Querido Herr Doktor Gotingen, querido colega,
No hará falta que yo dé muestras adicionales de mi aprecio profesional, constándole ya mi estima personal. Creo que será suficiente con recordar que fue a usted, eminente colega, a quien dediqué mi magna obra Taxonomía de El Ameba, con un análisis freno patológico. Como ahora le sucede a usted, la envidia se cebó entonces con esta obra que recogía años de estudio y se me acusó de no saber nada de gasterópodos, relegando mi trabajo a las oscuridades del olvido. Se obviada por intencionada maledicencia que no sólo no se trataba de un estudio sobre el cultivo del mejillón en bateas, sino que la obra ponía ya entonces el dedo en la llaga de la terrible decadencia de la virilidad masculina en occidente, anunciando lo que yo he venido en llamar el próximo reino de la Mantis Religiosa, descarnada supermujer, gran capadora que campará a sus anchas dominando a una legión de varones disminuidos que serán tratados como abejorros. Perdone la ruda simplificación de mi propia tesis. Con ella quiero ejemplificar la injusticia con que fui tratado por quienes sin duda se sentían expuestos a la luz del día en toda su crudeza, como la rana abierta en canal bajo el foco del laboratorio, las vergüenzas al aire, sin tapujos. No es otra cosa lo que sucede, querido Gotingen, con su extraordinaria consulta digital, tan acorde con el momento en que vivimos, tan a la altura de los tiempos, simplemente ha desenmascarado tanta insatisfacción, ha revelado tal masa de capados, que apenas puede resistirse. Si además el capado se hace cornudo, entonces el odio y la persecución están asegurados. Animo, querido colega, El Ameba no prevalecerá.
Suyo afectísimo,
A. Cascajares
Universidad Central de Barcelona.
Sr. Casca Jares:
ResponderEliminarQué papel jugará la avispa en el Reino de la Mantis Religiosa.
Merci
El Fiblo.