Nuestro querido amigo extranjero Ambrose Rose Polidori, de eufónico nombre, nos ha pedido que insertemos un texto suyo en esta gacetilla en forma de rollo electrónico. Lo hacemos encantados. Nos ha enviado su retrato, para que también lo incluyamos. Es un poco presumido, esto es normal si pensamos que su madre se llama Gertrude, lo que traducido al español es Gertrudis y no es fácil. Cumplimos aquí con la primera parte de su encargo. En otra entrada, con la segunda. Anímense a enviar algo a cepogordo@yahoo.es, lo publicaremos con mucho cariño: un texto, un dibujo, una sesuda reflexión, taquillos y cochinadas mejor no. Letra GARAMOND, que nos gusta más.
viernes, 5 de octubre de 2012
jueves, 4 de octubre de 2012
EL MANIFIESTO POR UNA CATALUÑA CONSTITUYENTE
Ya dice el refranero, poco dura la alegría en casa del pobre...cuando el Partido Socialista creía tener encauzada su candidatura para las próximas elecciones catalanas, aparece el sector independentista del partido en Cataluña y les atiza a sus correligionarios en toda la cresta con un manifiesto de nueve páginas firmado por 145 firmas entre las que figuran numerosos personajes del PSC que han ocupado u ocupan diversos cargos públicas.
El documento originalmente titulado "Una esquerra catalana forta i majoritària per una Catalunya constituent" , que puede traducirse como: "Una izquierda catalana fuerte y mayoritaria para una Cataluña constituyente" aboga pura y simplemente por la necesidad de que el socialismo catalán apoye un proceso de independencia de Cataluña con soberanía propia, órganos propios y representación internacional propia y que en el mejor caso se integraría en una suerte de federación española o ibérica.
No he tenido tiempo de leer con detenimiento el manifiesto y me abstendré por tanto de analizar el contenido punto por punto, pero lo que sí puede concluirse sin necesidad de ulterior análisis es que el PSC ha vuelto por sus fueros y "saca la patita" como el lobo del cuento.
Ahora vendrá Rubalcaba a decir que no entendemos nada y que los del PSC son unos convencidos de la unidad de España pero que lo explican en clave catalana y claro eso no se entiende desde "Madrit". Lo siento pero yo no escribo desde "Madrit" y sigo sin entender ni hache, o mejor dicho, lo que entiendo es que o las autoridades elegidas al efecto ponen orden o éste asunto va a terminar mal para los catalanes.
Los que creo que tampoco van a entender mucho son los señores votantes del Llobregat y aledaños de Barcelona ¿serán capaces de rebelarse ante tanta maldad y estulticia y darles un castigo electoral?.
Mientras, el candidato electo Pere Navarro, ha reaccionado con unas declaraciones en las que recuerda a sus correligionarios que "el marcó común" del partido es la defensa de un modelo federal para España. Es decir, ponerle agua oxigenada a una factura triple.
En fin señores, que la merienda está servida, y el electorado catalán se enfrenta a un escenario dónde muestran sus artes (todas malas) los independentistas de corte teóricamente demócrata cristiano, los independentistas socialistas, los independentistas revolucionarios de extrema izquierda (que al final son casi los más honrados) y un partido popular liderado por una señora con cara de despiste que va lanzando lugares comunes en bilingüe. De los demás partidos no se sabe nada porque los medios controlados que nos informan les hacen un vacío perfecto, como si fueran lonchas de jamón de York en una bandeja del supermercado.
Estaremos muy atentos a la evolución de este culebrón siniestro. Por lo que sabemos la Banda del Empastre todavía no ha tocado la corneta y no sabemos por tanto con que pieza épica tratarán de acompañar esta peculiar sardana.
Sanglier.
miércoles, 3 de octubre de 2012
PRISIONEROS DE LA MANIPULACION, A PROPOSITO DEL ARTÍCULO SPANISH PRISIONERS PUBLICADO EN THE N.Y.TIMES
Últimamente
el diario neoyorquino The New York Times no deja de darnos motivos para el
comentario.
La última aportación consiste en la publicación de un artículo de
opinión titulado “Spanish Prisioners” y firmado al alimón por Ricard González y
Jaume Clotet. El texto íntegro puede consultarse en el link http://www.nytimes.com/2012/10/03/opinion/a-new-call-for-catalonias-independence.html.
Los
autores del artículo comienzan el mismo con una afirmación que no responde
exactamente con la realidad de lo sucedido. La primera en la frente. Dicen los
señores González y Clotet que Artur Mas convocó elecciones como reacción a la
manifestación independentista del 11 de septiembre. El propio Artur Mas declaró
que la convocatoria anticipada de elecciones se debía a "La combinación
de la impresionante manifestación y la negativa a negociar el pacto fiscal me
obligan a ser coherente con mis ideas y compromisos".
