jueves, 15 de marzo de 2012

CUATRO PUNTALES


CUATRO PUNTALES
(Marcos Manuel - Valderrama)

Cuatro puntales sostienen la catedral del toreo,
cuatro torres andaluzas esculpidas por el genio:
Juan Belmonte, Joselito, Rafael Gallo hechicero,
y un Manuel, Manuel Rodríguez “Manolete”, ¡qué torero!
Los cuatro grandes del toro, ¡ay que pena de no verlos!
Cartel de feria exclusivo del empresario del cielo.

El que quiera ver toritos que suba al cielo,
que se han juntado lo mejor y más puro de los toreros.

Apoderado del llanto, ven a firmar el recuerdo,
que Juan, ciclón de Triana, el terremoto torero,
ha desdeñado la carne para hacerse monumento.

Apoderado del llanto, ven a firmar el recuerdo,
que José, aquel Joselito catedrático torero,
olvidó una asignatura y se hizo cartel eterno.

La afición ha perdido cuatro toreros, cuatro toreros,
de luto esta la tierra, de fiesta el cielo.
De fiesta el cielo, ¡madre!, porque en la gloria, porque en la gloria,
se juntó lo mas puro que dio la historia.

Apoderado del llanto, ven a firmar el recuerdo,
que se ha quitado la luna las nubes con un sombrero
para hacerle a Rafael un brujo quite flamenco.

No me firmes el recuerdo, ¡no me firmes el recuerdo!
que aquello que vi en Linares yo no concibo creerlo.

Dame por espada el rayo,
dame por muleta el trueno,
que quiero ver si consigo
matar la sombra de Islero.

“Torera”, José dijo a Rafael,
“Dale una larga torera”,
Y Juan le dijo a Manuel:
“En nuestra fuente hay solera
para el que quiera aprender".

martes, 13 de marzo de 2012

A VUELTAS CON EL 11-M - II

En mi entrada de ayer comentaba las lamentables declaraciones del Fiscal General del Estado a propósito de la investigación del 11-M.

Mi crítica se basaba en la doblez que mostraban las manifestaciones y el uso de términos equívocos y conceptos dudosos para emborronar aún más el muy embrollado asunto.

Resulta revelador el artículo publicado hoy en el diario La Gaceta por D. José María de Pablo, abogado penalista y autor del ensayo "La Cuarta Trama". 
Este señor, que conoce el asunto en detalle por haber participado en el proceso en calidad de abogado, aclara que la investigación judicial del 11-M se mantiene abierta en un procedimiento aparte dónde en teoría se siguen investigando los numerosos vacíos que no se lograron llenar en la instrucción del caso. 

Siendo esto así se entienden aún menos las declaraciones de ayer del Fiscal General. O bien desconoce la situación procesal del asunto, lo cual sería muy grave ya que se trata de una de las cuestiones fundamentales en la España actual, o bien lo conoce y calla, lo cual es aún más grave todavía.

Si existen diligencias abiertas y surgen nuevas pruebas (como el foco hallado hace pocos días) ¿porqué se nos habla de una "verdad jurídica" y se esgrime  el principio de "cosa juzgada" como el sonajero de un médico de la tribu africano?.

A la luz de estos hechos y tras la oportuna explicación del abogado José María de Pablo, nos parece que se confirma la sensación de encontrarnos ante un supuesto de manipulación dialéctica con la clara intención de despistar y "marear la perdiz".

El problema es que el 11-M es un asunto muy grave y de hondas consecuencias políticas y jurídicas. Prestarse a tapar la realidad, aunque fuera con buena intención, cosa que dudo, no puede conducir más que al desastre.

La Historia nos demuestra con machacona insistencia que todas las veces que se ha tratado de tapar o esconder una verdad, el asunto siempre acaba dando la espalda a los manipuladores y se termina manifestando de forma inesperada e incómoda.

Las víctimas, los españoles de bien y todo aquel que posee un mínimo sentido de justicia, se merecen que se diga la verdad y se expliquen las cosas con claridad y rigor.

Todo lo demás no hará sino agravar una situación que al día de hoy se nos antoja insoportable.

Sanglier.

