Desde su irrupción en la escena política, la polémica en torno al movimiento-partido-alternativa PODEMOS ha generado un aluvión de noticias, críticas, comentarios y chascarrillos de toda y variada índole.
Imagino que más de un lector de éste emérito suelto cepogordista andará estragado y harto del tema.
No es mi intención el molestar al personal aún más de lo que ya lo hacen a diario los políticos al uso y sus comentaristas de alcoba pero creo que cabe hacer algunos comentarios dirigidos a todos aquellos "desencantados" que se están planteando la posibilidad de votar a la opción revolucionaria y totalitaria que ofrece el partido liderado por Iglesias.
Qué es podemos y qué pretenden es algo que a estas alturas está muy claro para cualquier espectador de la realidad política española que se haya molestado cinco minutos en informarse.
De las fuentes ideológicas de las que bebe Podemos no creo que haya que decir mucho, también son conocidas y su falsedad y peligrosidad han sido ampliamente analizadas y comentadas en otros lugares y por personas de mayor autoridad.
Dicho ésto, el lector se preguntará de qué quiero hablar, pues muy sencillo, de la frivolidad de algunos y de la imprudencia de otros. Frivolidad e imprudencia han acompañado a los españoles en muchos acontecimientos clave de su Historia y los resultados han sido, siempre y sin excepción, nefastos para la nación y sus ciudadanos.
Entiendo perfectamente a todos aquellos que sienten repugnancia hacia los partidos convencionales que han venido detentando el poder desde la restauración democrática.
Entiendo muy bien que votar al PP, PSOE y otros es algo que no puede hacerse ni tapándose la nariz.
Dicho ésto, considero que votar a PODEMOS para darle una patada en el culo los partidos convencionales es un solemne error, un acto de irresponsabilidad intolerable.
PODEMOS tiene una base de apoyo incondicional (hasta ahora) en un conjunto de personas de su misma o aproximada ideología. Ese grupo humano está compuesto por una masa que oscila entre el millón a dos millones de votantes (que no es moco de pavo). El resto, hasta alcanzar las cifras que los profetas de la demoscopia auguran para las próximas elecciones generales, lo conforma el voto del cabreo, el voto del asco, el voto de la patada en el culo.
A ese voto es el que apelo yo. A esos votantes es a los que pido reflexión y serenidad. Votar con la entrepierna no es una buena idea. Amén de anti-higiénico y anti-estético, el gonadismo militante de algunos de nuestros conciudadanos conduce, indefectiblemente, al desastre.
El proyecto de PODEMOS es un proyecto revolucionario y totalitario. Si acceden al poder real, si "pisan alfombra" y se hacen con el mando del BOE, los "señores" de PODEMOS no tienen previsto hacer otra cosa que apoderarse de las estructuras del Estado para de manera fría y calculadora ir ejecutando sus visiones de ingeniería social, económica y revolucionaria.
Su estrategia consiste en penetrar la estructura a través de las fórmulas legales (vía electoral) y posteriormente ir actuando de forma científica y revolucionaria.
Puede pensarse que esto son "suposiciones" e "hipótesis" y que se puede correr el riesgo de darles una oportunidad para ver cómo actúan ya que peor que lo que hay no pueden ser (recientemente he escuchado ese comentario, literalmente, de boca de un funcionario de un cuerpo superior de la Administración del Estado).
No se dejen engañar. El caso es idéntico al de regalar a un pirómano una bidón de gasolina y una caja de cerillas y dejarlo suelto por un bosque "a ver si se contiene".
Si PODEMOS llega al poder gracias al voto del cabreo, la responsabilidad de los votantes será terrible y las consecuencias, que sufriremos todos, son fáciles de imaginar.
Conociendo el peligro, ni debemos votar el suicidio ni podemos permitirnos que un cabreo más que justificado hunda a España en una sima de la que resultaría muy difícil escapar.
Existen alternativas, la sociedad sana siempre puede hacer cosas, no debe caerse en la solución fácil de la patada en el culo y el cabreo de barra de bar.
Quien quiera apoyar el saneamiento del sistema que lo haga y ayude a crear los cauces, darle oxígeno a una revolución no es la solución.
¡¡¡PODEMOS!!!! ¡¡¡PODEMOS!!!
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