martes, 18 de julio de 2017

FUNERAL

Una reducida pero honorable representación del Cepogordismo acudió ayer a la plaza de Las Ventas, para asistir a la Misa de funeral por Iván Fandiño. Íbamos rodeando la plaza, con un ánimo tan distinto al de otras tardes, contemplándola en su silencio y en su misterio. El enorme coso parecía que nos miraba pasar, como vivo, para darnos la sensación de estar callado, recogido, sin el bullicio de otras tardes. Tal vez en vela. Sin las riadas de gente de los días de no hay billetes. Julio caluroso. Iba la gente formando una corriente débil, ligera, que se movía hacia el patio de arrastre, para llegar hasta el ruedo. Allí, sobre la arena, un pequeño altar adornado con un capote de paseo, una imagen de la Virgen de la Paloma a un lado y, al otro, una fotografía del torero, en el callejón, apoyada la cabeza sobre las manos colocadas sobre las tablas, meditabundo. Tres sacerdotes, la homilía del padre Goñi a quien pudimos saludar al terminar, sólida y sentida a un tiempo. Se miraba al cielo, a la inmensa bóveda azul que servía de altísima techumbre a la plaza convertida en templo. Y se habló de la vida y de la muerte, y de la redención por Cristo y del torero que está en los Cielos. Y se cantó “La muerte no es el final”. Las gradas vacías, y en el ruedo y en el callejón, todos nosotros, con la doble mancha, hoy, de católicos y aficionados a los toros. 

Para la Voz de Nava, 
Genaro García Mingo.










jueves, 6 de julio de 2017

Orgullo...


 Mientras en Madrid tenía lugar esa espantosa manifestación llamada Orgullo no sé cuántos, con el amparo y el apoyo expreso de todas las administraciones y el aplauso unánime, acrítico y babeante, de prácticamente todos los medios de comunicación, el Cepogordismo huía de Madrid para refugiarse en la vecina Portugal, el país de Alfonso Enríquez, del Rey Miguel, el absoluto, de los Manueles, de los descubrimiento, de Tructesindo Ramires, de Pepe Eça, de Fradique Mendes, Oliveira Martins, de la Casa Havaneza, de la sin par Lisboa, del poeta Engenheiro Naval Sr. Álvaro de Campos em estado de inconsciência alcoólica, de fadistas y cavalheiros.. Oiga, ya está bien. Es verdad, a lo que íbamos. Camino de Lisboa paramos a comer en una de esas sorprendentes ciudades blancas, dieciochescas, que están puestas a lo largo del Tajo, como para que el visitante se vaya preparando para el deslumbramiento que es Lisboa. Callejeamos un poco y nos encontramos con esta calle, de nombre singular, evocador, y que viene como de perlas, a modo de gráfico resumen de lo que ha representado el fin de semana en Madrid.

 


 

En honor a la verdad, debemos reconocer que al menos un periodista, el de siempre, ha tenido las narices de levantar la voz y hacer uso de espíritu crítico respecto de la manifestación madrileña. Eso del espíritu crítico era algo que en el pasado se usaba bastante a menudo en Occidente, hoy caído en un desuso casi general. Se trata de Federico Jiménez Losantos. Si, con todos los defectos que ustedes quieran, hay algo que desde luego tiene, que es independencia y valor. Citamos a continuación dos párrafos de su artículo, pueden leerlo entero en este enlace:


La cita es la siguiente:

 

Estos días, en el WorldPride de Madrid, ha habido populosas y orgullosas manifestaciones, copadas por los partidos políticos, que habrán disfrutado sobre todo los que viven en lugares donde una opción sexual te condena ya en la escuela -siguen siendo casi todos- o de países islámicos donde la homosexualidad está prohibida; o penada con la horca, como Irán. Como siempre, se han hecho burlas a la Iglesia católica y se ha repetido lo mucho que el franquismo reprimía a los homosexuales, como si hubiera sido el único país de Occidente en hacerlo y, sobre todo, como si hoy, en Oriente y una parte cada vez mayor de Occidente la persecución, no sólo discriminación, por motivos sexuales, sigue aumentando donde manda el islam. No sé si alguna carroza aludiría al fenómeno. Hubiera sido novedad.

 

Lo que sí ha habido es algún silbido a Rivera, muchos a los del PP y grandes aplausos a Pablenin, que esta semana obtuvo el permiso del Congreso para seguir cobrando miles de euros al mes del régimen de Irán, el que ahorca en grúas a los homosexuales en estadios de fútbol. Siempre son muy aplaudidos los comunistas, cuyo icono, el Che, creó los campos de concentración de la UMAP para los gais cubanos.

