Es la última pélícula de José Luis Garci.
No sólo la más reciente, sino que nos tememos que verdaderamente la última. Es decir que no habrá más.
Uno se pregunta si merece la pena dedicarle estas líneas y el tiempo que se tarda en escribirlas, a un bodrio. Bodrio en el sentido de desperdicio, bazofia, mejunje, potingue. Porque de todo tiene. Tal vez al escribir prolonguemos la agonía, o tal vez sirva de bálsamo al enfado con que salimos del cine. Salida anticipada porque no fuimos capaces de aguantar hasta el final, soportando otros diez minutos de planos repetidos, movimiento de cámara hemipléjico, diálogos no vacíos, ojalá, sino rellenos de una crema nauseabunda mezcla de moralina anticapitalista y filosofía barata, principalmente alrededor del género femenino, y probablemente relacionada con algún problema de manivela que se oxida. Cosas de la edad y del pito.
No es sólo que la película sea mala, que lo es de solemnidad. Tanto que impresiona al pensar que quien la dirige acertó tantas veces y estuvo digno muchas otras. Podría uno quedarse en que se trata simplemente de la completa decadencia de un director de cine que supo hacer El Crack, las Verdes Praderas, adaptar a Martínez Sierra, a Galdós, jugar a insinuar un Baroja en pantalla y hasta llevarse un Oscar de Golligud.
No es que no tenga nada que decir, sino que además zarandea a nuestros clásicos, intentando vestir con su aparición en pantalla la mula tuerta y coja que nos quiere vender como si fuera un purasangre con los mejores orígenes. No se contenta con usar a Galdós, usar a Albeniz, sin venir a cuento, sin lugar en el guión (¿qué guión?), sino que se atreve a poner la zarpa en los personajes de Conan Doyle para herirnos con la peor traslación a la pantalla que de ellos se haya hecho.
Holmes aparece como un viejo sentimental pagado de sí mismo, que no investiga nada porque la película carece de misterio, de intriga, de trama. Hay crímenes, pero nadie los resuelve ni los investiga, no tienen autor, los produce el sistema, claro. Holmes se convierte en una especie de sacerdote demagógico, lánguido y suspirante, que denuncia el estado de las cosas, mientras alterna con un remedo de la mejor sociedad madrileña y se cepilla a Irene Adler, en los libros su gran enemiga. En cuanto a Watson, ¿qué decir?, convertido en garañón relinchando por Madrid, pesa a estar recién casado con una jovencita a la que lleva como veinte años. Se le trae primero a la pantalla y luego a Madrid para ver la feroz lucha que sostiene consigo mismo: ¿Mantenerse fiel a la jovencita que ha dejado en Londres o trincar con un tiorra dentona que se le ofrece envuelta en vestido de época? Todo ello envuelto en unos diálogos y unos argumentos que causan verdadera vergüenza ajena. Salpicados con un poco de inglés, para que se sepa que sabemos. Mucho nos tememos que la adaptación de los dos personajes que se nos ofrece represente todo lo que dan de sí las inquietudes de los autores del guión… O al menos su falta de pudor al atreverse a dar al público semejante obra. Nos quedamos con las ganas de saber si Holmes es colchonero y Watson del Real o al revés. Cualquier parecido con los personajes originales es pura coincidencia. No creemos que un Holmes & Watson pornográfico, con el detective copulando pipa en boca, pudiera ser peor.
En cuanto al lenguaje cinematográfico, la forma de contar, de narrar, la ambientación, el ritmo, no hay nada que podamos decir porque todos esos elementos estas ausentes. La película no es en rigor una película. No se narra, porque no hay historia, no hay ritmo, todo es cartón piedra, no hay tensión porque no hay personajes, el más aburrido vacío.
