Algunos
años más tarde, en 1919, alguien mencionaba el asedio de Jerusalén en su
argumentación. Trotsky contestaba de esta manera a quien le escribía diciendo que
Moscú pasaba hambre: “Eso no es pasar
hambre. Cuando Tito sitió Jerusalén, las madres judías se comían a sus propios
hijos. Cuando yo consiga que las madres de Moscú comiencen a devorar a sus
hijos usted podrá venir a decirme: «Aquí pasamos hambre»”. Y todavía hoy
hay quien se dice trotskista, e incluso leninista. Contra esta gente el combate
no puede ser sino absoluto, implacable.
jueves, 14 de mayo de 2020
Gesio y León.
lunes, 27 de abril de 2020
Córvidos. Breve, por los famosos ornitólogos Javier Arrendajo y Norberto Picogordo.
Los
cuervos pertenecen a la familia de los córvidos. Los pájaros que pertenecen a
esta familia se caracterizan generalmente por ser sociables y vivir en
bandadas. Así son por ejemplo la urraca, la chova, la piquirroja y la grajilla,
con fama de ladrones de comida y objetos brillantes. Pero como en todo en la
vida hay excepciones. Así, la corneja negra, solitaria y negra, su prima la
corneja cenicienta (corvus cornix) es algo gris, claro. En cambio, la graja
tiene un negro de tono rojizo, pico largo y puntiagudo de base blanca y es muy
gregaria (le gustan las pandillas como a los quinquis) por lo que vive en
grandes bandadas. Como puede verse, esto de los pájaros es lioso, lo que lo hace
muy entretenido. Todos los córvidos crían en pareja (cada oveja con su pareja).
El macho acarrea el material de construcción y la hembra que es muy hacendosa
prepara el nido. El cuervo común que es el más grande de todos los cuervos,
pues mide unos sesenta centímetros, permanece junto a su pareja para criar
durante todo el año, y se piensa que a veces para siempre. Tienen sin duda gran
paciencia. El cuervo es oportunista, inteligente –como pájaro-, versátil, y
capaz de aprender.
domingo, 26 de abril de 2020
Tiempo de perros.
No
empezar hablando del tiempo es la recomendación que da un buen novelista a
escritores nóveles. Pero nosotros, ¿Qué quiere que le diga? No damos mucho de
sí y tampoco esto es una novela. Así que diremos que hoy el aire es frio, el
día espléndido de luminosidad, como un punto y aparte a la tromba de agua de
ayer. Pudimos salir hasta los contenedores de reciclaje a tirar vidrio, como un
buen ciudadano. Había escampado y el ambiente era de una primavera intensa,
húmeda, con esa luz sutil, delicada, como una filigrana ante los ojos. Disfrutaban
de ella los paseantes de perros que al parecer no se ven afectados por el
confinamiento o apenas. Mientras ellos pasean se impide la celebración de la
Misa en distintas iglesias, aunque el sacerdote y los fieles cumplan
escrupulosamente con las medidas de seguridad impuestas por el estado de
alarma, y en particular con el artículo 11 del Real Decreto que lo establece.
Parece que por fin el animalismo rampante se ha impuesto ya del todo. Ya ve que
le he traído de golpe a la más atroz actualidad. Tal vez hubiera sido mejor no
dejar de hablar del tiempo.
lunes, 20 de abril de 2020
GALERÍA DE TIPOS FÍSICOS EXTINGUIDOS: Iván Bunin.
Retrato
del escritor ruso por su compatriota Rossinsky.
Observen que no sólo hay
verdaderos bigotes sino una cuidada perilla. Las facciones son finas y hay elegancia en la actitud, la vestimenta, la mirada. Observen también la excelente
pinta, el aire entre señorial –lo que denota su origen social- y ensimismado, lo
que podría referirse a su condición de escritor. La impresión se refuerza por
el fondo del cuadro, una biblioteca. Un esbozo de ojeras que apuntan cansancio
y algo de melancolía, no consiguen menguar la nobleza, la dignidad y el empaque
de su figura. Es posible que subsista parcialmente el tipo en algún rincón
escondido y remoto. Pero no completo. Completo como tal, el comité científico
de la Fundación Tato lamenta tener que considerarlo como definitivamente
extinguido.
