a Bolonia donde  logra sobrevivir gracias a su ingenio y la amistad de Papini. Parte hacia la Argentina residiendo durante cinco años en Buenos Aires donde subsiste como profesor de literatura y  pule una lengua española aprendida con dotes de prestidigitador.

Ganador del Goncourt con su exquisita novela "Dios ha nacido en el exilio", renunció al premio tras la campaña de persecución orquestada por el comunismo internacional e instigada desde el gobierno pro-soviético de Rumanía que le acusaba de fascista y reaccionario. Reside en Paris y Madrid para instalarse finalmente en Collado Villalba donde vive desde  mediados de los años cincuenta hasta su muerte en mil novecientos noventa y dos.

Con semejante trayectoria vital no debe extrañarnos que el exilio y la experiencia vital del exiliado conforman los ejes de de su temática literaria. Dotado de una capacidad poco común alimentada por una sólida formación intelectual y moral, Vintila Horia se fraguó como todo gran literato en el duro yunque de los grandes problemas de la condición humana.

Empleando a menudo modelos históricos (Ovidio, El Greco, Rilke...) Vintila Horia enfrenta al lector con los problemas universales que agitan el alma; el sentido de la vida, la orientación personal, el dominio de la pasión, la conciencia.

La experiencia del exilio y la condición del exiliado sirven de pretexto o más bien de escenario para ir desliando los otros nudos de la problemática humana.

Sus personajes hacen del exilio un camino de perfección, una experiencia que el propio autor ha conocido ya ha aprendido a digerir, un apartarse de si mismo, de su raíz material para autoexiliarse de un mundo que no siente como suyo.

Su experiencia personal le conduce a una mayor superación intelectual. Del mismo modo que los llamados a la santidad se elevan por encima de sus debilidades humanas ayudados por una gracia especial y sumamente eficiente, aquí el intelectual conducido al exilio permanente y la persecución se sobrepone fortaleciendo su arsenal intelectual y moral e interponiendo la razón a la barbarie, la poesía a la mentira la fe -el bien- a la desesperanza del mundo materialista -el mal-.

Frente a la persecución nacionalsocialista primero y comunista después, frente al silencio cómplice de los seguidores de una u otra consigna, Vintila Horia se esfuerza en conocer y comprender más y mejor. Estudia, medita, lee, escribe y todo ello le conduce hacia la única verdad y ésta le mueve a vivir de una forma concreta.

No es un esfuerzo pedante ni un ansia de hueca erudición, es la profundización a través de la razón, la necesidad intima de entender y buscar su lugar en el mundo a la espera de ascender la escalera hacia el cielo.

Amante de la tradición y defensor de la cultura occidental de raíz greco-romana y cristiana, para Vintila Horia el modelo más acabado del esfuerzo poético del hombre lo representa el sueño del Imperio Español.

En su novela Un sepulcro en el cielo (Madrid, 1987) se sirve de El Greco para trazar una historia de superación personal que nos apela profundamente. Su capacidad poética le permite trazar la puesta en escena con belleza y eficacia, ahora bien es cuando llegamos al fondo, a la reflexión íntima que todo escritor digno de tal nombre nos hace a través de su obra, cuando Vintila Horia destaca aún más y nos muestra su faceta de gran literato, de pensador serio, de poeta profundo.

Con una pluma fácil y un estilo preciso nos lleva desde lo particular -el drama personal de El Greco- hasta lo universal - el drama del imperio español- proclamando como única salida vital la adhesión a la certeza del mensaje de Cristo y la promesa de la vida eterna.

Es triple, en resumen, la satisfacción que produce la lectura de Vintila Horia; en primer lugar nos entretiene inteligentemente y con ello da cumplida cuenta de lo definido por Somerset Maugham como función de la literatura, en segundo lugar nos hace plantearnos cuestiones esenciales y en tercer lugar nos hace disfrutar de la belleza estética de su creación poética.