Dos mecenas españoles: Vicencio Juan de Lastanosa y Gaspar Remisa y Miarons

II. Gaspar Remisa y Miarons

Jenaro Pérez Villaamil y Duguet fue el paisajista romántico español por excelencia. Su actividad y su espíritu emprendedor son apabullantes. Pintor, viajero incansable, académico de Bellas Artes, director de esa academia, titular de la cátedra de paisaje, fue de hecho el primer profesor de paisaje en la Academia, pintor de cámara, profesor de arquitectura, fundador del Ateneo madrileño y del Liceo Artístico y Literario, etc. Fue asiduo de la tertulia que se reunía en el café el Parnasillo, reuniones que fueron decisivas en su carrera pues asistían a ellas escritores, pintores e incluso políticos, como Espronceda, Zorrilla o Larra, Esquivel, Madrazo, Ribera o Bravo Murillo. Un personaje apasionante en una España de grandes dificultades pero con mucha savia todavía. Remitimos para una información más completa y detallada al estupendo artículo de Isabel Ortega Fernández, Técnico de Museos, Museo Nacional del Romanticismo, publicado en la web de dicho museo en octubre del 2010 cuyo título es San Pablo de Valladolid 1846, dibujo a lápiz y acuarela de Jenaro Pérez Villaamil.

Entre las obras de Pérez Villaamil destaca el libro España Artística y Monumental, vistas y descripción de los sitios y monumentos más notables de España, cuya edición comenzó en París en 1842 en la editorial Hausser. No conocemos el libro, en el sentido de que no hemos tenido ningún ejemplar sobre las rodillas para poder ojearlo. Si hemos visto parte de su contenido en ediciones modernas que lo reproducen en parte y también ilustraciones sueltas. Se trata, en palabras de Isabel Ortega, de “la joya litográfica del romanticismo español que responde a la tipología de los libros de viaje de carácter pintoresco entonces tan en boga. Gracias al patrocinio del Marqués de la Remisa, Pérez Villaamil pudo llevar a cabo esta empresa a partir de dibujos de su propia mano y textos de Patricio de la Escosura”. Aquí aparece nuestro mecenas.

Hemos escudriñado un poco aquí y allá para intentar conocer algo más del personaje, aunque sólo sea un breve perfil. Creemos que Isabel Ortega se refiere a Gaspar Remisa y Miarons Bres y Querol, primer marqués de Remisa, simplemente, y no de la Remisa. Se trata de de lo que podría llamarse “un banquero del romanticismo”, como lo fue el marqués de Salamanca. Banquero y hombre de negocios, nación en Sant Hipólit de Voltregá, provincia de Barcelona, el tres de noviembre de 1784 y murió en Madrid el veintiséis de noviembre de 1847. Vicente López le pintó un retrato que puede verse, como no … en el museo del romanticismo. Algunas de sus actividades, algunos de sus cargos, honores y distinciones son los siguientes: director general del Tesoro de la reina María Cristina, ministro en el Consejo de Hacienda, senador para la provincia de Orense (1843-1844), senador del Reino vitalicio (1844) y académico de honor de la de San Fernando. Puede consultarse el expediente que sobre él existe en el Senado. Nosotros nos hemos limitado a consultar los datos que se facilitan por Internet. El autor es frívolo y sólo da pinceladas. Además existe una biografía del personaje, que se titula El marqués de Remisa. Un banquero de la época romántica, cuyo autor es Ramón de San Pedro, y fue editada por las publicaciones del Banco Atlántico (Barcelona 1953). No hemos empezado todavía con ella, por las razones antedichas.


La intervención de don Gaspar parece que fue decisiva para la edición del libro de Pérez Villaamil a que nos hemos referido antes, la “España artística y monumental” y de hecho le está dedicada por el autor. Se trata de un libro en tres volúmenes, de gran tamaño pues están editados en páginas de 57 x 40 centímetros e ilustrados con más de 100 litografías realizadas a partir de la pintura de Pérez Villaamil, por lo que no es difícil suponer que fue una obra muy cara de editar. Con ánimo de echarle el guante a una edición original hemos rebuscado por librerías de viejo y dado con un ejemplar. Como nos queda ahora grandecillo el precio, ofrecemos la reseña a nuestros lectores por si alguno se anima (aprovechen que los gastos de envío son de risa). La reseña está escrita en idioma inglés, pues el ejemplar localizado parece que lo tiene una librería de Londres y con bastantes errores y faltas que no corregimos para que vea el lector lo bárbaro que es el mundo, aunque el librero sabe de sobra lo que tiene entre manos, y el propio texto de la reseña es muy interesante:

