jueves, 27 de febrero de 2025
De los dietarios de A. Bergamota. Como siempre, cortesía de Calvino de Liposthey, biógrafo.
viernes, 21 de febrero de 2025
El mundo. Extracto de los famosos diarios de A. Bergamota (época de hierro, anterior a Nava). Cortesía de Calvino de Liposthey, biógrafo.
Bendita rutina sin duda, pero ¿Cómo resistirla? Cuanta más perspectiva se tiene de la sociedad española, peor es la impresión. Supongo que sucederá lo mismo con la sociedad de otros países. Quiero decir que, con mayor perspectiva, lo único que se consigue es un mayor catálogo de miserias humanas. Sin duda hay gente estupenda aquí y allá, pero tener mayor conocimiento de la sociedad en la que vivimos, lejos de reconciliarnos con ella, aumenta nuestro espanto. En un círculo pequeño, formado por familia, algún amigo, ciertos conocidos, trabajo, la miseria parece acotada, reducida, explicable por el conocimiento que tenemos de las personas, de su carácter y circunstancias. Pensamos por tanto que es excepcional. Que se debe a esta o a aquella causa evidente. Que sin esa circunstancia concreta que la crea, desaparecería. Al ampliar el campo de conocimiento, si por cualquier razón la vida nos lo permite o nos lleva a ello, por participar en instituciones, tener mayor vida social, etc. la sorpresa es que lo que nos parecía excepcional es en realidad general y que el estado natural y primero del hombre se compone de desequilibrio y chifladura. Nos impacta especialmente cuando el acceso a ese campo de visión más amplio llega tarde, con muchos años vividos en un mundo más pequeño. Que el hombre está profundamente tocado por el pecado original es algo tan evidente, tan obvio, que no puede haber duda de que es un perfecto loco, un demente, quien pretenda lo contrario, al estilo de Juan Jacobo y de todos los revolucionarios que le han seguido, en la esfera pública o particular. Porque la revolución ha sucedido también en la esfera particular, en la que la creencia en la perfección y bondad intrínsecas del hombre han conducido a dejar de educar.
Sólo la mejor educación, bondadosa, estricta y refinada, tan cara, es capaz de canalizar la condición alterada y desequilibrada del hombre. Esa educación incluye por supuesto la educación religiosa católica, el cultivo de la fe. Si no se accede a todo lo demás, que se acceda por lo menos a los diez mandamientos. Y aún así, las probabilidades de cierto éxito son ínfimas.
martes, 14 de enero de 2025
Apunte del poligó. De los dietarios de A. Bergamota Elgrande. Cortesía, una vez más, de Calvino de Liposthey, biógrafo.
Vuelvo de tomar café y noto la presencia de alguien que anda por delante de mí. Es decir, ando con la vista levantada, como debe ser, como un cazador, aunque con las gafas de ver de cerca. La silueta, la forma de moverse y el porte característico, algo recogido como preparado para el salto o la carrera repentinos, como si de un animal característico del bosque se tratara, me resultan familiares y le reconozco. Pero es como si reconociera a su equivalente en la fauna silvestre de un cuento, como si su silueta y sus aires fueran en realidad prestados de un relato antiguo. No es alto, pero si corpulento, macizo. El cuerpo parece oscilar al andar. El cuello es grueso y parece siempre girado hacia un lado y echado hacia delante, como si venteara un rastro. Una bonita cabeza cuadrada y maciza exhibe el remate de un buen mechón de pelo hirsuto, erguido y vibrante como si de un penacho se tratara. Falta verle lanzarse al trote, profiriendo un gruñido.
Todos los días al salir de comer en el polígono hay un hombre sentado en el quicio entre dos ventanales. Va con ropa de trabajo y con una gorrilla que le esconde un poco el rostro. Además, como está siempre liando un pitillo, no se lo he visto nunca por ahora.
lunes, 8 de abril de 2024
Lo de Satur. De los dietarios de A. Bergamota, época de hierro. Cortesía de Calvino de Liphostey, biógrafo autorizado y polígrafo.
Vamos a escribir lo de Saturnina que, si no, se nos va a olvidar.
Parece que el terrible coletazo que nos ha sacudido el invierno, cargado de viento, lluvia, frío y hasta nieve se va poco a poco alejando. Ya hemos tenido los primeros destellos de esa luz primaveral purísima, cristalina, de una fineza que le deja a uno soñador. De camino al polígono, la gran curva de la M-40 enseña de nuevo todo el perfil de Madrid, de la Moncloa al Pirulí, con las crestas de la sierra nevadas. Lo hace ayer con esa luz primaveral, prístina, como del inicio de la Creación, matizada por la humedad y el verdor consecuencia de la lluvia de estos días. En unos segundos, a la velocidad del coche, pasamos revista a toda la ciudad que desde la altura relativa de la carretera parece colocada en el fondo de un plato hondo sin que por ello deje de lucir espléndida. Paisaje para detenerse a dibujar o a pintar, si se tuviera talento para ello.