El pacto fiscal, es
decir “la pela”, esa es la cuestión que pone al señor Mas los pelos de punta ya
que si no recibe dinero de la opresora España va a tener que explicar a sus
funcionarios y enchufados varios que no
cobran porque no hay dinero y lo peor no es que no haya dinero sino explicar el
por qué y en qué se lo han gastado…o dónde está.
Si bien los autores
hablan de las transferencias fiscales, de la necesidad del pacto y de cómo
Cataluña pone más de lo que recibe etc…etc… todo lo que indican no deja de ser
casi punto por punto la ya conocida y habitual doctrina nacionalista en materia
de desequilibrio en la relación Cataluña – España que este sector plantea.
El siguiente punto es
aún más increíble ya que dicen que Cataluña perdió su soberanía nacional tras
ser derrotada por la Monarquía española en 1714. Los señores González y Clotet
vuelven en este punto a seguir la doctrina nacionalista al uso que supone una
absoluta falsificación de la historia. A lo que se refieren es a la abolición
de fueros por los Decretos de Nueva Planta promulgados por Felipe V tras su
victoria en la Guerra de Sucesión. La abolición de los fueros, si bien
lamentable represalia de Felipe V ante los territorios que le hicieron frente
y que adaptó en cierto modo un modelo
similar al de la monarquía francesa, no
supuso la conquista de la soberanía nacional catalana por la simple razón de
que Cataluña ya llevaba siglos integrada en España a través de la unión de las
coronas de Castilla y Aragón.
Unas líneas después
los autores añaden otro tópico nacionalista basado en una media verdad, la
represión franquista de la cultura catalana. Si bien es cierto que el
Movimiento gestionó muy mal el, por otra capital, asunto de las culturas y lenguas regionales
(Catalán, Gallego y Vasco, fundamentalmente) y que amparados en la situación
determinados sujetos tuvieron comportamientos indeseables hacia la lengua y
cultura catalanas y hacia determinados catalanes, lo cierto es que durante la
época de Franco no se orquestó el genocidio cultural y lingüístico que los
apologetas del nacionalismo catalán predican. Cualquiera que se aproxime con
honradez intelectual al asunto podrá comprobar cómo durante los años de la
dictadura el catalán fue hablado, escrito y publicado. Son interminables los
ejemplos de las manifestaciones culturales en catalán, desde los coros y danzas
(y no me refiero sólo a los de la Sección Femenina) hasta la ingente actividad
cultural que se desarrollo en Barcelona desde los primeros años cincuenta
incluyendo editoriales que publicaban exclusivamente en catalán, premios
literarios para obras en lengua catalana y un largo etcétera.
El siguiente
comentario surrealista de los autores se centra en lo que ellos denominan la
campaña anti catalanista iniciada a raíz de la modificación del Estatuto en
2006. Si estos señores, como otros tantos que no ven mas allá de la playa de la
Barceloneta, tuvieran un mínimo de conciencia crítica, se darían cuenta que en
España no hay ninguna campaña anti catalanista, lo que hay, en la mayor parte
de los casos es un hartazgo mayúsculo ante la plasta continua de los políticos
catalanes que usan el victimismo cómo escusa para seguir viviendo del
presupuesto.
La parte final del
artículo se dedica a presentar la secesión catalana como una especia de panacea
económica y política cuyos beneficios para la comunidad son infinitos. A juicio
de los autores, el nacimiento del nuevo estado catalán dentro de la Unión
Europea no es sólo posible jurídica y económicamente sino deseable ya que
supone un acto de justicia. Reconocen que la Constitución Española no contempla
esa posibilidad pero eso no les impide reclamar una solución política que de respuesta
a las demandas de Cataluña.
Si bien no es nada
nuevo no deja de resultar lamentable que un periódico publique artículos
saturados de falsedades históricas fácilmente verificables. Los autores
presentan sus tesis sustentadas todas y cada una de ellas en la más estricta
observancia del libro de estilo del catalanismo militante del siglo XXI.
Ese movimiento que
ellos tanto valoran y defienden sienta sus reales en una serie de conclusiones
fruto de la manipulación de la Historia y de la tergiversación de los datos
económicos.
La reforma del
Estatuto que el Presidente Zapatero impuso en 2006 ante el silencio cómplice de
muchos y la posterior sanción del desacreditado órgano constitucional dio carta
de naturaleza jurídica algunas de estas desaforadas ensoñaciones, pero una cosa
es que vivamos en un país donde la ley se retuerce a gusto del oportunismo
político y otra cosa es que ese sueño corresponda con la realidad.
