Veinticinco años antes de Cristo, Octavio Augusto ordena fundar una
ciudad para el retiro de los veteranos de dos legiones que llevan años
guerreando y, para alojar a los soldados eméritos, se funda Emérita Augusta, la
actual Mérida. Y la ciudad no se hace a medias. Diseñada para ser capital de
una nueva demarcación administrativa, la provincia Lusitana, patrocinado el
proyecto por un yerno del emperador, Marco Agripa, nada se hace a medias. Sobre
el eje del decumanus, varios foros, templos (puede verse el de Diana que
todavía impresiona), teatro, circo, dos puentes, acueducto, murallas, el arco
llamado de Trajano, etc. Preservada por su pequeño tamaño y letargo económico de las salvajadas
urbanísticas del desarrollismo de los años sesenta y setenta, Mérida conserva
intacto un patrimonio de la época de su fundación que al visitante le resulta
pasmoso y que, al parecer, sigue apareciendo, pues la ciudad nueva está construida
sobre la antigua, y con cada movimiento aparecen nuevos restos que van
alimentando el Museo Nacional de Arte Romano. Merece la pena conocer el museo, tanto
por el continente (al proyecto de Rafael Moneo en este caso no podemos ponerle
peros) como por el contenido. Desde las inscripciones de sus lápidas funerarias
nos mandan recuerdos los primeros habitantes del lugar, como Phoebus y Restituta,
ella nacida en Roma como se indica de forma destacada en la lápida que nos
informa de la longevidad de ambos, más de ochenta años cuando les llegó el
tránsito. Eso que es más normal en ella, dice mucho del vigor de Phoebus.
A mediados del siglo II después de Cristo, el griego Pausanias al
describir la polis de Panopis
observa: “Hay veinte estadios desde
Queronea hasta Panopis, una ciudad focia, si es que un sitio tal puede ser
llamado ciudad, pues aquí no hay ni edificios administrativos, ni tampoco un
gimnasio, ni un teatro ni tampoco un ágora, ni siquiera agua que corra de la
fuente (…)”. Estamos seguros de que Pausanias no hubiera puesto una sola objeción
a la Mérida romana que todavía hoy puede recorrer, de alguna manera, el
visitante curioso.
Caballo lusitano. Está acreditada la crianza profesional de estos caballos en época romana y la organización de carreras.
Octavio Augusto
TORO
Perfil de matrona romana. ¿Tal vez Restituta uxor?
Mi reciente viaje a Merdia. El teatro romano esta muy bien pero pagas 12 euros por entrar y igual que por el museo, que es bastante decepcionante. En la colección no hay nada fuera de lo corriente, hay otros muchos museos que tienen colecciones más extensas y mejor documentadas. No se puede aparcar en la ciudad, no hay más zona azul que en la Capital. No volveré NUNCA a Mérida.
ResponderEliminar!!Aprenda a redactar!! No se entiende lo que dice, tenga al menos el detalle de revidar lo que escribe.
ResponderEliminarQue agresividad, cuanta energía para un lunes, un poco de calma. Seguramente a usted le paso algo desagradable en Mérida que nos oculta. Pero así son las cosas cada viajero ve una cosa. Yo visité Mérida en su día de la mano de las mas altas autoridades, fui convidado, paseado, agasajado, por supuesto ni tenía que aparcar ni pague un duro y lo vi todo gratis y en sesiones privadas. Si usted ha viajado en modalidad pelagatos, Mérida no tiene la culpa.
ResponderEliminarAsí cualquiera,vuelva usted como turista paganini ya verá como cambian las cosas.
ResponderEliminarEstuve en el mes de junio recomiendo especialmente el restaurante Rex Numitor. Jamón ibérico riquísimo, cortado a mano y de elaboración propia. Plato de diez, la Torta del casar, cremosita y bien presentada como me gusta. El Tostón asado crujiente y la carne muy jugosa. Todo un acierto, todavía me relamo y eso que no llegué a los postres. !!La ciudad espectacular!!
ResponderEliminarLo cierto es que se trata de una pequeña ciudad provinciana, en muchos aspectos fea, como ocurre con los barrios afectados por levantes de ladrillo al mas puro estilo Aluche, en otros con el sabor de la provincia antigua y dormilona, y lo que son las cosas, viviendo ahora, en parte de su pasado espléndido.
ResponderEliminarPara mi lo mejor de Mérida con diferencia es el Parador, funge de oasis en un desierto de calor y vulgaridad, y en él puede uno encontrar gente de Madrid, con eso está todo dicho. Comprendo que el el que no pueda pagarse ciertos lujos lo pase mal en Extremadura, por eso Hernán Cortes, Trujillo et altri salieron pitando de allí en cuanto pudieron.
ResponderEliminarUn comentario verdaderamente sectario, injusto y despreciable y me refiero al comentario. La presencia de "gente de Madrid" normalmente en bermudas, es motivo para salir corriendo.
EliminarEn el censor debe de estar de vacaciones en el parador de Mérida, no se entiende como no toma nota suprime algún que otro comentario.
EliminarMe han hablado muy bien del gimnasio del Parador, los conventos no me molan mucho, dicen que en una sesión quedas totalmente tonificado una pena que Hernán, Cortes, Trujillo y los otros no se lo puedan pagar. Ya sé que no tiene comparación pero yo me quedo con Londres es más completo y tiene una cantidad de gimnasios y es una ciudad muy abierta.
ResponderEliminarPensamos, equivocadamente, que la humanidad progresa. Da miedo.
ResponderEliminarSaludos de Gerania de Campisano
Nada que censurer por el momento. El personal es un poco tarugo, nada más. Ningún comentario sobre nuestras raíces romanas, que son las culturalmente determinantes junto con el cristinanismo.
ResponderEliminar¡No vale reciclar comentarios! Hay un pirata por ahí.
ResponderEliminarGdC
E una reazione tipica dei cornuti!!!
EliminarViva el Mérida C.F, ¡COHONE!
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