Al salir del garaje por la rampa veo llegar por la entrada general al recinto el coche color naranja chillón de Saturnina. Satur o Nina, depende de quien se dirija a ella, es ingeniero y trabaja también en el poligó. Es bueno precisarlo porque Satur tiene a veces un aire como de despiste, de faltarle un hervor, de no enterarse, y su voz aguda, casi de pito, no ayuda a desmentirlo. Pero es lista, no se crean. Detiene el coche y se baja para acercar la tarjeta a la columna de la barrera y abrirla. Lo hace con su sonrisa y nos saludamos con la mano. La forma en que va vestida seguro que es cómoda, comodísima, tiene que serlo, no puede ser de otra forma. Al abrirse la puerta se escapa del interior del coche un estruendo feroz, la música más dura y cañera que imaginarse pueda, kañera con k realmente. Hasta el punto de que casi me detengo. Sigue sonriendo, se baja sin variar el volumen, abre la barrera y vuelve al coche cuya música, si podemos llamar a ese ruido música, sigue atronando la calle en esta hora temprana y fresca de primavera. Al cerrar la puerta se hace el silencio, un silencio relativo claro, el de antes de la monstruosa fanfarria. Se oyen la circulación del tráfico a media distancia, algún movimiento, voces, pasos, gente, y el piar de los pájaros cantando a la estación. Satur según, me dijo, es una amorosa madre de familia. No dudo de ello, además. Y se llama Saturnina que es algo muy meritorio cuando esta misma semana he conocido a dos Janneth. Misterioso nombre cuya traducción al español supongo que será Juana, sin más.
jueves, 21 de marzo de 2024
No crea que cuando murmura no se le oye. De los dietarios de A. Bergamota. Época de hierro (esto es, antes de Nava).
Cuando apenas terminada la comida se produjo la estampida, uno de los convidados se asombraba de lo concurrido que estaba el lugar. Bergamota escuchaba con paciencia. Había explicado ya varias veces como son los horarios de comer en España y que en una honrada provincia se respetan escrupulosamente. ¡Es increíble! insistía el convidado, un extranjerote. - ¡Son las dos y está lleno y cuando sean las tres seguirán comiendo! - Claro - contestó Bergamota ya un poco harto-, si empiezan a comer a las dos no pueden terminar a la una y media, ¿comprende? Pero nadie escuchaba ya, miraban los móviles con la cerviz doblada. Esto sin duda salvó a Bergamota que con ese comentario punzante se la había jugado. Una voz a su espalda dijo sin embargo por lo bajini: - No crea que cuando murmura no se le oye.
lunes, 15 de enero de 2024
Belleza. De los cuadernos de A. Bergamota. Cortesía de Calvino de Liposthey, editor.
Hay chicas, mujeres realmente, que afeccionan el ancho pantalón de cuadros, como de comedia del arte, el zapato plano con hebilla, un calcetín corto, que remata una pernera de pantalón ancha, porque anchos son sus muslos, todo se da un aire de pirámide al revés. Andan sobre dos pirámides al revés, los cuadros del pantalón van a juego de una rebeca de ganchillo blanco, y llevan lazos en el pelo, a veces una coleta corta. Sonríen y son inteligentes, con un aire sereno y maternal. No hay duda de que la mejor compañía para ellas, y para otras muchas, para casi todas, seria media docena de hermosos hijos y un marido que fuera un apoyo firme como una vieja catedral medieval, un puente romano, una muralla de vieja ciudad castellana. Pero muchas de ellas están solas, con sus hojas de cálculo y su jerga profesional dicha en inglés, y con los pantalones de cuadros y el lazo en el pelo, alguno se atreve todavía, incluso, con unos pendientes de perlas.
martes, 5 de julio de 2022
La urraca. Nota cedida por Calvino de Liposthey, biógrafo, de entre los papeles sueltos del gran Alcides Bergamota.
Mientras refunfuñamos mecánicos en el atasco, la urraca campea por el rastrojo en miniatura que se ha creado en la mediana entre tres carreteras. Pega tres brincos olímpicos y se queda quieta, girando la oscura cabeza de mirar enigmático y primario. Es el pájaro viendo pasar las máquinas. La libertad, el revoloteo maravilloso, la ausencia de trabas que es la lectura. Ayer Agustin de Foxá (varios de sus artículos –sobre todo el que trata de los 50 años del Pilar- son espléndidos, consigue extraer la vida española y ponerla en un papel para que cada lector la reviva a su vez), luego Federico de Roberto, páginas de Edith Stein sobre Santa Isabel de Hungría, de gran belleza, y finalmente Edgar Neville. Me voy a la cama con la sensación de haber volado libre de ataduras, reconfortado y pleno, como la urraca en su rastrojo. La manía ágrafa.
lunes, 9 de mayo de 2022
De los dietarios de A. Bergamota Elgrande. Cortesía de Calvino de Liposthey, biógrafo.
