Por razones evidentes no se dan los nombres de los protagonistas del siguiente diálogo. Pero podemos asegurar que se trata de un caso real, tratado -con éxito- en la Fundación Tato para Varones Desahuciados. Agradecemos al presidente de la fundación que nos haya facilitado una muestra de como está el patio.
***
- ¿Usted que aficiones tiene? Se produce un silencio embarazoso. Pero al momento se oye una voz baja, pausada, con un deje de timidez.
- Pues verá usted, yo antes tenía otras aficiones, pero ahora, lo que me gusta, lo que de verdad me gusta es... es comprar cristalería en el Corte Inglés.
- ¿Pero qué me dice?
- Lo que oye, tal cual.
-¿Pero cómo así?
- Cosas de uno. Eso es lo que me gusta y poco más. Sobre todo, copas de balón, cuanto más finas mejor. Eso me chifla. Me pirro por las copas de balón.
- Si claro, si hasta lo comprendo. ¿Y antes?
- Antes, otras cosas, un poco de todo, pero ya ve usted, las dificultades de la vida. El desgaste.
- ¿No será el calor?
- Oiga, que aquí no hemos venido a faltar.
Pero vamos a ver, pero si es que nadie habla así ya, de esa manera. Ya, pero a mí me gusta. Que quiere usted. Ya estamos otra vez.
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