A
pesar del calor que nos agota, que nos derrite, que nos licua la sesera, hemos
terminado Bohemia. Nos interrumpen llamando al telefonillo. Como estamos solos,
pese a que hablamos en plural, dejamos el plumín y el pergamino y vamos a
contestar. ¿Diga? No me conoce, soy Niqui –voz femenina aterciopelada- y quiero
dejarle una invitación personal en su buzón. ¿Pero qué dice oiga? ¡Ábrame! Antes
de que la tensión siga subiendo recurro al viejo truco. La señora no está y no
puedo abrir a nadie en su ausencia que me la juego, sabe, es muy suya y me pone
de patitas en la calle. Ya veo, bueno entonces vendré en otro momento. Retomamos
el hilo. Estornudo, es alergia al calor o tal vez a lo ingerido a la hora de
comer: amalgama de verdura en aglomeración informe supurante, a la infamia.
Hemos
leído, pese a todo y a todos, Bohemia, de Rafael Cansinos Assens. Es un buen
libro es un descubrimiento. Un paseo por ese Madrid fabuloso de las tertulias,
los cafeses, las disputas literarias, Valle, los Machado, los Sawa, Villaespesa,
los Molano, Rubén, el Ateneo, revistillas, revistejas, lumpen, y un paseo por
ese salvajismo hispánico tan fabulosos, hecho de individualismo exacerbado, exabrupto, taco y
talento a raudales exteriorizado a voces, a gestos, a menudo malgastado en
verborrea airosa y cabreada. Un hermoso libro sobre la iniciación del propio
autor, que aparece trasmudado en Rafael Florido, a la escritura y a la vida literaria,
entre las penurias de la vida sin recursos de una familia venida a menos que
parece girar sobre sí misma, sin lograr que las cosas se muevan: el empleo que
nunca llega, la boda que nunca se celebra, el comistrajo, la ayuda que venía
pero no pudo ser. Sólo disputas y peleas logran fácilmente abrirse paso. Y en
aquél mundo de miseria y desenfreno, cafés y lupanares, Cansinos escribe.
Llaman a la puerta. Es el mirlo de ayer. Que si sobran unas migas, oiga… Que ya
está bien hombre, fuera, que no le dejan tranquilo a uno. Narices. El mirlo
nos hace la higa. Tampoco es para ponerse grosero. Si canta usted algo...
Entonces el mirlo canta y correspondemos generosamente con migas y unas pipas.
El pipismo al poder.
Que bonito blog. No entiendo esos comentarios. Es un poco en blanco y negro pero es variado, está bien escrito, toca distintos temas. Me gusta el toque literario y esos como cuentos que de vez en cuando aparecen y en general el toque femenino. Enhorabuena. Sigan así. Giselle.
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