Termino ayer el libro de P. Bogdanovitch sobre John Ford. Es un bonito libro, sencillo, bien escrito, magníficamente ilustrado y editado, del que surge la figura de Ford más grande y crecida aún de lo que ya estaba en mi consideración. Comida poligonera en el polígono, claro. Unas dignas lentejas, seguidas de escalopines blindados, a la correa de sandalia de tribuno jubilado, duros como una piedra. Para terminar, café à la mode, es decir, cortado, punto redondo.
viernes, 26 de noviembre de 2021
De una conferencia de Alcides Bergamota. Cortesía de Calvino de Liposthey, biógrafo.
Alcides Bergamota se yergue y apoyando los puños sobre la mesa de conferenciantes proclama:
Voy sobre la marcha a hacer un apunte sobre la procacidad sexual en verano. Murmullos en la sala. Tranquilos, será breve e instructivo. Debemos clasificarla en dos categorías distintas: la que consiste en un diálogo entre hombres y aquella que consiste en que ese diálogo –las mismas cochinadas- tenga lugar en presencia, además, de mujeres. Ya saben, lo que antes se conocía como el bello sexo o el sexo débil, utilizando expresiones que son hoy antiguallas, cacharrería vieja que no quieren ya ni los chamarileros. La segunda categoría es la delicada, la que puede complicarles o alegrarles el verano, según se mire, que hoy los temas de la honrilla son muy distintos también y hay mucho cornudo consentidor, que acepta corona de hueso con tal de que le dejen echar la siesta sin follones. Así está la raza señores, así. Digo que puede complicar el verano porque la chanza verdulenta, la procacidad sexual con el calor y el alcohol se convierten rápidamente, con toda su ordinaria crudeza, con toda su jerga de arriero, en la primera y más básica forma de cortejo contemporáneo. Él dice basteces, ella le ríe las groserías, y de ahí a hacer la croqueta sobre la arena, un paso. Quedan advertidos los oyentes. Claro que aquí en Nava, más que arena de la playa tendrá que ser la alfalfa de un pajar, y claro con las alergias y los picores el riesgo disminuye mucho. Insisto, para quien considere el asunto de la libre cópula veraniega como un riesgo. Y si nos piden que nos pronunciemos, nosotros somos partidarios de morder con fuerza en el bollo, que quieren que les diga.
miércoles, 29 de septiembre de 2021
Varios. De los cuadernos del gran polígrafo A. Bergamota. Cortesía de Calvino de Liposthey, biógrafo.
domingo, 21 de marzo de 2021
Recuerdo de una tarde de toros. De los cuadernos de A. Bergamota, cortesía, como siempre, de Calvino de Liposthey, biógrafo.
sábado, 20 de marzo de 2021
Fragmentos de un cuaderno. Cortesía de Calvino de Liposthey, biógrafo.
Madrid en invierno con el aire purificado, limpio, con las transparencias de la luz llevadas a su máxima expresión por unos días de lluvia previa, es hoy la ciudad de las mil perspectivas. Cruzando Fuencarral para llegar a Alonso Martinez vemos la calle moverse infinita, como una inmensa pasarela aérea, como si fuera una brillante y límpida cinta de tela de raso. Baja primero, sube luego hasta las nubes. La perspectiva y las distancias modificas son el efecto de las torres y de las cúpulas de las iglesias. A lo lejos, bajo un cielo espléndido, los perfiles de la Gran Vía.



La espléndida iglesia de Zamarramala, día de inmensas perspectivas, siempre con la montaña nevada al fondo, como si se desplazara con los caminantes. Siempre para admirar el espléndido paisaje nos volvemos y volvemos mientras avanzamos. Silencio, luz, brisa, alturas. En los cielos se desenvuelve en silencio la vida alada de buitres, milanos, águilas, cigüeñas, que planean en lo alto sin emitir sonidos que podamos oír.
domingo, 14 de marzo de 2021
Cosas crudas (absténgase por favor) y un apunte de J. Nippon.
Dice Tato que está la meada cafetera y la meada esparraguera y que vuelve el botinismo y que a partir de ahora el hablará en castilla.
Gregorio Mayans y Siscar, que escribía, en 1737, en su libro Orígenes de la lengua española lo siguiente: Por «lengua española» entiendo aquella lengua que solemos hablar todos los españoles cuando queremos ser entendidos perfectamente unos de otros.
