Desde hace unos meses se viene repitiendo en los medios de comunicación y entre los mal llamados líderes políticos una suerte de martingala que se formula más o menos de la siguiente forma: "espero que pronto recuperemos el bienestar anterior a la crisis", "algún día recuperaremos el nivel de bienestar de los años anteriores a la crisis".
A fuerza de escuchar esta memez, muchos conciudadanos del que esto escribe se han puesto a repetirla por las calles adoptando un tono entre la añoranza y el deseo y ponen ojos de ese obrero clásico que a la vista del prietísimo y muy palpable muslamen de la morenaza semiencuerada lanza desde el púlpito de su andamio su requiebro celtíbero "quien tuviera esos jamones en su alacena". El piropo, un arte perdido bajo la opresión de la cultura de género.
Me vienen a la memoria las sabias y entrañables palabras del Profesor Pérez de Ayala cuando en sus exquisitas lecciones de Hacienda Pública nos decía con su voz educada y amable que "el estado del bienestar no es lo que se siente después de haberse tomado dos güisquis". El querido Pepe Pérez cómo el mismo se denominó ante la atónita y más bien legañosa audiencia que acudía a primera hora de la mañana a escuchar sus bien preparadas lecciones, tenía toda la razón..el estado de bienestar no es un "estado del bien-estar" que es lo que han vivido falsamente los españolitos en la loca y nefasta primera década del nuevo milenio.
A nadie le gustan las malas noticias y al vulgo patrio menos que nadie. Ahora que el personal las pasa canutas y que se acuerda de los días del cubata, el BMW y las vacaciones en Punta Cana se unen con gozo a la famélica legión de los adoradores del perdido estado del bien-estar.
Este mito del perdido estado del bienestar que a mi juicio debe denominarse de bien-estar se une inexorablemente a otro mito, en este caso marcadamente progre, como es el de las "conquistas sociales".
Veamos en qué consiste cada uno y cual es la triste realidad que espera a la pléyade de soñadores que ansían su retorno.
Lo que el vulgo patrio entiende por regresar al estado del bien-estar es volver a disponer de crédito barato para el consumo desmedido, que la riada ingente de dinero público se desparrame por doquier permitiendo la creación de innumerables puestos de trabajo públicos y semipúblicos con escaso o ningún contenido real, que alguien (quien sea y como sea, da igual) ponga en marcha la máquina de hacer billetes para que las calles se llenen de vehículos todoterreno y las pantallas de televisión aumenten de tamaño hasta ocupar toda la superficie disponible del salón, etc..etc..
Es decir que el vulgo patrio quiere que regrese el despelote y en ese deseo se manifiesta que nadie o muy pocos han reflexionado porqué se ha llegado a la situación que vivimos hoy día, situación que si bien auspiciada y promovida por los políticos no encuentra entre estos y los banqueros a sus únicos responsables.
En cuanto a las "conquistas sociales", el progre sindicado o no que las demanda y llora su pérdida y lanza venablos contra Mariano y su Banda del Empastre y se manifiesta frente a la Comunidad de Madrid o berrea delante de la sucursal bancaria de turno, de lo que se trata básicamente es de vivir a cuenta del erario público trabajando lo menos posible o directamente no trabajando nada y responsabilizando al Estado de todos los gastos personales del ciudadano.
La conquista social se traduce en el lenguaje común en la educación gratis se estudie o no, en la sanidad ilimitada y la atención social rayana en la prodigalidad, en la piscina climatizada municipal en el municipio de mil habitantes, en los cursos de tiro con arco olímpico patrocinados por la consejería de deportes del ayuntamiento de Carriezo de la Matapiedrilla, en la construcción del campo de golf público y gratuito para los vecinos de un secarral manchego y así hasta el infinito.
Las "conquistas sociales" se han obtenido fundamentalmente mediante la combinación de dos acciones nefastas: por un lado la acción ideológica de la izquierda a través de sus numerosas terminales políticas, sindicales y sociales y por otro la cooperación culpable de los diferentes gobiernos que han ido concediendo más y más "beneficios sociales" a costa del erario público y con la doble intención de tener al rebaño amansado y de paso hacer unos negocietes apañados con las contratas, contratos y actividades correspondientes.
La España de la locura, la especulación y el pelotazo sostenido con dinero público que han patrocinado PSOE y PP (la responsabilidad de Aznar en esto es enorme) era el medio natural dónde se desarrollaba ese añorado estado del bien-estar y en el que los políticos progres (de ambos partidos) construyeron el gigantesco edificio del beneficio social.
De lo que no se han enterado la mayor parte de los españoles es algo que ningún político quiere explicar con claridad meridiana: el modelo anterior que ha traído la crisis no sólo no era tal modelo sino que adolecía de errores fatales.
La economía española es poco competitiva, escasamente innovadora, altamente dependiente de un sector servicios anclado en el consumo interno y muy poco industrializada.
España ha renunciado a la industria y la innovación. Las grandes generadoras de dinero durante el "milagro del bien-estar" eran lavadoras de dinero público como las grandes contratistas de obra pública, la construcción y sus sectores asociados.
