Melancolías del poligó. De los papeles del eximino polígrafo A. Bergamota. Cortesía de C. de Liposthey, biógrafo.
Todos los días,
al salir del metro, féminas andariegas esperan agazapadas para humillar al PG (Primoroso Gordo). Ayer un china de zancada corta y rápida. Hoy una caucásica
de zancada descomunal, una giganta de siete o catorce leguas, quien sabe. Todo
transcurre de la manera siguiente: PG sale pletórico del metropolitano,
erguido, confiado, admirando la mañana y se lanza animoso calle arriba por el
polígono. Cuando cruza la primera calle, dejando atrás un fresno cuyas ramas
le obligan a agacharse, y enfila la avenida Melonar, oye de repente un clapclap que se va aproximando, como si le siguieran. Primero fue la china. Clap,
clap. Le adelanta y es tal la velocidad de su andar que enseguida es ida, un punto
pequeño que se ve en la distancia, en el cruce con la calle de Capaos. Al mirar
al suelo, PG observa que la china, desde el punto en que le adelantó, ha ido
dejando un rastro intermitente de alpiste. PG lo considera ofensivo y se
irrita. De vuelta a casa por la tarde todas las chinas del metro parece que le
miran con amarilla sorna.
¿Quiere que hablemos de usted?? Cuanto hace que no se mira en un espejo?? Por favor está hablando uno de los tíos más desaliñados y pringosos de España. Un poco de vergüenza, por favor. Pero que gente.
¡Con lo elegantito que está este caballero!, ya sabemos que la gente sin darse cuenta se van afeando en vez de embellecerse.
ResponderEliminar¿Quiere que hablemos de usted?? Cuanto hace que no se mira en un espejo?? Por favor está hablando uno de los tíos más desaliñados y pringosos de España. Un poco de vergüenza, por favor. Pero que gente.
Eliminar¡Claro que sí debemos mirarnos primeramente a nosotros mismos y reírnos de nosotros mismos!. Pleno ejercicio e intenso.
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