J. Nippon, nuestro down, hablando de un compañero de clase ladrón: es como Fefé pero en down, yo le llamo Fefédown.
martes, 16 de febrero de 2021
De los cuadernos de A. Bergamota ELgrande. Un apunte de febrero. Cortesía de Calvino de Liposthey.

jueves, 3 de diciembre de 2020
Y de repente se ve usted convertido en hombre con un perrito. Pasicorto y alelado, tiene usted el ceño fruncido, el morro saliente, los papos colgantes. Lo peor de todo es que el perro es perrito y lo lleva usted sujeto con una de esas horribles correas extensibles. Una caja con asa, dentro de la que se enrollan varios metros de correa plástica que se suelta o recoge con una pestaña negra. Para empeorar las cosas el artefacto es de color azul, o rojo, o rosa. Y el perrito es un poco lanudo, de trotecillo respingón, de color indefinido y voz chillona, ladrillo seco, entrecortado, como de vieja gruñona. Ningún eco de nobles realas.
- Oiga, eso es una pesadilla horrible.
- Ya lo creo, menudo soponcio.
jueves, 5 de noviembre de 2020
Inclinaciones, por Calvino de Liposthey, cronista.
- Que el mundo sigue siendo hermoso, como obra de Dios que es, que se puede respirar aire puro y quedar uno absorto o deslumbrado, según cada cual, ante este otoño espléndido, no hay duda. Pero tampoco parece haberla sobre el hecho de que nuestro mundo -no el mundo como tal sino el nuestro, ¿entiendo usted? - parece colocado desde hace tiempo sobre un plano inclinado. Y puesto sobre ese plano inclinado, se va deslizando hacia un abismo en el que desaparecerá. La inclinación del plano parecía leve y de alguna manera fácil de corregir. Pero hoy, por el contrario, la inclinación parece cada vez mayor y la velocidad del deslizamiento aumenta por momentos. El edificio se va desmoronando.
-
Oiga,
no se ponga siniestro.
- Me
pongo como me parece. Pues sólo faltaba. ¡Vamos hombre!
- Y
yo me cisco en usted, en los profundos, en los analíticos y en los literatos.
- Es
usted incorregible, su zafiedad no tiene límites.
- Pues
va a pagar usted la cuenta, además.
La conversación anterior pudo oírse no hace mucho en el Café Libertad de Nava de Goliardos. Se tomó la molestia de transcribirla Calvino de Liposthey, fiel a su labor de cronista, amanuense, testigo, memorialista y también, porque no decirlo, fiel a su condición de viejo cotilla. Estaba sentado bastante cerca de los que esas cosas se decían sorbiendo un dedal de anís y, como el mismo dice, se le fue la oreja por los planos inclinados...
jueves, 17 de septiembre de 2020
BRUTALIDAD. Un extracto de los llamados Cuadernos Negros, de A. Bergamota. Cortesía de Calvino de Liposthey, biógrafo.
Al parecer el fundador de la gran tienda era un nazi camuflado de mercader para seguir conspirando. Tal vez su tienda sea una tapadera para lograr la expansión de enfermedades o la proliferación de invertidos. Recuerden el escándalo de la carne de caballo. Es posible que estemos ante un Untador del siglo XXI. Los untadores untaban la peste con pinceles sobre superficies en las que luego se apoyaba la gente que quedaba contagiada. Eran perseguidos por esa razón, apedreados, linchados o quemados. De ahí que resultara peligroso, en las épocas de las grandes pestes, realizar cualquier gesto que pudiera confundirse con el acto de untar. Por ejemplo, sacar un pañuelo para limpiar cuidadosamente el banco antes de sentarse. A lo mejor en aquel lugar abarrotado regalaban algo o era gente llevando a suegras, abuelos y parientes mayores para intentar liquidarlos por la vía del contagio y hacere con pisos, herencias, bibelots y demás. Con la eutanasia que pronto será legal en este paraíso progresista ya no será necesario meterles en unos grandes almacenes atestados. Un empujón por las escaleras será suficiente.
miércoles, 2 de septiembre de 2020
Apuntes del poligó. Cortesía de Calvino de Liposthey, biógrafo.
[Corresponde a la
época de hierro del gran polígrafo]
Juanqui, que el día
de San Juan nos invitó a desayunar a T. y a mí, hoy repite la operación
conmigo. Le pido que me cobre. Está sentado leyendo el periódico, y creo que
por no levantarse me invita.
Insisto, pero me
comenta que está solo y que otro día. Le doy efusivamente las gracias. Con el
canto de la mano recoge las migas de una mesa que tira al suelo y luego se
sacude la mano que ha servido de trapo, con la otra. La cuchara del café está
mojada, asumo que porque no se ha secado bien después de lavarla. El agua
humedece el sobre de azúcar. Decido prescindir tanto de la cuchara como del
azúcar. En la barra un tío en pantalones cortos desayuna vaso de vino tinto y
tapa de higadillos.