Espana Artistica y Monumental, Vistas y Descripcion de los Sitios y Monumentos mas Notables de Espana.
VILLA-AMIL, Genaro Perez de. Esosura, Patricio de la.
Librería: Bernard J Shapero Rare Books, ABA ILAB (London, GL, United Kingdom)
Cantidad 1.
Descripción: En Casa de Albert Hauser Paris - 1850, 1842. 3 volumes in 2. Large folio. (57 x 40 cm). Lithograph pictorial title, printed titles for vols. I and III, blue part wrapper at front of vol. II, dedication to 'Al Excelentisimo Senor Don Gaspar Remisa, Marques de Remisa' and 143 monochrome and tinted lithograph plates after Villa-Amil by various lithographers including Bachelier and Bayot, each captioned in Spanish and French and with the discrete blindstamp: 'Espana artistica y monumental'. Parallel text in double columns in Spanish and French throughout. Plates and text misbound but complete. Contemporary brown morocco-backed marbled boards, banded spines with titles gilt in six compartments, yellow glazed endpapers. [Brunet II, 1057]. Complete set of Villa-Amil and Esosura's monumental survey of Spanish monuments and architecture. Originally issued in twelve parts, this survey is rarely found complete. The plates depict not only the major cathedrals, castles and monuments of Spain but also tombs, scenes of daily Spanish life including dances and people taking communion, costumes, street scenes and so on. Villa-Amil's large images fill the spaces depicted with life and few plates fail to incorporate people. Genaro Perez de Villa-Amil (1807 - 1854), the master of Spanish Romantic landscape painting was a friend of David Roberts who encouraged him to adopt 'pleine air' rather than his more academic style. He travelled widely, including visits to Puerto Rico, Flanders and Italy and was immensely prolific, producing some 8,000 paintings. 'Like many Romantics, he was attracted by ruins, cathedrals and castles dating from the Middle Ages and took pleasure in emphasizing the fantastical aspects of these structures. His picturesque views of Spain were typical of a trend among 19th-century Spanish painters who developed a fascination with the beauty of their own country and its customs.' (Benezit, 10, pg. 1066). 'Les planches de cet ouvrage sont de tres-belles lithographies'. (Brunet). Brunet II, 1057.
Precio: EUR 24.536,93
Gastos de envío: EUR 4.89
De Reino Unido a España

Hasta aquí hemos llegado. Nos ha gustado hablar bien de España al referirnos a cosas de la patria que son positivas, bien hechas, hermosas. Nos ha gustado también juntar en el mismo papel a dos personajes sin duda tan distintos como Lastanosa y Remisa, don Juan y don Gaspar, pero unidos a través de los siglos por su labor de mecenas de artistas y escritores de primera fila. Defectos los tendrían los dos, seguro, y alguien habrá que conozca los chismes, pero al menos dejaron para la posteridad algo positivo de sí mismos.

 NBF

lunes, 12 de marzo de 2012

A VUELTAS CON EL 11-M

Ayer se cumplió el octavo aniversario de los atentados del 11-M. Una efeméride horrible, triste, que ha dejado una mancha obscura y siniestra en la reciente Historia de España.

No tenía previsto escribir sobre este asunto ya que a mi juicio casi todo lo que puede decirse a día de hoy ya está dicho y sólo queda que la investigación avance para que algún día, estoy seguro, conozcamos una verdad que hasta hoy sólo barruntamos. Ahora bien, acabo de leer el periódico y me topo con unas declaraciones del Fiscal General del Estado Torres-Dulce que según se publica ha dicho textualmente "La verdad jurídica esta contenida en la sentencia de la Audiencia Nacional y del Tribunal Supremo".

Si no fuera por la gravedad del asunto al que se refiere, el requiebro taurino del señor Torres Dulce podría tomarse como una muestra más de la ironía cómico-jurídica de determinados operadores del Derecho. Y me pregunto yo ¿Qué es “la verdad jurídica”?

Que yo sepa verdad sólo puede haber una, así que o bien las sentencias son correctas y sus juicios reflejan la verdad o bien no son correctas y por tanto no hacen honor a la verdad de lo sucedido.