Los extremistas
catalanistas pasan por alto con demasiada facilidad que Cataluña no posee una
soberanía propia que radica solamente en los catalanistas partidarios de la
secesión, sino que el famoso “derecho a decidir” empleando terminología
nacionalista es, en todo caso, un derecho que ostenta la comunidad nacional, es
decir España, ya que ha sido el pueblo español en el que están incluidos los
catalanes el que ha otorgado el régimen bajo el que se amparan y que intentan
dinamitar desde dentro.
En mi última entrada en
Cepo dedicada a estos asuntos manifesté mi duda de que la Banda del Empastre
que lleva las riendas de esta cuadriga desbocada fuera a ser capaz de enderezar
el rumbo de los acontecimientos.
Mucho me temo que teniendo
en cuenta el estado de cosas del Mundo, la internacionalización del problema no
sólo no beneficiará la resolución de éste asunto sino que vendrá a añadir más
dudas y quebrantos.
Ojalá me equivoque
pero creo que debemos armarnos de paciencia ante la que se avecina tanto desde
dentro de nuestras fronteras como de allende los mares.
Sanglier.
VIDA Y ANDANZAS DE AURELITO ARTIGAS. PRIMERA. PARTE. EL ARTE DE ODIAR.
UNO
Fue el placer más grande que hasta entonces había sentido.
El cuerpo del anciano político yacía deshecho sobre la tupida alfombra de nudo al pie del inmenso escritorio. Aurelio María Antonio de la Consolación Artigas más conocido por sus camaradas cómo "Vladimir" sonreía mientras contemplaba el rostro tumefacto del odiado y corrupto senador.
Todo comenzó años atrás cuando Aurelito no era sino el hijo único del rico y exitoso letrado Aurelio Artigas, el hombre fuerte del partido en la ciudad.
Aurelito recordaba con repulsión las visitas del senador acompañado de su casi adolescente esposa que lo seguía caminando a unos pasos de distancia dejando que la concurrencia repasara minuciosamente el espectáculo de su cuerpo curvoso que manejaba con una elegancia difícil de compatibilizar con la arquitectura que se adivinaba firme y plena sin incurrir en la ordinariez.
Aurelito recordaba con repulsión las visitas del senador acompañado de su casi adolescente esposa que lo seguía caminando a unos pasos de distancia dejando que la concurrencia repasara minuciosamente el espectáculo de su cuerpo curvoso que manejaba con una elegancia difícil de compatibilizar con la arquitectura que se adivinaba firme y plena sin incurrir en la ordinariez.
Durante aquellas visitas Aurelito tenía que salir a cumplir con el rito de ser presentado y hacer el mono pero sin resultar demasiado repelente y el ya entonces viejo y baboso senador lo obsequiaba con algún dulce, con una carantoña. Con el paso del tiempo Aurelito se juró a si mismo que no dejaría el mundo sin cumplir con dos misiones; liquidar al asqueroso senador, ante el cual su padre se comportaba tan sumisamente y templarse a la esposa trofeo que paseaba por los salones de la ciudad y que respondía al bello nombre de Mariana Pinedo.
Aurelito aprendió las verdades del marxismo de un vasco exiliado que malvivía dando clases de piano y francés a lo más granado de la infancia de la ciudad.
Aurelito abandonó pronto el método Schmoll que su maestro había traído consigo en una edición de la afamada casa Erviti de San Sebastián y su interés se centro en la modesta pero bien seleccionada biblioteca que le condujo por los vericuetos del materialismo dialéctico, la lucha de clases y la revolución de los pueblos indígenas oprimidos.
Aurelito comenzó a amar el odio. El odio al senador, el odio al obispo que visitaba la casa de su abuela, el odio al general en jefe de la guarnición y a sus antipáticas hijas que no se dejaban meter mano bajo el flamboyán que presidía el patio de su casa, el odio al profesor de equitación que lo maltrataba con su bigotito fascista (su maestro le había explicado que todos los que gastaban bigote a cepillo tenían un alma fascista), el odio al dueño de la azucarera y a su manía de arrojar el cabo del cigarro al pilón de la fuente dónde nadaban los peces rojos.
Aquella mañana de marzo tras abandonar el estudio del senador se adentró por el largo pasillo enlosado hasta las dependencias privadas que daban al patio cuajado de plantas, envuelto en el rumor de la fuente y el canto de los pájaros.
Mariana estaba frente al tocador envuelta en una ligera bata de seda roja bordada con dragones y peonías peinándose la cabellera negra. No pronunciaron palabra. Todo sucedió como si lo hubieran ensayado durante años. Mariana se entregó con la pasión de una amante enamorada y Aurelito pudo, al fin, dar rienda suelta a diez años de deseo.