Se trata más bien de la grabación en super ocho que haría un chico de diez años un poco lerdo para librarse cuanto antes de un trabajo del colegio. La película es lenta, repetitiva hasta la extenuación, los mismos planos y las mismas escenas una y otra vez, tanto que si no fuera por el hartazgo provocarían risa y se podrían contar: ¡Uno! ¡Dos! ¡Tres!, etc. La misma escena entre Holmes y novia repetida como cien veces, otros cien planos de Watson y tortolita y otros cien de Watson y tentación, doscientos de Holmes en su apartamento, doscientos del museo del ferrocarril, exterior de la estación e interior del vagón de época, lo mismo con el hospital, el cuarto de hotel, las reuniones en el gabinete del ministro, los suspiros los diálogos. Desesperante. De una torpeza que ni hecho a propósito. La cámara nos muestra la escena, desde arriba, va bajando, se centra se acerca. Siguiente plano, mismos movimientos, y así una y otra vez. Tanta cámara que sube y baja, o que desde arriba baja, llega a resultar sospechosa, hasta el punto de que sólo puede entenderse con una explicación freudiana, de diván: una vez más, cuestión de pito, nabo, falo, miembro, como quieran ustedes llamarlo. Ni el alumno torpe, lerdo y pajillero hubiera llegado a tanto.
Es tan sorprendente que se llega a pensar que Garci, el director, no haya estado detrás de la cámara y sólo haya prestado nombre. Porque no es normal tanta torpeza técnica, tanta falta de oficio, incluso en un director que estuviera completamente degenerado. Menos en uno que se dice admirador del gran Golliwú clásico, de John Ford, etc.
Pero como decíamos, no es sólo que la película sea mala. Lo es tanto que resulta hasta sospechoso, que huele a estafa a kilómetros de distancia. Nada sabemos, pero como también nos gusta la ficción, vamos a elaborar un poco este argumento. ¿No habrá detrás del bodrio una de esas tramas estupendas tan representativas de la España democrática? ¿Un trinquillo organizado con los amigos para echarle el guante a las últimas subvenciones? Una de esas formas de hacer las cosas que nos han llevado a dónde estamos.
Tal vez la película hubiera podido titularse “Coge el dinero y corre” si no fuera copiar a gente de más talento. Tal vez la verdadera historia que haya que contar no sea la que consiste en meterle el dedo en el ojo a Conan Doyle con sus propios personajes, sino la de la financiación de ésta película, y de otras películas en España en estos años de democracia. La pasta para un cine que no cuenta nada y que prácticamente ni siquiera es cine como tal. ¿En el reparto los Ozores y Tony Leblanc? Eso sería demasiado bueno, es más un argumento para Pajares y Esteso, para Santiago Segura. Uno de ellos, Pajares, haría de Garci, Esteso de ministro, Segura de miembro del partido, sección Kultura, los secundarios harían de amiguetes. Habría que buscar a quien hiciera de Ministro de Justicia, de hombre de partido, de fiscal con veleidades culturales, de diplomático radiofónico, porque dudamos que Gallardón, Torres Dulce y Chencho, quisieran participar haciendo de sí mismos en una película sobre trincar la pasta, como si lo hacen en ésta. Sí señor, los tres en pantalla, y el amigo bobito, el poeta Luis Alberto también. ¡En plena crisis, ver que la película se produce con nuestros impuestos (TVE, Ministerio de Cultura, ICO, etc.) para que luego se entretengan estos! Lo que no entiendo es como no arden los cines. Bueno, lo entiendo, porque la sala no tiene la culpa. Ver a Gallardón con barba falsa haciendo de Albéniz y salir vivo de la sala es una clara demonstración de fortaleza física. El trauma moral es en cambio indeleble, nos tememos. Chencho es el único que la verdad lo hace bien, hemos perdido un gran actor.
La película es tan mala, es hasta tal punto el anti-cine que, realizada por quien un día tuvo oficio y hasta talento, sólo puede ser el resultado del más escandaloso desinterés, un desinterés que podría calificarse casi de culpable, de gravemente negligente. Y esto es lo que nos hace imaginar la otra trama: que la película pueda ser simplemente una tapadera para el trinque. ¡Chavales! ¡Que todavía quedan cuatro duros en subvenciones para pelis! ¡Decídselo a Pepelu a ver si se presta! Montamos un tinglado y nos metemos unos eurillos del contribuyente en la faltriquera. Todo legal oye, a base de contactos y mover los hilos adecuadamente, como Stromboli en Pinocho…
Tato piensa que realmente, trincar los euricos, es realmente lo único que hay detrás del asunto, un puro ejercicio de mediocridad. Y esto casi podría aguantarse si la película no destilara moralina barata, lamentándose de un estado de cosas de las que es un perfecto ejemplo y resultado. Si no nos sacudiera sin piedad con lugares comunes, cursilería y diálogos absurdos en boca de una recua de actrices que más parecen un harem colocado a dedo por los muñidores del asunto que unas representantes medianamente dignas del séptimo arte, completa y absolutamente ausente de este … bodrio.