Ahora el operador del Derecho cuenta con una nueva verdad “la verdad jurídica”, una nueva creación intelectual que aparentemente sirve para justificar lo que un órgano jurisdiccional hace contra los hechos, el sentido común y el espíritu de la ley.

Torres Dulce podía haber dicho “La instrucción y el juicio fueron conformes a Derecho y por tanto jurídicamente no tengo nada que reprochar”… pero no ha dicho eso, ha hablado de “verdad jurídica” y eso da pie a pensar que el teme, sospecha o conoce que la “verdad verdadera” como diría un niño pillado en falta es otra.

Uno de los grandes problemas de la España actual y sin duda una de las cosas más desagradables de vivir en este país hoy día consiste en que los políticos y los cargos que estos eligen tienen la bondad de considerar a los españoles completamente imbéciles.

Comprendo que dado el nivel medio de la cabaña que puebla hoy la tierra que antaño habitaron San Isidoro, Santa Teresa, Balmes, Juan de Mariana, Francisco Suárez, Ortega y Zubiri (por citar solo algunos de los españoles que le han dado “un poco” al seso) un tipo semi-avispado que ha llegado a tener un cargo considera que puede decir lo que le de la gana e insultar la inteligencia del que escucha con total impunidad, pero no es así, ni es así ni debe serlo. Que aguanten los demás, yo, me niego.

Resulta que para tapar su falta de arrestos o para tapar lo que tenga que tapar de los señores que ahora gobiernan y de los que lo hicieron hasta fin del año pasado hay que hablar de “verdad jurídica”. 

Pero, vamos a ver señor Torres Dulce ¿usted a quien se cree que le está diciendo esa memez mayúscula?.

Lo peor no es decir gilipolleces sino “ponerse fino” diciéndolas. El señorito se nos pone técnico y habla ahuecando el plumón como un palomo con el calentón. Ir de técnico cuando lo que se está diciendo es una mendrugada de tomo y lomo (homenaje a Ibáñez que gusta mucho de esa expresión) es antiestético, antihigiénico y de todo punto ilícito.

Sea usted valiente y diga que no piensa hacer nada porque no se le pone en las narices o porque desde arriba no interesa hacer nada. Diga usted que “allá penas, yo me voy a los toros a fumarme un puro”. Toque usted la cornamusa en el balcón de su despacho o váyase al cine… pero no nos tome por idiotas.

El proceso del 11-M ha sido un escándalo de la A a la Z. La instrucción fue un choteo y el juicio una mezcla siniestra de drama, astracanada y ópera bufa. Se ha condenado a unos señores sin conocer el arma del crimen ni poder haber establecido su participación de manera fehaciente. El procedimiento está plagado de irregularidades, las pruebas falsas o truncadas, los testigos manipulados, los testimonios torcidos… 
¿Formará todo eso parte de la verdad jurídica que contiene la sentencia? Por lo que se ve, a usted "lo que le contiene”  es una cara de hormigón armado.

En fin, los que se alegraban hace unos días de que la fiscalía fuera a investigar el foco del tren encontrado por los periodistas que con coraje y denuedo siguen investigando el 11-M ya pueden irse olvidando.

O bien este hombre da muestras de algún tipo de inestabilidad emocional y arrea con el tema pese a su explicación de hoy o mucho me temo que todo va a quedar parapetado tras una losa de pseudo-positivismo de tres al cuarto  disfrazada de falso rigor. Así es, señores, ustedes no lo entienden, en fin que son memos e iletrados porque no tienen en cuenta la “verdad jurídica” que a tenor de lo visto debe ser aquella que emana de una aplicación torticera de la Ley.

Que pena de Justicia violentada, si Ulpiano levantará la cabeza y conociera de este asunto se cargaría a más de uno... o quizá se fuera a una taberna a empinar vino dejando el seso anestesiado para no tener que soportar tanta bajeza intelectual y moral. 

Sanglier.


Dos mecenas españoles: Vicencio Juan de Lastanosa y Gaspar Remisa y Miarons.



