Ante la inesperada renuncia de Su Santidad Benedicto XVI surgen desde todos los rincones del orbe multitud de interpretaciones, algunas bienintencionadas y otras no tanto, más bien maliciosas o directamente malvadas.
La renuncia se venía mascando en círculos de gente enterada a raíz de las declaraciones más o menos veladas que gentes próximas al Pontífice y el mismo habían ido dejando caer en los últimos meses del pasado año tras el estallido del escándalo conocido como Vatileaks, de hecho los lectores de "Los Cuervos del Vaticano" de Eric Frattini publicado por Espasa en octubre del 2012 han tenido ocasión de leer estos testimonios.
No me propongo en estas breves líneas tratar de las causas reales de la renuncia que a buen seguro solo Dios conoce con suficiente exactitud, sino llamar la atención de nuestros lectores cepogordistas ante los indudables aires de renovación y cambio que se presienten en el entorno del Vaticano y de la Iglesia Católica.
En lo tocante al gobierno de la Iglesia, el papado de Benedicto XVI se ha caracterizado por dos notas importantes que nadie puede juzgar negativamente; uno es el tratamiento del doloroso y grave asunto de los abusos sexuales cometidos por sacerdotes y miembros de la iglesia ocultado de manera criminal y errónea por muchos obispos durante años y otro es el de haber tratado de afrontar el escándalo de las finanzas vaticanas, si bien en éste último caso su triunfo final aún está por llegar.
El problema de las finanzas del Vaticano es de los más graves que afronta la Iglesia; no tanto en cuanto a la necesidad de hacer una limpieza a fondo de personas, sistemas y costumbres, sino en cuanto es hijo de un proceso histórico que nace siglos atrás y por tanto atañe a la propia orientación de la administración . Lo que ahora sufrimos es el resultado de alineamientos y decisiones adoptadas hace años por otros pontífices y dignatarios de la Iglesia y que han ido configurando la economía del Estado Vaticano que hoy tenemos.
Para dar solución a los problemas presentes el nuevo pontífice tendrá que adoptar medidas que sin duda modificarán profundamente el Vaticano que hoy conocemos. La Iglesia continuará siendo Católica y Apostólica, queda la gran cuestión de si continuará siendo Romana o al menos Romana al estilo de los últimos tiempos, por el bien de todos los católicos espero que no sea así.
Sanglier.
Para dar solución a los problemas presentes el nuevo pontífice tendrá que adoptar medidas que sin duda modificarán profundamente el Vaticano que hoy conocemos. La Iglesia continuará siendo Católica y Apostólica, queda la gran cuestión de si continuará siendo Romana o al menos Romana al estilo de los últimos tiempos, por el bien de todos los católicos espero que no sea así.
Sanglier.
Otra característica esencial de este Santo Padre es los "puentes" que ha creado haciendo honor a su condición de "Pontifex" máximo: el más importante de ellos entre la Fé y la Razón (conversaciones con Habermas y discurso en el Parlamento británico), e importantes también con las demás confesiones: especialmente la Judía y Ortodoxa. También con la Musulmana, superado el traspiés de Ratisbona. Hay pena por ello que no continúe ante la celebración, el año que viene, del 500 Aniversario de la Reforma.
ResponderEliminarC R-S
Agradezco sobremanera a C R-S que comente mi post y me permito responderle con sincero cariño filial ya que intuyo su condicíón de hermano en la fe de Cristo. En primer lugar decir que el alcance de mi entrada se circunscribía a la acción de Benedicto XVI en cuanto gobernante y cabeza de la Iglesia institucional. Los logros del Papa Ratzinger en materia doctrinal son asimismo grandes y su justo elogio supera con creces mis capacidades en materias como la teología y la filosofía. Se lamenta el comentarista de que no continúe su papado con ocasión del próximo aniversario de la Reforma. Esencial asunto y muy especialmente para un católico español ya que fue nuestra Patria la que inició la Contrareforma y en esa lucha empeñamos muchos de nuestros bienes materiales y espirituales. La decisiva influencia de los teólogos protestantes en el contenido y desarrollo del Concilio Vaticano II ha permitido que la Iglesia Católica desde los años sesenta haya sufrido una suerte de reforma interior. Del valor de esa orientación y los frutos del Concilio tenemos hoy mil y un juicios ponderados. Los hechos dan la razón a los mas críticos y uno no sabe bien si la ocasión del aniversario dará para que ahondemos en las proximidades o en las diferencias. Lo que espero y ruego a Dios con sincero corazón es que la jerarquía no nos aparte de la doctrina buena y que reflexione profundamente con honradez intelectual y con humildad ante los errores, así como valore los aciertos. La llegada de un nuevo Papa a la Sede Petrina abre un horizonte de grandes esperanzas, una nueva oportunidad de volver a la senda estrecha y al espíritu de Éfeso.
ResponderEliminarSanglier.
Mire Sangli, siempre ha sido la espada y la cruz. Falta mucha espada, los filos están romos, mucha herrumbre, mucha mella. Me sorprende ver al Sanglier entregado a la genuflexión, le habrán limado los colmillos mientras dormía si se ha levantado convertido en Yorkshire. Reaccione por favor, leña, leña, leña. Estamos agazapados detrás del parapeto, al abrigo del saco terrero, de limpia arena del suelo patrio, va siendo hora de erguirse de una vez. Palo, palo, palo.
Eliminary a ese CRS que a saber quien será. Más duque de Alba, más Mulberg, más fuego y más hogueras y otro gallo cantaría. Estamos del diálogo y del consenso hasta el moño. Y lo de Ratisbona no fue un patinazo, al moro hay que sacudirle, tenerlo a raya, lo que faltan son templarios en las limes del imperio. Demasiada horchata, mucho bambi y poca hombría, poco cuajo. VIVIMOS EN UN EXCESO DE MELINDRES.
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