Conociendo el escasísimo nivel intelectual y la nula altura moral de los que abrevan en los pesebres oficiales de la España actual no es de extrañar que autor tan sublime haya sido víctima del olvido por parte de la intelectualidad oficial.

A poco menos de veinte años de su muerte, Vintila Horia es hoy un escritor que continúa su exilio en este mundo. Pese a ser autor de una importante y rica bibliografía su obra está en gran parte agotada y salvo la honrosísima excepción de Ciudadela/El Buey Mudo que ha emprendido la re-edición de tres de sus novelas; Dios ha nacido en el exilio, El caballero de la resignación y Un sepulcro en el cielo , Vintila Horia es un autor apartado de la escena literaria y se nos presenta como un caso similar a los vergonzosos ocultamientos de Aquilino Duque, Rafael Sánchez-Mazas o Agustín de Foxá por poner tres ejemplos de los muchos que podrían citarse.

Las causas de este ostracismo son, como casi siempre, una combinación de maldad y estupidez.

Al hablar de maldad me refiero al mal, es decir la obra de los que rinden culto a lo oscuro y al hablar de estupidez me refiero al escaso valor moral y valentía empresarial de aquellos que no publican a un autor por creer que "eso ya no se vende" o bien se trata de una "novela pasada de moda", como si la buena literatura conociera de modas y cómo si el verdadero lector necesitara del crítico de turno para saber lo que es bueno y lo que sencillamente resulta ilegible.

Aquellos que censuran por el mero hecho de que un autor se vincule con una determinada adscripción política (de forma totalmente errónea) o bien por que su obra contenga términos tales como Dios, Imperio, Fe, Razón, son a menudo los que ensucian las páginas de los periódicos y las publicaciones defendiendo la libertad de expresión y la superioridad moral de la intelectualidad progresista. A la maldad unen la ignorancia ya que la razón manifestada a través de la creación supone un acto esencialmente humano y por tanto libre.

Esta reflexión puede parecer un ejercicio de idealismo inútil ya que si la obra no es publicada y difundida su belleza, el bien inherente a su lectura deja de actuar.

No podemos negar que esto es cierto durante un tiempo más o menos largo, pero la Historia nos enseña que todo autor notable deja una huella indeleble y que su obra más tarde o más temprano acaba por recibirse y re-editarse ya que como en todos los aspectos de la vida lo verdaderamente sublime, como el bien, acaba venciendo.

Esta esperanza, si bien reconfortante no nos resulta suficiente y es por ello por lo que desde estas páginas del humilde Cepo Gordo queremos recordar la figura de Vintila Horia y recomendar encarecidamente su lectura convencidos de que leer las obras de los buenos autores es la única forma de sobrevivir entre la mediocridad reinante y que elevar la cabeza hacia el cielo no provoca dolores cervicales sino que permite airear el cerebro y ver que mas allá de la masa y la materia existe un firmamento plagado de estrellas sobre el que reina un sol cuya luz no conoce fin.

Sanglier.
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Ediciones disponibles en español:
Dios ha nacido en el exilio, Ciudadela Libros Madrid 2008.
El caballero de la resignación, Ciudadela Libros, Madrid 2008.
Un sepulcro en el cielo, El Buey Mudo, Madrid 2010.

jueves, 22 de diciembre de 2011

Clásicos - No se yo por qué, pero estos versos me suenan como a pura España, que buen decir y que gracia.


Hermana Marica,
Mañana, que es fiesta,
No irás tú a la amiga
Ni yo iré a la escuela.

Pondraste el corpiño
Y la saya buena,
Cabezón labrado,
Toca y albanega;

Y a mí me podrán
Mi camisa nueva,
Sayo de palmilla,
Media de estameña;

Y si hace bueno
Trairé la montera
Que me dio la Pascua
Mi señora abuela,

Y el estadal rojo
Con lo que le cuelga,
Que trajo el vecino
Cuando fue a la feria.

Iremos a misa,
Veremos la iglesia,
Darános un cuarto
Mi tía la ollera.

