Cosas del periodismo. Llega a nuestras manos el breve diario, apenas unos apuntes, de Saturnino Trota Tort, viajero moderno, que como se sabe por las páginas de sucesos ha sido encontrado hace poco sin vida, es decir muerto, tieso como la mojama, en posición sentada sobre un banco de la estación de tren de Barcelona. Aunque soñó siempre con ser un gran viajero, de esos antiguos, apenas había salido de casa y esta era, a su edad provecta, su primer viaje fuera de San Sadurní de Noya. Él no se sentía catalán, sino de Sant Sadurní d'Anoia, oye, me sabe mal, pero sólo de Sant Sadurní, yo soy así y por algo me llamo Sadurní, Saturnino, vamos, Satur. ¿Qué tengo que ver con Barcelona yo eh?, pues nada, eh. El Alto Panadés siempre fue pues, otra cosa.
Sadurní, Saturnino, el conejo Sadurní (oiga no tome partido) siempre dudó, siempre vivió cargado de contradicciones. ¿Ser un viajero a la manera del siglo XIX, por ferrocarril, con sombrero y grandes baúles, Orient Express, pipa, vagón restaurant? ¿O una cosa también del XIX pero más romántica aún, y sobre todo aventurera, al estilo de Alí Bey, del gran Domingo Badía, turbante, camello, bocas del Nilo, la Meca y saludos al doctor Livingston? Toda la vida consumido por la duda y al no decidirse la pasó en San Sadurní, llevando el negocio familiar de ferretería y saliendo los domingos de otoño a buscar robellones. ¿Y entonces, a edad tan tardía, para que ese viaje? Tal vez un deseo último de huida, de ver mundo, la llamada del ferrocarril, la estación, los viajeros. Que tendrá que ver, pero a nosotros nos recuerda un poco al viejo León Tolstoi, el escritor, muriendo con los ochenta cumplidos en una pequeña estación de tren, olvidada, provinciana, que ha pasado a la historia por acoger los últimos momentos del autor de Guerra y Paz. Pero veamos los cuatro apuntes del anciano Gervasio, perdón, Sadurní. Permítannos llamarle así, con el diminutivo que le daban en San Sadurní, como sólo allí saben hacerlo, en su lengua propia de allí. Gervasi Sadurní, prócer local había sido fundador de la Academia de la Lengua propia de Sant Sadurní d'Anoia. Sí, propia. Sólo de San Sadurní y de nadie más. Combatía con ardor a los que con mala idea cambiaban la N de Noya por una P. En los carteles de la carretera, en el del Ayuntamiento, y hasta en la placa atornillada en la puerta de entrada al salón de sesiones, convertida así en Academia obscena. Pero vamos al grano. Esto es lo que llevaba apuntado nuestro académico en su cuaderno, cuando la espichó nonagenario, tal vez centenario, sobre un banco de la estación de Sants, en Barcelona, lejos de casa, en un inesperado y cruel exilio, rodeado de extranjeros:
Diari del meu viatge.
ü Proyecto de nacionalización del cava en la región del Alto Panadés. A desarrollar. Lema: “No robarán más nuestro cava”. Me nombran president secretario del nuevo tinglado.
ü Vaya melones. [Extraño apunte este, que revela no obstante la mentalidad rural y huertana del señor Gervasi Saturní].
ü Autores para fundamentar el movimiento político del Alto Panadés. ¡¡Moviment cap endavant!!
Quintiliano; Clodio, Estico, Chucharrón, Justimino, el Doctor Botifarró; Gotingen, Cascajares, Menchú, Adalbert Agustí, Benvingut Bernard, Alfredo Rosenberg, Didac Eliseu, Joseph Arthur de Gobineau, Houston Stuart Chamberlain y el doctor Robert.
[Aquí siguen algunas anotaciones en la lengua vernácula y única de la patria chica de Gervasi, el sansadurnés].
ü Hem d'acabar amb els heretges llibertaris.
ü Sortir de Sant Sadurní és la mort… [Esto parece una premonición, claramente].
ü M'agradaria menjar potatge i lluç. El de l'idioma és una ganga. Em fa ric. Vaig a plantar botifarres.
[Curiosamente las anotaciones que se refieren a la breve y excepcional estancia en Barcelona están redactadas en español, como si nuestro idioma permitiera a Gervasi expresar mejor su encono y distanciamiento con la opresora Barcelona].
ü Ya estoy en B. aterrado, rodeado de joputistas. No hay duda de que se me mira mal, se ríen de mí, estoy seguro. No me siento querido, nunca nos han querido estos a los de San Sadurní.
ü Me acaban de servir uno de los segundos más horribles que he sufrido en la vida: atrocidad de pez espada tumefacto, coronado de alcachofa momificada sobre lecho de amalgama de fritura, todo ello a la manera infame.
ü Se ve aquí una mala raza de palurdos resentidos de mirar revirado. Se sorprenden de mi abrigo de raya blanca que miran con sañuda envidia. Quieren el abrigo pero sin trabajar. Son haraganes, lánguidos y lascivos. Gente del Sur, del sur de San Sadurní. Yo soy del norte. Soy del norte no hay duda. Yo soy tu morro [este último un apunte inconexo, tal vez resultado de las dificultades para digerir el pez a la infamia.]
ü Me sirven un sangüich que es una de las peores experiencias de mi vida: emparedado bituminoso de pan de baba, tomate enfermo y lechuga negra, todo ello a la gran descomposición en bolsa de plástico pasado humectoso.
ü Primero propone y luego cancela. Aaaagghh [sic].
ü Las caras de los lugareños que pasean por la estación son todo un muestrario de tipos de facinerosos y delincuentes, del escuálido y bilioso proxeneta a la gruesa comandanta de putones. Temo por mi vida. VOLEM l'Estatut (de San Sadurní).
* * *
Nada más.
esto es racismo y xenofobia y fascismo. Ultraderecha pura.
ResponderEliminarChe que lindo el artículo, pive si te hubiese conocido te habría dejado en los huesos. Sos el Chapulín pa comérselo.
ResponderEliminarDevora hombres.
EL ANONIMO QUE HA DEJADO EL COMENTARIO SOBRE EL FASCISMO ES UN MEMO QUE NO SABE LO QUE ES EL FASCISMO. AL LADO DE LOS NACIONALISTAS CATALANES, DE LOS BURGUESES DE SARRIA -SANT GERVASI Y DE LA IGLESIA CATALANA, NUESTRO AMIGO GERVASIO ES UN ALMA CANDIDA, UN POBRE LIRÓN SOÑADOR.
ResponderEliminarCUANTO FASCISMO, CUANTA INTOLERANCIA CUANTA EXENOFOBIA.
ResponderEliminarJo freqüento força la fantàstica ciutat de Madrid. Quan allà vaig a un restaurant xinès mai tinc cap problema per demanar els plats en català. Sempre m’entenen. Però si això ho faig en un restaurant a Sant Sadurní d'Anoia pot ser que tingui un problema gros.
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