Acabamos de recibir en la sede de la redacción de Cepo Gordo una carta del Marqués de Jalea Real dirigida a nuestros editores cuyo interés amerita su reproducción literal
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Colmenilla de Abajo, 2 de febrero de 2017.
Sociedad Editora El Humo Azul
Att. Ilmo Sr. José María Vaca de Parladé y Fino de Barbate.
Querido Pepe,
Te ruego de antemano que perdones mi impertinencia al ocupar tu precioso tiempo con estas mezquindades, pero tratándose de una cuestión de honor y buen nombre me parece imprescindible poner en tu conocimiento este asunto.
El pasado 31 de enero envié a la redacción de Cepo Gordo una carta cuya copia te remito adjunta en la que hacía algunas precisiones en torno a la figura y obra de mi querido amigo y compadre Onofre Velado-Baz al que creo has tenido ocasión de conocer en uno de los seminarios de la Sociedad Arqueológica Várdula.
Cual ha sido mi sorpresa cuando en las ediciones del 1 y 2 de febrero de tu Cepo Gordo se han publicado dos comentarios; uno de un supuesto colmenillero que se esconde bajo el sucio velo del anonimato y el de otro de un falso hijo de la viuda de Manrique que, como sabes por conocer a la sociedad de Colmenilla, no ha tenido descendencia.
Mucho me temo que el autor o autores de esos mensajes falaces y dañinos forman parte de la misma conjura que de manera insidiosa pretenden derribar de su pedestal de honradez a nuestro querido Onofre y de paso mancillar el buen nombre de la casa de Jalea Real y de este humilde siervo sobre el que recae la responsabilidad de tantos siglos de brillante ejecutoria familiar.
A fin de demostrar la falsedad de lo afirmado en esos comentarios, me detengo en responder cada una de las infamias vertidas:
- Don Onofre Velado-Baz es hijo de una rica estirpe de agricultores y propietarios. Su saneada situación financiera no es mero fruto de la herencia (magnífico instituto jurídico que Dios bendiga) sino de la diligente ordenación de sus negocios y la prudente administración de sus capitales. Don Onofre Velado-Baz es persona de costumbres sanas y económicas y no dilapida su dinero en fastos egipcios ni larguezas inmoderadas.
-Don Onofre Velado-Baz es cristiano viejo y persona de profundisima ve y devoción, algo incompatible con el odioso crimen de la usura.
-La situación financiera de la casa de Jalea Real y las cuentas particulares de su titular son cuestiones privadas que a nadie atañen. No pienso decir ni una palabra más ante insinuaciones absurdas que la realidad de mi vida y obra ponen en su sitio.
-Jamás he tenido negocio ni comercio alguno con Don Doroteo Velado-Baz y los citados pagarés no existen sino en la imaginación del difamador. ¡Que muestre al escrutinio público pruebas de semejantes desvaríos!
-El difunto marido de Doña Elisenda Cap-Ferrat, nombre de soltera de la viuda de Manrique, se llamaba Felipe Luis de Manrique y no Dositeo. Ambos datos, de fácil comprobación, desmontan por completo la veracidad del reiteradamente citado comentario.
-Por último y en cuanto al autodenominado Dositeo Manrique Jr, no dejaría de reírme si no fuera este asunto de la máxima seriedad. Ni hubo Dositeo padre ni hay Dositeo hijo y si los hubiera no son quienes dicen ser ni tienen relación alguna con la viuda de Manrique, excelente dama de probadísima virtud y belleza coronada desde su original cuna ampurdanesa hasta los melosos campos de Colmenilla.
No te fatigo más, querido Pepe, con historias que no te han de quitar el sueño, pero ahora comprenderás porqué era tan importante para mi dejar claras estas acusaciones.
Me despido rogándote hagas llegar estas líneas a la redacción de tu publicación.
Con sincero afecto, un abrazo.
Tomás Jalea.
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