No deja de tener un cierto tinte poético la coincidencia en los homenajes a Azkuna y Suárez.
Dos personalidades muy distintas, dos situaciones alejadas, dos acciones políticas de muy diferente calado y sin embargo, en ambos casos, han recibido el sincero homenaje por parte del pueblo anónimo, del ciudadano desconocido que sin que nadie le empuje a ello se planta en la calle, en una iglesia, en una plaza y agradece al político que ha hecho algo por el bien común.
Las imágenes de ayer en Bilbao tienen a mi juicio una lectura sumamente positiva.
Señores del PNV, tomen buena nota, otra sociedad es posible. Revolucionarios de izquierda separatista, tomen nota, la sociedad vasca, la sociedad española no quiere dictaduras marxistas ni proclamas manchadas de sangre inocente. Señores del PSE, ya está bien de hacer la revolución soterrada, ya está bien de alentar odios y divisiones. Señores del PPPV, escojan a los mejores y no aúpen a mas niños inanes sin nada que aportar.
De todos ustedes depende que en la próxima década se construya otra sociedad, los mimbres existen.
Ayer los Príncipes de Asturias y los representantes del gobierno fueron recibidos en Bilbao entre aplausos y créanlo, los que aplaudían no eran ni votantes del PP ni patriotas de pulserita nacional sino gentes de todo tinte e ideología, muchos nacionalistas vascos, muchos no nacionalistas de esa derecha que no tiene representación, socialistas, no alineados de todas clases, edades y condiciones y una vez mas, mucha gente mayor que ha vivido los últimos sesenta o setenta años en una sociedad enferma y enloquecida y que las han pasado canutas.
Los españoles (ya sea en las provincias vascongadas o en cualquier otro rincón) lo que necesitan y aprecian son políticos decentes orientados al bien común. Están hartos de chorizos, tahures, malenis, mases y demás ralea.
Si no me creen, comprueben ustedes los índices de abstención. Mucha gente no vota porque está harta de los políticos profesionales que sólo buscan mantener su esfera de poder.
En la despedida de Adolfo Suárez las gentes entrevistadas repiten algunas palabras que me parecen capitales: "honradez", "entrega", "valentía", "patriotismo", "diálogo"...
No soy tan inocente como para pensar que a partir de ahora se producirá una catarsis que trocará a los politiquillos de quinta en gigantes, ahora bien, si espero que quede grabada en la mente de las gentes que otras formas son posibles y que el tan denostado pueblo español no es la masa borregil y lamentable que los propios políticos creen y a la que maltratan sin piedad ni vergüenza.
Pasarán los lutos y volverán las gentes a lo suyo. Quizá todo quede en unos efímeros homenajes pero por unas horas se han dejado ver las entretelas de una sociedad latente a la espera de unos líderes que la conduzcan a una situación mejor.
No puedo dejar de consignar el espectáculo lamentable ofrecido ayer en el Congreso por dos personajes como Pujol y Mas. Pujol que sabiendo bien lo que hacía dinamitó el consenso para lanzarse a una loca carrera independentista dejando a su paso un reguero de latrocinios y mendacidades.
Y Arturo Mas, que de nuevo no perdió ocasión de dar buena muestra de su altura moral e intelectual y no tuvo empacho en aprovechar que el cuerpo de Suárez estaba aún caliente para emplear su figura como ariete con el que golpear al gobierno e insistir en sus locuras, sus mentiras, su maldad.
Tan asquerosa fue su intervención que hasta un político de acrisolada doblez como Roca no pudo aguantarse y afeó públicamente la inoportuna y anti estética actuación del representante de todos los catalanes.
Creanme, otra sociedad es posible, sobran ciudadanos pero faltan líderes.
Sanglier.
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