 

En el mismo periódico, el mismo día, la Voz del Gran Hermano oficial, representada esta vez por Lucía Méndez decía en su artículo “España, el país más “gay friendly” (el artículo es una sarta de memeces y lugares comunes que no tiene desperdicio, que daría risa si no fuera tan representativo de lo que tenemos ya encima) que: “El cambio social está resultando ser tan profundo que todos aquellos contrarios al matrimonio gay permanecen en silencio, retirados del debate público. El temor ha cambiado de bando y ahora nadie quiere ser acusado de homófobo. Lo cual no puede ser interpretado sino como un gran avance histórico de la tolerancia y la igualdad.” El temor, esto es sin duda toda una defensa de la libertad. El progreso consiste en eso, no en la libertad, sino en que el temor lo sientan otros. En fin.

 


El viaje a Portugal, los paseos por la Baixa, por el Chiado, el fisgoneo en la librería de la plaza Camoens, el deambular por la Alfama, la comida en aquel pequeño y silencioso restaurante nos permitieron descansar un poco de tanto ruido y tanta fealdad

Genaro García Mingo
para El Heraldo de Nava



miércoles, 5 de julio de 2017

Al hilo... entre resumen y caricatura.


Al hilo de un excelente artículo de A. Delgado Gal para Revista de Libros. La diferencia entre medir el mérito de la obra por la excelencia de la ejecución o por las intenciones del artista. Esto último, el arte moderno, es lo que da pie a todos los fraudes, sobre todo al fraude que consiste en atracar el presupuesto público en forma de vindicación de la cultura e instalación en su pesebre de dinero público –ese que según una ministra socialista no es de nadie- sustraído a los menesterosos ciudadanos. El arte moderno, más que creador, destructor, a la búsqueda de vestigios culturales tergiversables. Es decir, de los que reírse, mofarse, a los que denigrar y parasitar. Todo ello mediante un ultraje de formas aparatosas. Denigración del estilo.  De lo que no vale nada, el urinario fabricado en serie, por arte de magia, mediante encantamiento gnóstico, que sólo dicen entender unos pocos, se saca la piedra filosofal, es decir, la pasta gansa.

Siguiendo a Duchamp, el gran jeta que todavía se debe estar riendo, la obra es lo que el espectador quiera, y a la vez, es arte lo que el creador decida, aquello a lo que bautice con esa palabra mágica. Los profesionales del arte, los que deciden que es arte porque poseen el lenguaje secreto –los tejedores del cuento- crean el sistema del arte, manantial de dinero público, que proviene de las instituciones. Y hoy ya es la institución pública, en definitiva, el funcionario, quien decide lo que es arte. El público ha desaparecido, ya no es necesario. Si se queja, se le contestará que es ignorante, anticuado, cateto, deplorable… Finalmente se produce la desaparición del autor, puesto que logra financiación no con la obra hecha, sino con un proyecto de obra cuyo contenido le dictará realmente el administrador cultural. El viento mece los árboles, despacio, como si cargado de calor les costara girar, cae la tarde, con una luz todavía dorada y densa, que no da tregua.

Genaro García Mingo
(en exclusiva para el Heraldo de Nava y para
Cepogordo.)

martes, 4 de julio de 2017

DIVERSIDAD I. Como saquemos fuerzas del calor habrá II e incluso III.


Estuvo don Manolito detenido tres días por pasearse por todo el pueblo gritando ¡Viva las tontas! Por su estado mental, y pese a la denuncia presentada por la policía de la diversidad, se libró de ser acusado por un delito de odio. Las señoras del pueblo estuvieron unos días de mal humor, no tanto por la extravagancia de don Manolito, que les traía sin cuidado, sino por la reacción de las autoridades, tan visceral y solícita. Ninguna de ellas se sentía ofendida por los gritos de don Manolito, pero los funcionarios de la policía y de los juzgados, como haciendo méritos, estuvieron obsequiosos y atentos con todas las mujeres del pueblo como diciendo, no permitiremos que se burlen de vosotras, no dejaremos que os odien. En cuanto a las autoridades, lo peor fue la reacción de las señoras elegidas por sufragio universal. Se lanzaron a hablar de misoginia y discriminación, reprocharon a don Manolito sus burlas a la Mujer, con mayúscula. A la más vehemente de todas ellas, Toñi la Roja, le soltaron un ¡viva la señora concejala! que sentó fatal, por si iba con segundas. Al del grito, la policía de la diversidad no consiguió identificarlo. Pero se llevó un bofetón que, por si las moscas, le arreó con terrible violencia doña Tomasa. Esto puso fin al incidente. Don Manolito volvió a su ser con una inyección y unos días de reposo en la Fundación Tato.

 
- Hombre, como dicen en mi pueblo, le ha quedado muy curioso, muy fino, provocador y sinuoso. ¡Pero no hay parecido con la realidad, tiene usted una imaginación!
- No se crea, no se crea.

lunes, 3 de julio de 2017