Tras la nota publicada ayer por Calvino de Liposthey en la que acusaba al honorable Pomarada de maquinaciones propias de un Richelieu várdulo, una nube de preocupación y tensiones se ha posado sobre los tejados de Villafranca de Pomar.
Se rumorea que el escrito del emérito biógrafo de Alcides Bergamota ha sumido a Pomarada en la más profunda consternación.
Si bien no se ha efectuado ninguna declaración pública, desde su casa se ha filtrado una noticia, por confirmar, que apunta a un posible caso de manipulación y suplantación de la personalidad, ya que al parecer el nombre y prestigio de nuestro notable conciudadano ha podido ser empleado con mano artera por algunos jóvenes locales para armar un "concurso de prietas" (así lo han dicho, al parecer, tomando unas copas en el Club Bonni, ayer, a medianoche) y engañar a la bodega Santo Niño de la Roca para que patrocine una francachela cordobesa en compañía de las agraciadas triunfadoras.
Mientras, la dirección del Casino de Villafranca de Pomar nos remite el primer mensaje que les ha llegado y que por su indudable interés periodístico compartimos con nuestros estimados lectores.
Queridos Señores,
Me llamo Mónica Gugelprieti-Smith, mis amigos me tratan de "Moni", soy nacida en Buenos Aires el 8 de marzo de 1980, licenciada en psicología por la UBA, doctorada en terapia conductiva por la UCLA, magister en relaciones interpersonales en la UPPM (universidad popular de Puerto Madero) ejerzo la profesión de terapeuta con clínica privada abierta en La Recoleta, entre mis aficiones se cuentan el yoga, el pilates, el running, el snowboard y el ala - delta que practico en Neuquén cuando voy a visitar a papá y a la tita Rosa (una morucha con la que se lió mi papá cuando mamá murió atragantada por una pasta de té durante una partida de bridge en el Alvear).
Soy una mujer moderna, comprometida con los challenges de la vida actual y abierta a las experiencias interpersonales enriquecedoras.
Heredé de mamá una mata de pelo castaño con brillos rojizos y ojos verdes como las aguas de una laguna patagónica (aquí cito al poeta local Ataulfo Silva que me hizo unos versitos siendo chiquita) y de papa una altura considerable y una estructura ósea imponente sobre la que armé un body de ensueño (palabras del presidente del jurado de miss Punta del Este cuando me concedieron el título).
Ha llegado a mi conocimiento su concurso de Reinas Moras y Sultanas, convocatoria que me parece bárbara ya que marida las esencias estéticas de la madre patria con las posibilidades estructurales de la hembra porteño-patagónica.
Antes de remitirles mi formal application letter desearía aclarar un punto relativo al premio. Si bien me pierden las costumbres de la madre patria hay un punto en qué no podré complacerles y es el de asistir a una corrida de toros. A mi el bullfighting me ho-rro-ri-za. Los toreros son chicos guapos y los toros bellísimos, fascinantes, pero la mera idea del ensañamiento me atormenta.
Les propongo que en caso de ganar el concurso, como muy probablemente sucederá, substituyamos la jornada taurina por unas sesiones de kitesurfing en la playa de Tarifa.
¡Estoy loca por unirme a su competencia!
Espero su respuesta a vuelta de correo.
Un beso grande. ¡Chau!
Moni.
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