jueves, 10 de julio de 2025

Lecturas. A Bergamota.

Leo una cosa que desde hace años parece evidente, pero bien expresada. A propósito de la censura, hace años de un álbum de Tintín en una biblioteca de los Estados Unidos que lo retira de la sala general y confina a un cuarto reservado para empleados de la biblioteca y lectores que expresamente lo soliciten. La frase es esta: “De modo general, tal vez la cuestión sea que vivimos en una cultura que ha perdido su religión, sí, pero conserva una moralidad hecha de prohibiciones que son como fósiles de las verdades de un antiguo credo.” La frase es de Luis Daniel, autor del estupendo blog Bienvenidos a la fiesta: https://bienvenidosalafiesta.com/.

miércoles, 9 de julio de 2025

¡Baja tú! De los dietarios de A. Bergamota El Grande, polígrafo.

Oiga, veo que tienen caviar beluga, muy bien, lo voy a tomar de primero. Aparece un camarero enorme, con manazas de arriero, con gruesos dedos peludos y, con violencia, le suelta un enorme melón apepinado sobre el plato, que se resquebraja. Con el melón, deja sobre la mesa una navaja de mango de cuerno. ¿Pero oiga esto que es? Pues esto es lo que ha pedido usted, caviar beluga, que para nosotros es esto que le hemos servido y no proteste o sírvase usted (¡baja tú!). Pues eso, nos sentamos para ver torear y nos sirven algo que cada vez se le parece menos.

Una anotación de los dietarios de A. Bergamota.

Tres o cuatro lemas o esquemas, no creo que se puedan llamar ideas, tópicos, lugares comunes, simplezas, con los que amorcillar al personal y mantenerlo con mentalidad de pelele fácilmente manejable:

- El voto útil.

- Cada pueblo tiene el gobierno que se merece.

- Lo importante es quitar a ... quien sea. 

- Lo importante es la economía.

- España es un país de izquierdas.

La sociedad española se encuentra en tal estado que con esos cuatro mantras se la pastorea tranquilamente desde hace cuarenta años, no hace falta más. 


sábado, 10 de mayo de 2025

Brasillach. Por Genaro García Mingo Emperador. Reseña publicada en el Heraldo de Nava.

Termino hoy Intelligence avec l’ennemi. Le procès Brasillach, de Alice Kaplan. 

El libro es muy bueno, aunque sólo sea por su perfecto orden y estructura, la lógica que aplica, lo bien que está escrito. Lo que cuenta es interesante, porque enlaza con muchas cosas que interesan tanto por razones generales, la historia europea y francesa, como familiares, seguir entendiendo lo que fue la derecha francesa, lo que significó la Acción Francesa de Maurras, etc. 

Desde luego el pobre Brasillach, con su fascismo enrabietado y su colaboración activa con el ocupante nazi, se sale completamente del marco. 

Uno se queda con la sensación de que fue un pobre hombre, una inteligencia funcionando sola, magníficamente entrenada por sus condiciones intelectuales como alumno de la Escuela Normal Superior, pero sin asidero alguno con la realidad, probablemente debido a las limitaciones y frustraciones de su condición personal, en particular de su más que probable homosexualidad reprimida. Y parece que esa inteligencia trabajando al cien por cien a su aire, esa facilidad de palabra, de escritura, acaban conduciéndole al esperpento, al disparate, si no es a la más completa frivolidad, escribiendo cosas que resultan penosas y terribles. De alguna manera acaba por aterrizar y recuperar una cierta dignidad durante su juicio y al ser condenado. Resulta un poco desolador. 

Al final, parecen tener razón tanto Jean Paulhan como Cocteau cuando dicen lo siguiente (página 357): 

« Le fait qu’un esprit aussi frivole que Brasillach ait pu se conduire de façon à être un jour justement digne de la mort, cela en dit long sur une incohérence profonde de nos mœurs. » (Paulhan).

Comme le disait Cocteau, Brasilach était « absurde et néfaste ». 

Esto no quita para que la historia de esa época tremenda sea mucho más compleja de lo que se nos dice hoy, muy lejos de los maniqueísmos de buenos y malos. El libro trata con ecuanimidad muchos de esos aspectos. Por ejemplo, recuerda en la página 253 como en un momento determinado, en noviembre de 1944, de Gaulle declara Vichy ilegal : “(…) et cette illégalité était au coeur des procés de l’épuration. La célèbre ordonnance du Général disait que la “forme du gouvernement de la France est et demeure la république […], en droit, celle-ci n’a jamais cessé d’exister ». De Gaulle ne demandait rien de moins à la France que de réécrire son histoire : la France libre, la France résistante de De Gaulle, serait dorénavant considérée comme ayant été le vrai gouvernement de la nation. Vichy devait être considéré en revanche comme une parenthèse dans l’histoire de France, une imposture juridique. » 

Sobre ese borrón y cuenta nueva completamente artificial se fundó la postguerra francesa. Los que habían sido fieles al ordenamiento legal, a las ordenanzas militares, al gobierno legalmente constituido, y fueron muchos y sin colaboración alguna con el enemigo, se quedaron colgando de la brocha cuando el general le dio una patada a la escalera que eran legalidad e historia recientes. Tal vez fuera la genialidad que permitió a Francia colocarse entre los vencedores. 