I. Vicencio Juan de Lastanosa
 
Evocación de dos mecenas españoles encontrados al hilo de lecturas dispersas. Información espigada de aquí y allá, primero de la lectura de textos que poco tenían que ver con ellos, luego una ojeada a la red (con bastante cuidado pues aparecen incoherencias y contradicciones) y de nuevo en algún libro de los de casa. De todo lo consultado (que tampoco es mucho, pues esto es más una evocación que el trabajo exhaustivo que uno hubiera deseado) destacamos el estupendo artículo de Isabel Ortega Fernández, Técnico de Museos del Museo Nacional del Romanticismo, publicado en la web de dicho museo en octubre 2010 cuyo título es San Pablo de Valladolid, comentario a una acuarela de Jenaro Pérez Villaamil, así como la Vida de Gracián que sirve de introducción a la edición de El Criticón, publicaba por la Fundación José Antonio de Castro y que firma Emilio Blanco.
Al leer esa breve “Vida” de Gracián descubrimos a Vicencio Juan de Lastanosa (1607-1681). Según explica Emilio Blanco, la ciudad de Huesca fue la patria literaria de Gracián, y oscense era Vincencio Juan de Lastanosa, que tuvo un papel importante en la vida del primero, del que fue amigo y protector. Unos años más joven que Gracián, Lastanosa fue el prototipo del mecenas barroco. De familia noble, gentilhombre[1] de la Casa del rey Carlos II, soldado competente, participó en las campañas contra Francia anteriores a la paz de los Pirineos en tiempos de Felipe IV, distinguiéndose en las acciones de Salsas en 1640 y Monzón en 1641, al mando de las tropas levantadas en Huesca. Escribió y es autor de las obras Museo de medallas desconocidas españolas (1645) y Tratado de la moneda jaquesa (1681). Pero sobre todo destaca como “protector de escritores y artistas” y porque “mantuvo contacto personal o epistolar con españoles y extranjeros y convirtió su casa en un cenáculo literario”. Varios textos de Gracián están dedicados a Lastanosa y existe correspondencia entre ambos. En una carta a Lastanosa citada por Emilio Blanco, Gracián se queja de la Corte: “Todo es embeleco, mentiras, gente soberbia y vacua”. Parece que la tertulia en casa de Lastanosa, que Gracián frecuentaba en sus épocas de Huesca, fue decisiva para su carrera como escritor. Formaban parte de las reuniones, además del propio Lastanosa, su hermano Orencio, un canónigo Salinas y el historiador Ustarroz, también protegido de Lastanosa. Nos dice Emilio Blanco que “junto a ellos, y especialmente junto a Lastanosa, Gracián comienza a sentirse escritor”. Al parecer la casa de Lastanosa contribuía también a todo aquél ambiente. Se trataba de un palacio en la ciudad de Huesca, “famoso por sus exquisitos jardines, por una bien dotada armería, por la colección de medallas y por la biblioteca (cerca de siete mil volúmenes)…”. La ilustración que puede verse representa la casa de Lastanosa tal y como la vio el acuarelista a finales del siglo XIX.

Lastanosa ocupa una pequeña entrada en la enciclopedia, de apenas unas líneas, como escritor y erudito español. Pocas líneas, que no hacen justicia a una labor social inapreciable. Tal vez su figura como escritor no tenga una importancia excesiva, pero lo que más nos interesa destacar y nos parece fundamental es su papel como eslabón central del entramado social de su ciudad. Lastanosa fue sin duda una de esas personas que hacen posible que florezca y se desarrolle el talento de otros, a los que animan e impulsan a trabajar para crear. Lo hacen con el estímulo directo del patrocinio consistente en la ayuda y medios materiales, pero sobre todo con el regalo de un círculo social estimulante, en el que poder desenvolverse recibiendo no sólo ánimos sino los estímulos para la labor creativa que puede producir el contacto con la actividad creativa y la obra de otros. No es sorprendente que Lastanosa tuviera en su casa de Huesca un jardín extraordinario. Cabe pensar que se necesiten cualidades parecidas para la creación y embellecimiento del jardín y para la creación y mantenimiento del cenáculo literario. No queremos decir con esto que Gracián fuera la zanahoria del huerto de Lastanosa. No hay que llevar las comparaciones a extremos.

A la muerte de Lastanosa, las vicisitudes sucesorias y los avatares familiares resultaron en la dispersión de su patrimonio, la venta de las colecciones (gabinete de curiosidades, colección de monedas, instrumentos ópticos –telescopios y microscopios-, armas, etc.), la desmembración de su biblioteca desperdigada por España y por otros países europeos. Parece que sus fondos originales se conocen hoy por la descripción de un catálogo cuyo original se conserva en Suecia. Finalmente, a finales del s. XIX el palacio mismo fue derribado. Los jardines, o un parte al menos, sobreviven en forma de parque público de la ciudad de Huesca.

