Las siestas del Amigo Pulardo son poderosas,
precisas, sistemáticas, dirigidas y, en general, muy logradas. Una hora sobre
el costado derecho, a la hora vuelta sobre el costado izquierdo, otra hora. Uno
más uno dos. Es decir dos horas. Luego se merienda y luego se pasea. Sueña esta
tarde con que no sabe si los calcetines deben ser del color del zapato o del
pantalón. Cuando el corpacho cava hondonada, pues nada, se cambia el colchón
por uno nuevo para seguir soñando. Cuando el colchón se pasa, dificulta los
sueños que se resisten a acudir primero y luego lo hacen confusamente, como
reticentes. Pero con colchón en condiciones, ya es otra cosa. Se ve a caballo
bajando por las escarpadas laderas de una mesa en Arizona, ahora es John Pulard
o tal vez Vitorio, gran jefe de los Pulardos, o tal vez don Enrique Maria de
los Dolores Pulardo y Pulardo, hacendado mejicano, descendiente de los
conquistadores, protector de los indios, que los defiende de coyotes y
cuatreros. Monta un pinto enorme para que lo cargue suelto y viste chaparreras
de piel de venado bien pulidas. Y bajo el sombrerote no más los carrillos se le
ven... Pero ¿y los calcetines? No ande preocupado de pendejadas mi jefe, ¡si
con los botos camperos del campo charro no se le ven! El rodar de las grandes
espuelas de fierro sobre el pino melis del salón de sus abuelos lo despierta de
golpe, pero sólo a medias: ¡Pero quítese las espuelas, insensato! ¿O quiere que
la vieja lo cosa a balazos? Vaya pero si estaba soñando… Lo del salón ha sido
pesadilla, pero lo de antes no estaba mal. De un brinco corto salta de la cama
y abre el cuadernito para apuntar el sueño… Con la feria de otoño acabada
quedan dos tardes, el domingo y el 12. Luego será cuestión de hablar con
Doroteo, para pasar una temporada en Nava, cuando con el invierno llegue la
hora de los graves estudios.
Es indecente.
ResponderEliminarEl comentario (por así decirlo) precedente sólo revela impotencia mental y desidia.
Eliminarcalla ya.
EliminarA mi me encanta, Porque ya se sabe, que todo en la vida es sueño ...
ResponderEliminarmejor no decir esas tonterías. Callate también. Vaya panda cotorras.
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