Para El Heraldo de Nava, Genaro García Mingo.



domingo, 20 de abril de 2025

Apunte. De los dietarios de... etc. Ya se sabe.

A la vuelta de Salamanca, desde las alturas de la carretera de La Coruña, se ve Madrid. Se ve el largo perfil de la ciudad. Por obra de las transparencias creadas por la lluvia secada luego por el sol, parece flotar sobre una gran masa azul, un lago, una nube, una gran ola.

Más de carreteras, que parecen el hábitat natural de contacto con el exterior para el moderno urbanita: El anochecer sobre la carretera lo vuelve todo azul. Azul el asfalto, las líneas pintadas, las vallas, el horizonte.

Día de todos los Santos. Pasada la tormenta que ha destrozado todo el levante español, aquí sale un sol espléndido, que nos regala una luz delicada e intensa, como limpiada por el agua. Decía Chesterton que le gustaban los días de lluvia porque todo se reflejaba en el agua y parecía que el mundo se llenaba de espejos. Algo así, mejor expresado sin duda por el inglés.

Dos hombres asomados a la reja de un camposanto pueblerino miran hacia su interior. Parada en Cuéllar.

Recordar como gran fuente de información el discurso de recepción en la RAE de Manuel Halcón.

Dese hace años evito los desayunos en grandes hoteles, como los Paradores, porque las escenas que allí veo me producen un poco de desagrado, pero sobre todo mucha vergüenza ajena. Y la mirada que pongo sobre todo ello falta sin duda a la más elemental caridad con el prójimo.

Zampo y también me cansa infinitamente la sociedad del zampe.

martes, 8 de abril de 2025

MARZO. De los dietarios del gran polígrafo A. B.

Tabaco oscuro, casi negro, tabaco recio, para fumar a la intemperie, puro para una tarde de toros, de caballos sin peto, de cielo nublado, para escupir por el colmillo con los primeros goterones de lluvia. Para llevar el nombre de quien fue teniente general de la Armada tiene paradójicamente un aire bucanero, le faltan elegancia, distinción, marcialidad, le sobran negrura y oscuridad. Sólo su blanca ceniza lo rescata. 

Después de semanas bajo la lluvia, ayer tuvimos tregua y las temperaturas de este asombroso mes de marzo subieron algo. Esta mañana de nuevo el cielo encapotado y a medida que transcurre la mañana el día se va oscureciendo. 

Celebramos ayer el cumpleaños de G. cenando juntos en la Ancha. 


jueves, 27 de febrero de 2025

De los dietarios de A. Bergamota. Como siempre, cortesía de Calvino de Liposthey, biógrafo.

Es inevitable recordar al hilo de estas líneas la tentación de alabanza de aldea y menosprecio de corte de los clásicos. Porque la constatación práctica de la chifladura del mundo y de sus vanidades puede conducir lógicamente a la voluntad de retirarse, para dedicar el tiempo a cuestiones más hondas y mejores. 

Otra reacción puede traducirse en dos actitudes. La de quien, si la vida le impone seguir en el mundo, lo hará con paciencia y caridad, ayudando si puede a paliar chifladuras, extravagancias y necedades, riéndose un poco de ellas, pero sin maldad, sin cinismo, coleccionando impresiones, aumentando el conocimiento del género humano mientras se le echa una mano, guardando en ocasiones prudentes distancias. Y la de quien pondrá su conocimiento de la humanidad al servicio de objetivos particulares, quien utilizará su conocimiento de miserias, flaquezas y ruindades como palanca con la que mover y manejar el hormiguero bullente que formamos todos los humanos. Y podrá hacerlo con desvergüenza y cinismo, para logros de toda clase, algunos inconfesables, o bien para llegar a metas valiosas, buenas. De todas las actitudes basadas en el conocimiento de la dura naturaleza humana esta última es sin duda la más valiosa, la de mayor mérito, la de ciertos grandes hombres que obraron para el bien común. Es sin duda también la más difícil y la que más energía requiere. Esa energía que a casi todos nos falta. 

Para terminar este comentario, viene al caso recordar un capítulo de las novelas de Anthony Powell que leíamos ayer. Después de páginas y páginas en las que el autor nos refiere la vida y los enredos de varios personajes, con la descripción de su carácter, rarezas, celos, envidias, reacciones, enfados, contradicciones, aciertos, errores, etc. suenan las alarmas en Londres por un ataque de la aviación alemana. Una bomba cae sobre el lugar dónde varios de esos personajes se reunían para una fiesta. La bomba cae sobre la mesa alrededor de la cual acababan de sentarse. Otra bomba, solitaria, lanzada por un avión aislado, como despistado, cae sobre la parte trasera de la casa de otro de esos personajes. Ese personaje no fue a la fiesta, se marchó a casa, pero cayó bajo una bomba igualmente. Y es magistral esa manera radical de acabar de repente, de un plumazo, con miserias, rarezas, celos, envidias, reacciones, enfados, contradicciones, aciertos, errores. Nos damos cuenta de que todo aquello que parecía esencial, vital, importantísimo, no es nada. Y volvemos de nuevo a girarnos hacia aquello de la espuma de los días, la vanidad de vanidades y el cultivar su jardín. 
Al poco rato, una melodía hace que se nos vayan las piernas, entran ganas de echar un baile, dar una vuelta, tomar un chisme. Y vuelta a empezar.