Nuevamente
debemos agradecer a la paciencia y tenacidad de Calvino de Liposthey el haber
rescatado esta conferencia de las primeras con que se dio a conocer el gran
polígrafo. Seamos indulgentes con el texto que adolece de los defectos propios
de la juventud y de las circunstancias en que se escribió. Dejemos que Calvino
de Liposthey nos ponga en antecedentes.
Una conferencia de Alcides Bergamota El Grande: Tipos Circulistas.
Introducción, por Calvino de Liposthey, editor.
Se encontraba Alcides Bergamota
en una época de tribulaciones personales, incluso, porque no decirlo, en plena
zozobra. Separado de su mujer que había iniciado la consabida batalla legal, y completamente
desorientado, había caído en las redes de Toñi la Roja. Conocen nuestros
lectores más aficionados a la petite
histoire los detalles de esta relación que ya se han evocado de manera pormenorizada
en otros episodios de la biografía del gran polígrafo. Sólo recordaremos, para
que se comprenda mejor lo sucedido con esta conferencia, que Toñi la Roja era
lo que podríamos llamar un animal del sistema. Entiéndase esto a derechas
(dicho sea sin segundas). Toñi la Roja era una auténtica experta en drenar hacia su
bolsillo toda clase de subvenciones, ayudas y subsidios, ya fueran otorgados
por administraciones locales, regionales o nacionales. Por aquel entonces no había
dado todavía el salto internacional ni lanzado su proyecto de ONG. Por el momento
su golpe más sonado había sido la restitución a su asociación cultural -fundada
en 1985- de bienes incautados en el año cuarenta, al terminar la guerra civil.
La jugada había sido maestra, pues incluía un inmueble completo en el corazón
de una ciudad de provincias. Retorcía el derecho con pasmosa habilidad, sirviéndose
de las normas como un tahúr de una baraja de cartas marcadas. Y movía hilos,
cientos de hilos, descomunales madejas tejidas con ficciones jurídicas,
testaferros, entidades de toda clase, fotografías comprometedoras y grabaciones
sonrojantes. Al parecer, su físico escultural había tenido mucho que ver en su
ascenso fulminante. Precursora de la batalla social, en la época en que andaba
enredada con un Bergamota hundido, su asociación para la defensa de la mujer
discriminada y la lucha por la paridad se había metido en la buchaca una jugosa
subvención. Se les había confiado la organización de una jornada cultural para
la juventud progresista que tendría lugar durante la semana de fiestas de aquella
capital de provincias. Había que llenar la jornada y que mejor que pedirle a un
Bergamota en horas bajas y pasado de copas una arenga para esa juventud moderna,
desinhibida, rompedora, folladora y guay. Perdonen, pero es que la cosa se
planteó en esos términos. Toñi le plantó en el salón de sesiones y se largó a
otra cosa. Lo que podrán leer a continuación es el resultado. Los incidentes
que siguieron a la sesión, verdadera algarada que se había ido fraguando
mientras un Bergamota calentado con bastante brandy soltaba su irónica
provocación, terminaron con la llegada de la policía que se encontró la casa de
la cultura patas arriba, verdadero campo de batalla humeante dónde nada quedaba
en pie: butacas arrancadas, cristales rotos, cortinas ardiendo. Además,
robaron el proyector.
" Paciencia y tenacidad", muy buenas virtudes del Señor Calvino de Liposthey.
ResponderEliminarLa culpa como siempre es de la mujer y si es roja mejor. No tiene remedio. !Infumable!
ResponderEliminarEs cavernicola, la descripción que hace de la juventud.Que se le pasa por la mente.
EliminarPeor aún la de Toñi, que califica de "la roja"y le llama "animal del sistema" y trincadora de subvenciones. Es una ofensa a la Mujer
EliminarBergamota se bebió todas las subvenciones en brandy y le echan la culpa a Toñi. Así se fomenta la paridad de genero
Eliminar! Cuanta chirimia, cuanta felonía al sexo débil!
ResponderEliminar!Una pena lo del proyector! Seguro que se lo llevo el cura.
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