Por la gran
avenida poligonera sopla el aire. Es una brisa ligera, que da un respiro a la
tarde achicharrada por un sol de estío brillando inclemente a toro pasado, con el
otoño ya en puertas. GP camina cansino por una bocacalle. Chinos airados
vociferan alrededor de un tubo de escape desmontado. Pasa la vieja con la
compra. Sinforoso García Pote medita. El ojo se va al movimiento ligero,
ondulante, del ailanto. Tiene la esquina tomada, se yergue gigantesco e
invasor, rodeado de su infinita corte de retoños. Ya tapa la esquina casi por
completo, dando a la nave de cubiertas azules un aire de oriental pagoda.
¡Feliz el Señor con su humo azul!.¡Y que no le falte!.
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