![]() |
Incluimos una fotografía para que se vea que Rossinsky supo captar, que no inventar. |
Temporada sin temporada. I.
El matador de toros Luis Mazzantini,
el "señorito loco", apodado así por su tardía vocación taurina,
pasando de los estudios y el cortejo de Amadeo de Saboya a las plazas, daba una
vuelta al ruedo. Esto refiere Antonio Díaz-Cañabate en su Historia de una tertulia:
Don Luis, sonriente, mientras
saluda, va diciendo: “¡Gracias, gracias, hijos de cocheros!”.
viernes, 17 de abril de 2020
Jornada electoral III. Nuevo fragmento de diario.
La Guardia Civil en la puerta del colegio electoral. A ella le queda
el uniforme como si fuera un barrendero. Desfila el cuerpo electoral. Un gran
número de ancianos decrépitos, oigo que dice un concejal. Dos viejas con bastón
bastante despiertas; un matrimonio con sombrero de explorador él; dos gorditos
de la mano, él tiene gran picota y pelo lacio, ella es eslava y grandota o al
revés, grandota y eslava, y habla español con la boca encogida; una familia con
dos niños, él tiene los pies diminutos, torcidos y girados hacia arriba, ella
se queja mucho, es lógico. Un gordo y viejo comunista lo mira todo con aires
exterminadores. Una abuelilla arrastra los pies, la mano pecosa sujeta un
bastón con el que se mueve con agilidad. El apoderado rojillo es el de aire más
presuntuoso y arrogante, con camiseta de marca rotulada en inglés y greñas de
permanente. Un chándal, otro chándal, una muslera con un chor (short) que sólo
tapa media nalga, la otra mitad vibra al aire. La chica guapa –que no es la del
chor- vuelve porque se ha dejado algo. Una panza viene a votar y a lo lejos, detrás,
una cabeza pequeña parece dirigirla. Una rémora quiere entrar con un San
Bernardo gigantesco, señora por favor que no puede ser. Avalancha de abuelitas
precedida de una señora con dos niñas pequeñas, cuidado que hay un escalón.
Pasadas las doce se supera el diez por ciento de participación con la horda de
jóvenes que vienen a votar, camisas negras, si negras, camisetas, sudaderas
horribles, y de repente un personaje engominado y al rato las dos primeras
corbatas. Y un señor delgado como un pájaro, otro que gira el cuello a derecha
e izquierda sin parar, una mujer prácticamente desnuda, unos papás de los de
mucho sentimiento, de esos que crean monstruos, quieren que sea el nene el que
meta la papeleta, pero les dicen que de eso nada y se ofuscan. Luego dos cojos,
a la vez, un loquito que habla sólo y mira para todas partes después de reír,
la tontalpacma que nunca falta, mas chores de todos los colores. Casi a la hora
de comer: él gran nariz de porreta y potente belfo sobre metro cincuenta, ella
busca una cola en la que poder ordenarse. Un señor pregunta que por qué en la
lista del censo que maneja la mesa electoral se raya el nombre de los que han
votado, que él no piensa votar pero quiere una raya sobre su nombre y que exige
una explicación. Ancianísima venerable con nariz de alcotán conducida por digan
nieta, hay dudas sobre si podrá levantar la papeleta, pero al final lo logra
sin el inadmisible concurso de la nieta. Melón de la Huerta, Arcadio, ha
votado. Sonrisilla del interventor, nervios en un vocal, la presidenta
superpotra principia un alarido histérico que logra contener. Dos pavas
electrónicas piden papeletas del partido verde. Un marido acompañado de una
loca pintarrajeada que es su mujer. El hombre, a todas luces sojuzgado y
disminuido, sonríe como pidiendo perdón. Dos vocales le miran y luego uno hace
al otro con dos dedos el gesto de la tijera cortando. Un presidente de mesa, en
la misma sala, que había comenzado la jornada con mucha compostura, henchido de
sentido del deber y traje de tres piezas, parece que por las entretelas
escondía una petaca con aguardiente, por lo menos. Ya se oye perfectamente
cuando en lugar del ¡ha votado! de rigor afirma con voz catarrosa que ¡aquí
dejan votar a cualquiera!
Encerrados
ya desde hace horas para el escrutinio, sólo nos falta el Ángel exterminador.
jueves, 16 de abril de 2020
Jornada electoral II. Fragmento de diario.

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