Ayer a la hora de comer, tormenta de nieve.
Hemos pasado de un fin de semana bajo el sol, jugando al tenis con sombrero de
paja y sacando ropa de verano, al invierno más crudo de nuevo. Desde ayer,
temperaturas alrededor de los dos grados. Al salir de trabajar había dejado de
nevar como cuando escampa y de camino a casa podía contemplarse el más extraordinario
cielo, envuelto en la luz pura y limpia lavada por el frío, inmensas nubes y
una profundidad que lo magnificaba todo. Esta mañana agua nieve y el cielo de
nuevo por los suelos.
Un asunto muy de actualidad, estamos a la última...
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