Compraremos dél
(Que nadie lo sepa)
Chochos y garbanzos
Para la merienda;

Y en la tardecica,
En nuestra plazuela,
Jugaré yo al toro
Y tú a las muñecas

Con las dos hermanas,
Juana y Madalena,
Y las dos primillas,
Marica y la tuerta;

Y si quiere madre
Dar las castañetas,
Podrás tanto dello
Bailar en la puerta;



Y al son del adufe
Cantará Andrehuela:
No me aprovecharon,
madre, las hierbas.

Y yo de papel
Haré una librea
Teñida con moras
Porque bien parezca,

Y una caperuza
Con muchas almenas;
Pondré por penacho
Las dos plumas negras

Del rabo del gallo,
Que acullá en la huerta
Anaranjeamos
Las Carnestolendas;

Y en la caña larga
Pondré una bandera
Con dos borlas blancas
En sus tranzaderas;

Y en mi caballito
Pondré una cabeza
De guadamecí,
Dos hilos por riendas;

Y entraré en la calle
Haciendo corvetas,
Yo y otros del barrio,
Que son más de treinta;

Jugaremos cañas
Junto a la plazuela,
Porque Barbolilla
Salga acá y nos vea;

Bárbola, la hija
De la panadera,
La que suele darme
Tortas con manteca,

Porque algunas veces
Hacemos yo y ella
Las bellaquerías
Detrás de la puerta.

Luis de Góngora y Argote

martes, 6 de diciembre de 2011

Más cosas del segundo número. Las recomendaciones del 2009 bien sirven para el 2011.



RECOMENDACIONES LITERARIAS PARA UN OTOÑO LLUVIOSO

CUANDO LLEGA EL FRIO Y ARRECIA LA TORMENTA  LO MEOR ES REFUGIARSE EN LA MADRIGUERA Y SENTARSE FRENTE A LA CHIMENEA CON UN BUEN LIBRO Y UN CIGARRO SUAVE...Y DE NO HABER ALCANZADO LA EDAD PARA LANZAR AL AIRE EL HUMO AZUL, BIEN VALE UNA BUENA TAZA DE CHOCOLATE CALIENTE.

Para padres deseosos de formar niños cultos, educados y sensibles. Para tíos que desean evitar la pesadilla tecnológica, para abuelos que no deseen arruinar el cerebro de sus nietos y para cualquier amante de la imaginación y la belleza, ahí van unas cuantas recomendaciones de clásicos infantiles de fácil adquisición en cualquier librería hispana.

HISTORIAS DE WINNY DE PUH
A.A.Milne.
Editorial Valdemar, Madrid 2006.

EL VIENTO EN LOS SAUCES
Kenneth Grahame.
Editorial Valdemar, Madrid 2003 (tapa dura y magnificas ilustraciones) y Madrid 2008 (tapa blanda).

Aventuras de Alicia en el País de las Maravillas / Al otro lado del espejo
Lewis Carroll
Ediciones Valdemar 2006.
EL DRAGON PEREZOSO
Kenneth Grahame.
Editorial Parramon 2004

EL DISPARATARIO (The book of nonsense)
Edward Lear
Tusquets Editores 1984


PETER PAN
James Barrie
Editorial Valdemar 2001 (tapa dura) y 2004 tapa blanda
Y especialmente para las niñas...que siempre son, como sus mamas, tan particulares, un clásico de una gran dama rusa contemporánea de nuestro admirado Balzac… seguro que a las abuelitas les trae agradables recuerdos...

Les Malheurs de Sophie, La fortune de Gaspar, Le general Dourakine, Un bon petite diable, etc...
Comtesse de Segur. Hay una edición de las obras completas en 3, Relie 2009.

EN PROXIMAS ENTREGAS RECOMENDAREMOS OBRAS DEL RICO ARSENAL HISPANICO Y MUCHAS MAS DE LA TRADICION CLASICA PARA NIÑOS Y PADRES POR IGUAL.