Mientras el Pueblo Español (si han leído bien, he escrito "pueblo" y no sociedad y si también he escrito "Español" y no conjunto de habitantes de éste país) se lanza, una vez más, por el precipicio de sus incongruencias y andamos a la espera de que unos neo-rojos asalten el Parlamento, regreso de viaje y me encuentro el patio hispano tan destartalado como lo dejé y a la oficialidad gubernativa y periodística muy engolfada con el "problema de Cataluña".
Yo soy de los que piensan que en Cataluña no hay más problema que la casta política que vive del cuento y los varios miles de listos que se benefician de la corrupción generalizada.
Por el interés personal y la egolatría de unas garrapatas amparadas bajo el paraguas del 78, el sufrido pueblo catalán ha visto como su región pasaba de ser un lugar bastante amable y agradable a ser, una vez más, el teatrillo de las vanidades, la salita del lupanar, la barrita del boliche en la que gastan sus días los cuatro mini-dictadorcillos del momento mientras se dedican al bandidaje de las arcas públicas.
Desde ciertos ámbitos se acusa al Cepogordismo de criticar y no dar trigo, de señalar con el dedo en vez de acoger con el corazón, de mucho decir y poco hacer y aún menos proponer...no sea que nos equivoquemos desde nuestra actitud de fatuidad libresca.
No seré yo el que me alce en defensor de la pureza Cepogordista, conocedor como soy de nuestra naturaleza débil, ahora bien, si quiero contribuir con una idea para que luego no se diga que el Cepogordismo no es verdaderamente progresista, ahí va resumida en cuatro puntos:
(1) Traslado inmediato de la Capital del Reino así como la residencia oficial de S.M. El Rey a Barcelona con prohibición absoluta de residir a más de cinco kilómetros de la Plaza de Cataluña. En cuanto a la residencia de S.A.R EL Príncipe de Asturias, considero que es más adecuado su establecimiento en Gerona, bella ciudad dónde se sentirá como en casa.
(2) Traslado inmediato de la sede de las Cortes Generales a Barcelona.
(3) Traslado inmediato de todos los Ministerios y órganos dependientes de la Administración General del Estado a Barcelona, así como las de las Fuerzas Armadas, Fuerzas de Seguridad del Estado y resto de instituciones del Estado.
(4) Instituir el Catalán como lengua obligatoria de la Casa Real y la Administración. Es decir que el catalán sea el Mandarín de la Nueva España.
Considero que con esas cuatro medidas, en un periodo no superior a dos años todos los "problemas de Cataluña" y muchos de los problemas de España quedarían resueltos por licuación, disolución, sublimación e incluso quizá putrefacción.
No me atrevo a asegurar que ésta propuesta sea acogida con interés, ahora bien, creo que se trata de una solución que, sin duda, tendría un impacto "decisivo" y nos brindaría días de gloria.
En fin,que no digan que los Cepogordistas no aportamos soluciones.
Sanglier.
¿Quien es este piernas?
ResponderEliminarla primavera lo arregla todo.
Veo que ha hocicado con fino acierto en el lodazal, el nombre le sienta como un guante, hocique hocique y barrunte, pero no salpique por favor. Le falta un punto fundamental en su preclaro exponendo y es el relativo a que todos los países de habla hispana deberían de hacer inmersió linguistic y bautismo al catalán.
ResponderEliminarFdo. Flor de Neu.
No hay duda de que los comentario y sugerencias de este señor Sanglier, consiguen despertar al público. Mire Sanglier, dejese de bobadas, se lo tengo dicho: PALO, PALO, PALO.
ResponderEliminarSupongo que la tal FLOR DE NEU, cuando se arregla se pone al cuello una ristra de butifarra...
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