Al salir de la casa comenzó a llover. Los altos muros de la finca se difuminaban bajo un manto de agua que caía con violencia formando torrenteras entre los cantos rodados que arrastraban la hojarasca. Aurelito se detuvo un instante con la ropa empapada, la camisa pegándose al pecho fuerte de un cuerpo ahíto. Las inmundicias arrastradas se le antojaban una suerte de premonición, la convicción de que aquel día ponía fin a su vida anterior y que liberado de la tiranía de su pasado podía al fin ser el hombre que había decidido ser, tomaba conciencia de que Vladimir tomaba el control de su vida al tiempo que desaparecía el insepulto caparazón que hasta entonces conocía como Aurelio María Antonio de la Consolación Artigas.
Continuará....
Sanglier.
Aurelito aprendió las verdades del marxismo de un vasco exiliado que malvivía dando clases de piano y francés a lo más granado de la infancia de la ciudad.
Aurelito abandonó pronto el método Schmoll que su maestro había traído consigo en una edición de la afamada casa Erviti de San Sebastián y su interés se centro en la modesta pero bien seleccionada biblioteca que le condujo por los vericuetos del materialismo dialéctico, la lucha de clases y la revolución de los pueblos indígenas oprimidos.
Aurelito comenzó a amar el odio. El odio al senador, el odio al obispo que visitaba la casa de su abuela, el odio al general en jefe de la guarnición y a sus antipáticas hijas que no se dejaban meter mano bajo el flamboyán que presidía el patio de su casa, el odio al profesor de equitación que lo maltrataba con su bigotito fascista (su maestro le había explicado que todos los que gastaban bigote a cepillo tenían un alma fascista), el odio al dueño de la azucarera y a su manía de arrojar el cabo del cigarro al pilón de la fuente dónde nadaban los peces rojos.
Aquella mañana de marzo tras abandonar el estudio del senador se adentró por el largo pasillo enlosado hasta las dependencias privadas que daban al patio cuajado de plantas, envuelto en el rumor de la fuente y el canto de los pájaros.
Mariana estaba frente al tocador envuelta en una ligera bata de seda roja bordada con dragones y peonías peinándose la cabellera negra. No pronunciaron palabra. Todo sucedió como si lo hubieran ensayado durante años. Mariana se entregó con la pasión de una amante enamorada y Aurelito pudo, al fin, dar rienda suelta a diez años de deseo.
Al salir de la casa comenzó a llover. Los altos muros de la finca se difuminaban bajo un manto de agua que caía con violencia formando torrenteras entre los cantos rodados que arrastraban la hojarasca. Aurelito se detuvo un instante con la ropa empapada, la camisa pegándose al pecho fuerte de un cuerpo ahíto. Las inmundicias arrastradas se le antojaban una suerte de premonición, la convicción de que aquel día ponía fin a su vida anterior y que liberado de la tiranía de su pasado podía al fin ser el hombre que había decidido ser, tomaba conciencia de que Vladimir tomaba el control de su vida al tiempo que desaparecía el insepulto caparazón que hasta entonces conocía como Aurelio María Antonio de la Consolación Artigas.
Continuará....
Sanglier.
martes, 2 de octubre de 2012
Auge y caída, el tormento y el éxtasis
El auge y el éxtasis lo proporcionaron ayer la combinación de un inmenso cigarro habano, untuoso y parsimonioso, y la lectura de las Memorias de un señorito sevillano, de Javier de Winthuysen, uno de esos paseos por España que son un bálsamo para muchas cosas del tiempo presente y, en este caso, la viva demostración de lo polifacética que es la vida y de que ofrece riquezas sin fin, por poco que se sepa ver. El tormento y la caída han sido ambos el día de hoy: las energías chupadas ayer por el cigarro y vertidas en la lectura, no repuestas. Agudizaron la concentración y la sensibilidad, extraídas por el tabaco, para favorecer la conversación con don Javier, ayudadas por un par de dedales de oloroso seco. Se fueron luego en forma de volutas de humo. El oloroso tiene el color de la caoba, el color de la caja de cigarros con la que se confunde por las transparencias de la copa. O del vaso. Un vaso de "bon vin", dice el Arcipreste y no hay porque enmendarle la plana.
Tato (que con un esfuerzo se ha puesto fino)
Nota: algunas personas creen que no hay tal conversación con ningún autor muerto. Allá ellas. También dicen que es una cursilería la frase. Eso ya es otra cosa, a lo mejor hasta tienen razón. Hay gente pa to como dijo El Guerra.
Por ejemplo, una expresión fantástica con la que el padre de don Javier designaba a la gente con mucho dinero, pero ordinaria y avasalladora: Los canallas de levita.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)