El agua
mineral se sirve de forma tan ruidosa, a chorro libre, que cubre la voz del
conferenciante. Una voz por otra parte débil, más para susurrar escondido que
para arengar a las masas que tan necesitadas están de que alguien les grite. El
poder de la gorda que se sirve litros y litros de agua mineral es tal, es como
ver un elefante conectando la trompa a un surtidor, que remata la jugada
dejando caer con fuerza terrible la enorme botella sobre la mesa. Ante el
estallido vibra toda la sala, sus vecinos respingan, a un tío cursi se le caen
las gafas y pone un mohín tan atroz que su vecino no lo puede resistir y
violento le amenaza con un enorme puño cerrado. Pasado el momento, la onda de
violencia provocada por el paquidermo con vestido de flores se extingue.
Prosigue la charla sobre procesos. Hay que marcar las casillas, todas las
casillas, con un lápiz y por orden… ¿Y si las marco con la minga no vale? Esto
lo ha pensado el enano de delante, se ha notado, pero como es como los demás,
se calla. Está sentado entre el largo y la gorda, el jirafa y la elefanta. En esta
selva el viene a ser una hierba, una hierba, alta para ser hierba, seca,
crujiente. En cualquier momento lo arrancan del asiento para zampárselo y aquí
se arma una de miedo, con el enano pataleando por los aires, apretado por la
trompa del elefante que lo agita como un sonajero para llevárselo a la picuda
boca. Cuello de toro se está durmiendo. Es normal, ahora se están describiendo
todas las casillas, cada una y su contenido. Hay ciento diecisiete. Es mejor
marcarlas rellenándolas con un aspa, con un aspa. Con un punto no, porque es
confuso. Al saludarle antes se notaba la falta de un dedo, un rasposo vacío que
daba escalofríos. Seguimos con las casillas. Excelente exposición sustentada
por todos los hábitos verbales del anglosajón para quien todo es global,
mundial, todo son lecciones aprendidas, mejores prácticas, si, no, hacer no
hacer… Con ayuda de unos buenos carros de combate todas las artes salen mejor.
Al cumplirse
la tercera hora de conferencia sobre procesos y casillas, y pese a la
abundancia de agua mineral, ya han muerto dos oyentes. Uno se ha desplomado
sobre la mesa, con la cabeza sobre el cuaderno. De forma bastante discreta,
todo hay que decirlo. Como estaba sentado no se ha notado mucho. Parce que se
ha quedado dormido, pero le sangran las orejas. Ha reventado por dentro en la
casilla ochenta y dos, faltaba poco. El otro se desliza de la silla y cae
debajo de la mesa, desaparece tragado, escondido por el mantel. No le
encontrarán más que al día siguiente, al oponerse su grosura inerte al avance
del aspirador. Hay un panorama de cráneos pelados, sobre gruesas nucas, con el
cogote surcado de rollizas arrugas. Ya lo decía Pardo Bazán, nosotros vamos a
los toros mientras ustedes beben solitarios hasta perder el conocimiento,
perseguidos por sus ligas antialcohólicas.
si ahora se hace todo con el power point y por huev cam.! Nadie va a las conferencias!
ResponderEliminarCon los sumos respetos, que se merece, vaya petardos que se traga, prefiero fumarlos con la litrona en la plaza
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