Se ve que no le ha gustado mucho la peliculita. A lo mejor si le zarandeamos un poco le gusta más, y si le apretamos las clavijas llega al entusiasmo.
ResponderEliminarCOMIENDO COCRETAS SE PASA LA VIDA MEJOR
ResponderEliminarTAMBIEN ES GÜENO UN QUESO FUERTECICO y ALCOOL DESTILADO DEL PLATANO.
ResponderEliminarComo se puede ser tan sectario, la peli es estupenda, fenómena, llena de cultura, ¡cultura! que es lo que hace falta en este país. Que no os enteráis desde la caverna. Lo que os molesta es que con el PP remonte el cine español, con joyas como ésta, que sale Galdós, que sale Albeniz, nadie se había atrevido antes, es un maestro. No si si oleís a caverna o a rogelio, pero desde luego mucha agua turbia hay aquí. Lo que pasa es que por encarnados o por carcas no os gusta que España progrese, no aguantáis que estemos dónde estemos, que gane la selcción y que se hable inglés. Si señor, si para vender hay que decir sales en vez de rebajas pues se dice si toca. Hay que ser profesional, closings, deals, eso es lo que hace falta. Y olvidar el pasado, integrar a los diferentes. SI morreamos a Carrillo muerto es porque nosotros perdonamos y olvidamos todo, todo en nombre de la democracia y el futuro, lejos de vuestras reglas, de vuestra estrechez monjil, gente de sotana o de hoz y martillo que lo mismo da.
ResponderEliminarHE ESCUCHADO ESTA MAÑANA UNA ENTREVISTA A GARCI, EMITIDA POR UNA CADENA QUE LE ES SUMAMENTE AFÍN. GARCI HA MANIFESTADO QUE ENTIENDE QUE SU PELÍCULA NO GUSTE PORQUE EL HA TRATADO DE RECOGER EL VERDADERO ESPÍRITU DE HOLMES ALEJADO DEL TÓPICO DEL SOMBRERO DE CAZA Y LA PIPA...LUEGO HA DICHO QUE HAY MOMENTOS A PARTIR DE LOS CUALES UN DIRECTOR DEJA DE TENER CONEXIÓN CON EL PÚBLICO Y LA REALIDAD DEL MOMENTO. TODO ME HA SONADO A ESCUSA, AL PARECER LA PELÍCULA ESTÁ SIENDO UN PEQUEÑO DESASTRE DE VENTAS. EN FIN LO LAMENTO POR GARCI. EN CUANTO AL COMENTARIO ANÓNIMO DEL 24 DE SEPTIEMBRE DECIRLE AL AUTOR DEL MISMO QUE NO SABE BIEN DE QUE HABLA YA QUE CEPO GORDO ES UN BLOG DONDE SE PRACTICA LA MÁS ABSOLUTA LIBERTAD DE OPINION Y EXPRESIÓN Y EN EL QUE CONVIVEN TODA SUERTE DE TENDENCIAS HUMANAS, ESTÉTICAS Y POLÍTICAS. LA SIMPLIFICACIÓN DEL CARCA O DEL CURA ROJO ES PARA PARTIRSE DE RISA. EN CEPO HAY MUCHO MÁS QUE TODO ESO, RECOMIENDO QUE LO LEA A MENUDO Y LO COMPROBARÁ, SI NO ES CAPAZ DE DARSE CUENTA ES MEJOR QUE LEA EL BLOG DE CESAR VIDAL, MÁS ADECUADO PARA SUS CAPACIDADES E INTENCIONES. POR ÚLTIMO RECOMIENDO NO OLVIDAR QUE LAS IDEAS SON LAS QUE SON BUENAS O MALAS POR SI MISMAS Y UNA VERDAD ES CIERTA POR MUCHO QUE LA DIGA UN ASESINO CONVICTO O EL MÁS DULCE Y HONORABLE DE LOS DIÁCONOS. A SEGUIR BIEN. SANGLIER.
ResponderEliminarY a usted que le den morcilla, tío pelma.
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