Tendremos que hablar un día de Ogún y Changó Bergamota, primos lejanos, hijos de la tía Fidela Gómez Seisdedos, una equivocación en la vida de Felix María Bergamota Dulce, distinguido primo decadente, que de Samaniego el fabulista sólo leía la otra cara de la moneda. Ella, dada al espiritismo, eligió los nombres de los niños, vaya gracia.
miércoles, 14 de octubre de 2020
jueves, 17 de septiembre de 2020
BRUTALIDAD. Un extracto de los llamados Cuadernos Negros, de A. Bergamota. Cortesía de Calvino de Liposthey, biógrafo.
Al parecer el fundador de la gran tienda era un nazi camuflado de mercader para seguir conspirando. Tal vez su tienda sea una tapadera para lograr la expansión de enfermedades o la proliferación de invertidos. Recuerden el escándalo de la carne de caballo. Es posible que estemos ante un Untador del siglo XXI. Los untadores untaban la peste con pinceles sobre superficies en las que luego se apoyaba la gente que quedaba contagiada. Eran perseguidos por esa razón, apedreados, linchados o quemados. De ahí que resultara peligroso, en las épocas de las grandes pestes, realizar cualquier gesto que pudiera confundirse con el acto de untar. Por ejemplo, sacar un pañuelo para limpiar cuidadosamente el banco antes de sentarse. A lo mejor en aquel lugar abarrotado regalaban algo o era gente llevando a suegras, abuelos y parientes mayores para intentar liquidarlos por la vía del contagio y hacere con pisos, herencias, bibelots y demás. Con la eutanasia que pronto será legal en este paraíso progresista ya no será necesario meterles en unos grandes almacenes atestados. Un empujón por las escaleras será suficiente.
lunes, 14 de septiembre de 2020
Aproximación.
No es un secreto para nadie que Tato y Doroteo eran amigos de la crítica social y de cierto cuchicheo contenido, limitado a ciertos extremos que se justificaban por la necesidad de conocer el mundo en que vivimos. Sólo la benéfica influencia del gran polígrafo lograba moderar esa inclinación, consiguiendo que emplearan sus fuerzas y notoria capacidad en actividades de mayor fuste, para las que por otra parte sentían natural inclinación, como la especulación intelectual o el arte cisoria, el paseo por las soledades que rodean Nava, las largas horas de solitaria lectura o el apaleamiento de enemigos políticos.
viernes, 4 de septiembre de 2020
TERAPIA.
Hemos leído a la frívola, elegante y decadente Nancy Mitford a la que nos gusta nombrar usando la extinguida “che”: Nanchy Michtford. Al hacerlo, Nanchy Michtford engorda de repente cien kilos. Justino Polardi Mar del Plata les quiere. Esteeee. Miren, miren las patorras simpáticas de esta tipa entre balancín y peonza y no menos amable, que oscila en frenético vaivén al patearse la calle. A no ser por el firme contrapeso de su inmensa pompa trompicaría de súbito, rompiéndose los morros a cada paso. Justino Polardi ha quedado agotado. Tiene los pies minúsculos. Visión de porcelanas, infinitos juegos de incalculable valor repartidos por todos lados, sobre las mesas, los sillones, sobre las mesas, el borde de las ventanas, las camas: Tobe-yaki Meissen, Sajonia, Noritake, Quing, Alcora, Buen Retiro, Sargadelos, Sèvres, Limoges, Chelsea, Vincennes, Capodimonte… Deslumbrado, Bergamota oye a la condesa decir “¡¡uhh cuanto polvo, cuanto hay que fregar!!” y de repente la visión tiembla, tazas y platos se quiebran violentamente, saltando por los aires y toda la imagen se resquebraja reducida a polvo que a su vez se esfuma. La condesa es pateada. Corre por la casa ladrando mientras Bergamota dispara la posta. Polardi aconseja terapia con voz lejana y de ultratumba. Debés dejar la bebida y la lechuga, sobre todo la lechuga que es alucinógena, dejá el fumeque de una vez, ¿oís?
miércoles, 2 de septiembre de 2020
Apuntes del poligó. Cortesía de Calvino de Liposthey, biógrafo.
[Corresponde a la
época de hierro del gran polígrafo]
Juanqui, que el día
de San Juan nos invitó a desayunar a T. y a mí, hoy repite la operación
conmigo. Le pido que me cobre. Está sentado leyendo el periódico, y creo que
por no levantarse me invita.
Insisto, pero me
comenta que está solo y que otro día. Le doy efusivamente las gracias. Con el
canto de la mano recoge las migas de una mesa que tira al suelo y luego se
sacude la mano que ha servido de trapo, con la otra. La cuchara del café está
mojada, asumo que porque no se ha secado bien después de lavarla. El agua
humedece el sobre de azúcar. Decido prescindir tanto de la cuchara como del
azúcar. En la barra un tío en pantalones cortos desayuna vaso de vino tinto y
tapa de higadillos.
martes, 4 de agosto de 2020
La oportunidad.
- Comprendo perfectamente todas las razones de supervivencia que
usted alega y todo lo relacionado con su numerosa familia y su infinita prole,
sin embargo, me complace enormemente poder confirmarle que está usted
profundamente despedido.
- ¿Profundamente despedido? ¿Pero qué dice?
-
¡Lo que oye!
- ¿Pero cómo puedo estar profundamente despedido?
-
Porque lo digo yo.
-
Miserable.
- No siga cavando, que se cierra puertas. Además, ya sabe cuál es el
mantra de la nueva gestión: Este despido que le deja en la calle, más pobre que
una rata, es para usted, una oportunidad. Que la disfrute.
-
Se va a enterar, pedazo de …
-
¡Seguridad, seguridad!