Uno de los mayores problemas con el que nos encontramos al comentar la actualidad política y social es la velocidad a la que nuestros "amables congéneres" del forillo público expelen sus infamias, memeces y malignidades.
Hoy día es tan abundante la cantidad de basura puesta a disposición del público, ora atónito, ora adormecido, que uno tiene la sensación de ser un hamster encerrado en la rueda perpetua de la estupidez.
Que el Partido Popular dista mucho de ser un partido con "principios" y "valores" claros es algo que hemos tenido ocasión de señalar en repetidas ocasiones.
Un lector afín a esa organización política me dirá que existen diversos documentos e idearios etc... pero salvo que sea una persona de inocencia claustral habrá de convenir conmigo que la existencia de un papel debe verse refrendada por los hechos y en este aspecto el PP dista mucho de ser coherente.
Ahora salta la noticia acerca del debate interno en el Partido Popular acerca de los llamados "vientres de alquiler".
(Es ésta una expresión horrorosa que empleo aquí, ya que nombra de forma particularmente antiestética, una conducta inhumana completamente opuesta al concepto de persona que defiende el que esto escribe).
El asunto de los "vientres de alquiler" y la postura favorable, que parecen irse decantando como oficial, viene a ser otro de los hechos que va dejando claro cuales son los valores y principios que sostienen la acción política del Partido Popular.
Desde hace tiempo, el PP se ha caracterizado por acoger sin mayor problema todas y cada una de las demandas clásicas del pensamiento de izquierda.
Pese a espantajos y gazmoñerías destinadas al público, la realidad es que no hay diferencia entre el hombre según el PP y el hombre según el PSOE.
Ambos coinciden en una visión radicalmente opuesta a la concepción cristiana del hombre.
Habiendo renunciado a cualquier principio de raíz cristiana el PP y tras la tibia apostasía del PNV (en un arranque de falsa modernidad que no pasa de ser un apaga conciencias) no hay formación con representación parlamentaria que defienda la visión cristiana del mundo.
Jamás fui partidario de una democracia cristiana o de un partido "arropado por la sotana". Ese tipo de formaciones han acabado siendo pasto de los "cristianos profesionales", una de las especies más asquerosas de bípedo que haya poblado la faz de la tierra.
Lo anteriormente dicho no supone que no sea posible y deseable que haya un partido o formación política que reúna en su ideario y defienda en sus acciones los valores y principios cristianos.
Esto es algo tan importante y necesario como la existencia de un partido de izquierda formado por gentes cultivadas y aseadas que defiendan sus puntos de vista desde la sana confrontación intelectual sin recurrir al navajazo en la barriga, el tiro en la nuca o la máquina infernal arrojada al paso de la escolta policial.
Dirán algunos que todo esto son imposibles y memeces propias de una debilidad mental. No creo que sea así. Admitir que una inmensa mayoría del rebaño político sean gentes de poco seso y torcida intención no implica que no pueda y deba haber gentes de otra índole dedicadas al beneficio público.
El Partido Popular continúa su marcha imparable hacia la completa equiparación con la socialdemocracia más gastada y nefasta del viejo mundo: corrupción, intereses privados por encima de los públicos, amigismo, ausencia de planteamientos morales y éticos, brutal exacción fiscal, etc...
No sé como todavía hay gente que se "hace la ilusión" de que el PP representa nada más que a un grupo de gente ambiciosa que quiere manejar un presupuesto y cuyos "valores" van cambiando según sea necesario en la mejor escuela de Marx (Groucho, en éste caso).
Ojalá me equivoque y al final el PP no haga suyo el apoyo a esta práctica inhumana, sería una noticia feliz, pero me temo que acabará venciendo el programa progre, la vena post-moderna que infiltra la organización como la grasa de una chuleta.
Mientras, que nadie se llame a engaño y que cada cual actúe con su voto y su testimonio en función de sus ideas, creencias y convicciones pero que nadie hable del PP como un representante de la "derecha" o de la "España conservadora".
¡Basta ya de caretas!
El asunto parece que lo fomenta el marica alavés de apellido Maroto. Como el de la moto. El marica manda. Hubo en tiempos un general carlista con el mismo apellido. El del abrazo de Vergara. De generales a mariconas y seguimos sumando. El corrector ortográfico no reconoce las palabras marica ni maricón. Que cosas. En cambio la palabra invertido... Pues no, tampoco. Pero si pongo "mata cu..." completa la frase solito. Hay que ver con el corrector.
ResponderEliminarEl humanismo cristiano va camino de convertirse en una secta de ortodoxos, minoritarios, retrógrados...
ResponderEliminarRetrógrado los serás tu.
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