Entre los ladrillos brillantes que forman la acera recién puesta se cuela, por la juntura, el brote tierno y primaveral de una planta, dos verdes y pequeñas hojas. Evito pisarlas, le dejo la tarea al de mantenimiento. Más adelante, en el suelo, un guanto enrollado y manchado de aceite, un guante de mecánico y me acuerdo de los tractores viejos y del olor a aceite de las cocheras en el campo, cuando era pequeño. Me invitan al café, acto hispánico, realizado con billete de cincuenta euros puesto sobre la barra negra de la Rosa Negra, pequeño y honrado bar de polígono con nombre de vieja taberna pirática. Se baja del camión de correos un tirillas en pantalón corto con pendientes en las orejas y unos aires que no gustan a primera vista. Son sinónimos de tirillas las palabras enclenque y alfeñique. Lo contrario sería, por ejemplo, referirse a un Sansón. A mi paso, un coche aparcado con dos individuos dentro arranca el motor. Como en las películas, pienso por un momento que me están esperando y que, confundiéndome con alguien, van a intentar liquidarme y tendré que saltar por la rampa del garaje para escapar. Ve usted demasiadas películas, oiga.
martes, 2 de julio de 2024
martes, 18 de julio de 2023
Poligonada, poligonerismo, poligonerías, poligó.
Volviendo
de tomar café en el polígono me cruzo con dos furgonetas. La primera forma ya
parte del nuevo orden transnacional: es blanca, tirando a cochambrosa y la
conduce un chino con gafas de sol, un chino estiloso, moderno, con corte de
pelo de película oriental, droga y artes marciales. En uno de los laterales de la
enorme caja de carga lleva una pintada en inglés que dice “bad bitch”. Nada
menos, hasta las groserías en inglés. La segunda es más nuestra, más castiza.
Del mismo estilo, blanca también pero más cuidada, lleva el rótulo “Chatarrería
el Rubio”. La conduce un paisano entrado en años, algo fuerte, como dirían en
mi pueblo, vestido con camiseta negra y acalorado. Va con el aire acondicionado
que consiste en llevar la ventanilla bajada. Nos miramos al pasar, sin indiferencia.
lunes, 9 de mayo de 2022
De los dietarios de A. Bergamota Elgrande. Cortesía de Calvino de Liposthey, biógrafo.
Termino ayer el libro de P. Bogdanovitch sobre John Ford. Es un bonito libro, sencillo, bien escrito, magníficamente ilustrado y editado, del que surge la figura de Ford más grande y crecida aún de lo que ya estaba en mi consideración. Comida poligonera en el polígono, claro. Unas dignas lentejas, seguidas de escalopines blindados, a la correa de sandalia de tribuno jubilado, duros como una piedra. Para terminar, café à la mode, es decir, cortado, punto redondo.
lunes, 25 de abril de 2022
Veneno en el poligó. Para la sección buen comer, de el Heraldo de Nava.
Se puede comer mal y aún peor, que es lo que me ha pasado hoy. Un solomillo cubierto de extrañas partículas que se desprendían al cortarlo, como finas láminas de teflón. La reducción al Pedro Ximénez no era tal, más que reducir habían regado el plato con un chorro de brandy caliente y barato, en el que flotaba el arroz peor cocido que imaginarse pueda. Para rematar, dos rodajas de piña vieja, es decir bastante pasada. Una de las rodajas con pinta de haber pasado bajo el grifo después de caer al suelo. Menos mal que los estertores provocados por el más infecto café que se haya servido nunca a un cliente desarmado e incauto han hecho olvidar rápidamente todo lo anterior.
miércoles, 2 de septiembre de 2020
Apuntes del poligó. Cortesía de Calvino de Liposthey, biógrafo.
[Corresponde a la
época de hierro del gran polígrafo]
Juanqui, que el día
de San Juan nos invitó a desayunar a T. y a mí, hoy repite la operación
conmigo. Le pido que me cobre. Está sentado leyendo el periódico, y creo que
por no levantarse me invita.
Insisto, pero me
comenta que está solo y que otro día. Le doy efusivamente las gracias. Con el
canto de la mano recoge las migas de una mesa que tira al suelo y luego se
sacude la mano que ha servido de trapo, con la otra. La cuchara del café está
mojada, asumo que porque no se ha secado bien después de lavarla. El agua
humedece el sobre de azúcar. Decido prescindir tanto de la cuchara como del
azúcar. En la barra un tío en pantalones cortos desayuna vaso de vino tinto y
tapa de higadillos.