A la agricultura y la agroindustria que son uno de los sectores más sólidos y aseados de nuestra maltrecha economía se las dejó de la mano de Dios, hasta el punto de desaparecer el ministerio del ramo o bien ser amalgamado con otras carteras de escaso fuste.
La industria innovadora y puntera es escasa y se basa fundamentalmente en empresas de pequeño tamaño que dependen fundamentalmente de la resistencia heroica de sus propietarios y un puñado de obreros especializados.
Las únicas grandes empresas españolas que funcionan han desarrollado la mayor parte de su actividad en el exterior y por tanto generan empleos y futuro en otros rincones del mundo.
Convendría reflexionar el porqué de todo esto y que han estado haciendo los españoles tanto políticos cómo ciudadanos en materias esenciales como el aumento de la natalidad, el avance en la educación, la estabilidad territorial, la moderación en el gasto público para poder invertir capital en el trabajo, el apoyo al emprendedor y una política fiscal que fomente el ahorro, la inversión y por supuesto el beneficio.
Los españoles deberían de enterarse de una vez por todas que el empleo y la riqueza lo crean los empresarios y que éstos buscan el beneficio y que éste se consigue con trabajo, competitividad y algo tan sencillo como la falta de trabas y barreras al desarrollo de la lícita iniciativa personal.
Esto no es un discurso liberal, ni mucho menos, es un discurso de doctrina social de la buena en el que la riqueza verdadera consiste en distribuir lo ganado adecuadamente en función de los méritos y esfuerzos de cada uno, como dijo San Pablo a los Tesalonicenses; el que no trabaje que no coma.
La España del bien-estar se basaba en el pelotazo y el dinero público, la España de las conquistas sociales se basa en que paguen impuestos unos cuantos y el resto se "enchufen" en el sistema de vivir a costa de la subvención porque gano poco..
La gran lesión moral causada es la de haber acostumbrado al ciudadano a vivir de prestado, a vivir con poco, a conformarse con un salario bajo a cambio de trabajar poco y mal y tener al padre y madre Estado como surtidor de todos los bienes necesarios y superfluos.
Al progre le gusta el modelo porque sabe o intuye que un ciudadano que depende del Estado pasa a engrosar inmediatamente la famélica legión de los beneficiados y se le puede educar en su forma de ser, pensar, vivir y consumir. Es el paraíso compartido de los sindicalistas, de la nomenclatura socialista y de los millonarios al estilo Roures y Cebrián.
Mientras hubo dinero público el no-modelo gustaba a casi todos o pasaba desaparecido.."otra de gambas". Ahora que Europa ha cerrado el grifo y las cuentas no salen es cuando algunas gentes comienzan a preguntarse el porqué cientos de miles de españoles tendrán que emigrar para buscar sustento y si no podría haberse hecho algo para crear una economía seria.
La respuesta a esa dolorosa pregunta tiene mucho que ver con lo que un pueblo quiere de si mismo y todo empieza por lo que cada uno quiere para si y cuanto está dispuesto a luchar para conseguirlo. El español contemporáneo tiene una visión pequeñita de España (salvo en lo tocante al fútbol) que como mucho se extiende al horizonte de su comarca o la comunidad autónoma y en consecuencia tiene una visión pequeñita de si mismo y se contenta con ser un consumidor con aspiraciones.
Sin un re-enfoque de la persona y la familia consistente en una revisión profunda de los valores, es decir del "ser" del español, no habrá mejora duradera posible.
Todos los grandes asuntos de los que depende la economía pasan inexorablemente por la cuestión del hombre y su acción que se dirige siempre conforme un cuadro de preferencias y valores. Si no se comienza por esa "reforma" básica no hay nada serio que pueda hacerse y España seguirá a la deriva hasta su transformación en otra cosa cuya forma y contenido solo Dios sabe cual puede llegar a ser.
Por todo lo expuesto no conviene repetir por tanto esas frases tópicas sobre el bien-estar o falso bienestar y sobre las conquistas sociales. Aparte de manoseadas encierran un contenido fétido, una triste ilusión de euforia pasajera que encierra en su interior un veneno mortal.
Sanglier.
Querido Sanglier: dice usted que Esto no es un discurso liberal. Al contrario, claro que lo es, y debería usted estar orgulloso de ello, no se deje amedrentar por los restos de esa iglesiota decimonónica y oligarca, condenadora del liberalismo, que Francisco de Vitori y Melchor Cano, Suarez (Francisco) y el resto, también hombres de Iglesia le hubieran aplaudido. Sólo hay que precisar de que liberalismo se trata, descartando el francés doctrinario, y acogiendo el que puso los fundamentos de la libertar en las sociedad modernas, tan difíciles de sostener como puede verse.
ResponderEliminarSuyo,
Javier Alfonso Valdegamas (que se caga en esta democracia que no es tal)
SE VE QUE A USTED NO LE HAN "LANGOSTINEAO", SI NO, OTRO GALLO CANTARÍA. Hay mucha envidia, que nos quiten lo bailao, ¡¡Mejor hedonismo y tías güenas que CADENAS!!
ResponderEliminar