Estos
artículos, que utilizando un título literario cinematográfico en inglés
podríamos llamar "Ford revisited", son estupendos. Pero a Ford no le
hubiera gustado, con lo alérgico que era a toda pose artística o intelectual.
La que adopta cualquier pelagatos cuando le entrevistan por haber emborronado
una pared o ensuciado cualquier cosa, previo cobro de la preceptiva subvención.
Así que es mucho mejor como titula usted, con el nombre del director seguido de
la película que comenta. Coincido con usted plenamente, y creo que no es
necesario insistir en todo lo que tan acertadamente usted destaca. Tengo
verdadera predilección por el cine de este hombre que supo contar historias
como nadie y plasmar en el cine y en sus personajes mucho de lo que
personalmente se le escapó en vida. Los puñetazos sí, pero siempre un lirismo y
una sutileza que resultan sobrecogedores. Lo más extraordinario, entre lo
mucho, es todo lo que llegamos a saber de sus personajes y con qué rapidez:
como son, como sienten, que les pasa, cómo evolucionan, lo que representan.
Esto se logra a menudo con un diálogo breve, o sin apenas palabras. Me acuerdo
ahora, en Río Grande, del momento en que cenan juntos John Wayne y Maureen
O’Hara, toda la vida del matrimonio y todos los sentimientos de ambos están
ahí, contados al espectador, con las miradas, con algunas palabras y un espléndido
blanco y negro al servicio de dos actores de los que Ford saca lo mejor. La
escena culmina con la serenata que les da un pequeño coro de soldados, con una
canción irlandesa, claro. En la Taberna del Irlandés, tan distinta, están muchos
de los rasgos apuntados: conocemos a los personajes como usted los describe y
el lirismo surgirá en la comedia alrededor del sacerdote católico y de su iglesia con
goteras. Volveré a verla esta semana. Muchas gracias por este paseo magnífico
por la obra de Ford.
Atentamente,
El que no sepa quién es Tardi no entenderá y le estará bien empleado por infectó cateto
ResponderEliminarGood job Miss Mingoo
ResponderEliminarEstimado Señor D. Genaro García Mingo, muchísimas gracias por este artículo tan genial y verdadero. Menos mal por esto: " Lo más extraordinario, entre lo mucho, es todo lo que llegamos a saber de sus personajes y con qué rapidez: como son, como sienten, que les pasa, cómo evolucionan, lo que representan", porque gracias a los personajes literarios o del cine conocemos la vida y la realidad, porque si fuera por las personas de la realidad no sabríamos nada o casi nada, las personas ni hablan ya...¡hasta donde hemos llegado!.
ResponderEliminar