El recuerdo de Lastanosa se conserva únicamente en dos capillas familiares, una en la Catedral, bajo la que hay dos criptas subterráneas en las que están enterrados Vincencio Juan de Lastanosa, su mujer Catalina, su hermano Juan Orencio y otros miembros de su familia, y una segunda capilla, construida por sus descendientes en la iglesia de SantoDomingo[2].



Según el diccionario de la Real Academia gentilhombre significa: “Hombre que servía en las casas de los grandes o en otras para acompañar al señor o a la señora”.
Gentilhombre de la casa era el que “acompañaba al rey después de los gentileshombres de boca”, siendo el de boca el “criado de la casa del rey, en la clase de los caballeros, que seguía en grado al mayordomo de semana, y cuyo destino propio era servir a la mesa del rey. Posteriormente solo acompañaba al rey cuando salía a la capilla en público o a otra fiesta de iglesia, y cuando iba a alguna función a caballo.
[2] Hay más información en http://www.lastanosa.com/ que está dedicada al personaje y su obra. De esta página hemos tomado prestadas las ilustraciones, que dejaremos de utilizar de inmediato si por hacerlos causamos alguna molestia.

CRÓNICA CANADIENSE


CRÓNICA DEL FRÍO

Impecable el aterrizaje del avión a pesar del panorama blanco que nos espera.
Lo que en Madrid quizás habría provocado nerviosismo entre los pasajeros (o al menos algún comentario), aquí produce indiferencia. Es más, mi vecino de asiento, un "montrealense" con el que he congeniado durante el largo viaje, simplemente me dice, cuando ya nos levantamos para salir del avión: "bonito abrigo".

Y es que estoy bien preparado: un imponente abrigo de plumas con una capucha casi hermética pesado de transportar pero muy útil a 10 ó 15 bajo cero.

Uno de mis primeros días voy a comer a una cafetería. En general aquí la gente es pausada y amable, pero yo quiero agradar, y por tanto agudizo bien el oído para que las conversaciones sean fluidas (en lo posible... ). La camarera me pregunta:

-         Et en breuvage, ce sera quoi ? ( Y como brebaje, ¿ qué será ? ).

Me quedo con cara de póquer un instante. Y por fin, contesto:

- Canada Dry ( me gusta más que nada por el nombre... )

En Montreal (o Montréal, con acento, aquí nunca se les olvida) hay una mezcla curiosa: lo anglosajón y lo francés junto pero no muy revuelto. En el "Square Dorchester", por ejemplo, están frente a frente un enorme "building" de los años ´20 y la catedral católica. El rascacielos es de una aseguradora cuyo nombre ahora no recuerdo, pero se puede leer en uno de los enormes bloques de granito del edificio una referencia en inglés a la persona que puso la primera piedra (algo así como "Don ....  Presidente de la Compañía... Puso la primera piedra de este edificio en 1915... Había entrado a trabajar como "clerk" treinta años antes…). Y al otro lado de la plaza, la catedral con su inscripción en francés: "Cathédrale Sainte-Marie". Y lo que sigue es lo que más me gusta: "Reine du Monde" ("Reina del Mundo").

Cerca de allí hay otra plaza llamada "Square Phillips", presidida por una gran estatua del rey de Inglaterra Eduardo VII. Parece que los servicios de limpieza de la ciudad se han olvidado de él, ya que alguien le arrojó pintura a la cara y así se ha quedado. Con la misma cara de póquer que a mí después de escuchar: "Et comme breuvage, ce sera quoi?"

Abrazo,

Luis.

viernes, 9 de marzo de 2012

PINTURA


 
Este cuadro se subastará en unos días, el autor es Alberto Arrue y Valle. Insiste Alcides Bergamota, conocido polígrafo y colaborador de Cepo Gordo, en discutir la atribución, pues su fino olfato le hace inclinarse por un autor de la escuela sevillana, casi sin lugar a dudas. Quien sabe. En todo caso sienten los cepogordistas dejarlo escapar. Otra vez será. La imagen no es nuestra, por lo que si molestara que aquí figure, la retiraremos en un pis pas.