domingo, 5 de noviembre de 2017

LA INCOGNITA CATALANA

La arriesgada decisión del ejecutivo de Mariano Rajoy al convocar elecciones autonómicas en Cataluña el 21 de Diciembre de 2017 supone tomar un riesgo sumamente difícil de calibrar.
 
Si bien la aplicación del artículo 155 era una necesidad imperiosa, la forma en la qué se está aplicando y las medidas que se han anunciado invitan a pensar que la situación social y política en Cataluña no será la mejor para la celebración de unos comicios electorales cuya trascendencia para el futuro de la política catalana y española resulta decisiva.
 
Sin contar con datos, que no están disponibles ni parece que vayan a ser desvelados próximamente, es imposible explicar con certeza cuales han sido los motivos que han sustentado tan arriesgada decisión.
 
Conociendo la mentalidad de Rajoy y la catadura de sus colaboradores el asunto huele francamente mal y sobre todo el asunto planea una nube de hediondo compadreo cuyos resultados pueden ser fatales para el futuro de España tal y como la hemos conocido hasta ahora.
 
Cataluña sigue descontrolada y los políticos persisten en su espiral de  difusión de mentiras,  proclamas alucinadas y el sostenimiento de posturas irresponsables.
 
La entrega de los principales medios de comunicación a la causa separatista no ha sido abordada por el gobierno y la libertad de acción de partidos y organizaciones independentistas (CUP, Esquerra, PDCat, ANC, Ómnium, En Comú etc.) cuya ilegalización debería haberse instado hace mucho tiempo suponen un altísimo riesgo para el normal desarrollo de un proceso electoral, que lejos de ser solución puede convertirse en un nuevo hito en la escalada de destrucción de la cohesión nacional.
 
Para los ciudadanos con un mínimo de sentido común y conciencia histórica y política la situación actual es simplemente incomprensible.
 
La situación de Cataluña requería medidas de mucho mayor calado y profundidad: recorte de competencias, interrupción de actividades antiespañolas de las administraciones regionales y locales, reconducción de los desafueros en la educación y la difusión cultural, desconexión del entramado de entes pseudo-culturales e intervención de medios de comunicación por citar algunas de las más obvias y urgentes.
 
Nada de eso se ha hecho y no parece que de aquí al 21 de Diciembre se vayan a adoptar medidas adicionales a las ya anunciadas por el ejecutivo.
 
Esta delirante dejación de funciones hace que uno piense que no nos encontramos ante un caso de buenísimo ni tan siquiera de ceguera política, sino ante algo mucho peor, que no es otra cosa que una suerte de nuevo pactismo de cuño mundialista dirigido a conducirnos hasta un nuevo escenario de impredecibles consecuencias.
 
En esta nueva encrucijada de la Historia de España, la única institución que ha operado según lo que la justicia y el honor le requerían es la corona.
 
Dejando de lado las veleidades republicanas de unos y los garantismos legales de otros, la realidad es que el único que ha dado la cara ha sido el Rey. Su intervención ha sido el detonante de la reacción popular de un pueblo ahíto de las debilidades y trampas de los políticos profesionales.
 
El pueblo español no merece a los débiles y tramposos actores que gestionan su política.
 
La historieta de la saga-fuga de Puigdemont y el papelón de la Autoridad son un buen ejemplo de que algo está pasando. Algo que nos ocultan y que no podemos ver pero sí oler. Y huele muy mal.
 
Ni teorías de la conspiración ni gaitas. O existe un plan oculto del que son parte los partidos y los poderes varios o nos enfrentamos al mayor caso de estupidez y debilidad que quepa imaginarse.
 
¿Estamos asistiendo a nueva vuelta de tuerca para desmontar la España post-Franco?
 
¿Es éste el preludio de la liquidación del pacto-consenso del 78?
 
No disponemos de certezas pero los hechos que se van conociendo, las acciones y aún más importante las omisiones nos hacen sospechar que algo muy grave se está cocinando de espaldas al público que asiste atónito, cabreado y triste al lamentable espectáculo que cada día se nos ofrece por parte de la "clase política" y sus ramificaciones mediáticas y económicas.
 
El asunto catalán se ha convertido en una incógnita que muy a nuestro pesar puede arrojar un resultado catastrófico.
 
¿Seremos capaces de despejar la incógnita y enfrentarnos a las amenazas que la misma nos depare?
 

miércoles, 1 de noviembre de 2017

GALERÍA DE TIPOS FÍSICOS EXTINGUIDOS: tipo turco, siglo XX.







Impresiones.


Si utilizando los exónimos apropiados hablamos de Angora, Trebisonda o Esmirna nuestra referencia a Turquía resultará mucho más evocadora, sugerente, legendaria y hasta mágica. Mucho más que si describimos el centro financiero de Estambul, con sus torres, su ruido y sus centros comerciales. El viejo imperio otomano, moribundo al llegar el siglo XX y derrotado en la Gran Guerra dio paso, en 1923 y en virtud del tratado de Lausana, a la actual Turquía. Fue providencial Mustapha Kemal, el Atatürk, que evitó su reparto entre los voraces vencedores del conflicto. El inmenso país, la antiquísima región, siguen en el ojo del huracán, como si la geopolítica no hubiera variado apenas desde los tiempos del codicioso Craso, de Constantino el Grande, de los Basileos bizantinos que durante siglos contuvieron al Turco venido de las estepas asiáticas, amenazado a su vez por los Kanes mongoles, y hasta la caída de Constantinopla. Como si de un balancín se tratara, entre oriente y occidente. ¿Hacia dónde se inclina hoy Turquía? Con sus ochenta millones de habitantes y un idioma hablado por casi doscientos millones, Turquía tiene frontera con Bulgaria y Grecia, claro. Pero también con Georgia, patria de Stalin, Armenia, Irán, Azerbaiyán, Siria e Irak. Se trata por tanto del cruce entre Europa y Asia, entre Rusia y Oriente Medio, una región que los turcos gobernaron durante años. Tracia, más tarde la Rumelia búlgara, mítico topónimo evocador de inexistentes reyes vestidos a la manera húsar, de monóculos y prisioneros de Zenda, es la parte europea de Turquía, compartida con Bulgaria y Grecia y durante años tambien objeto de disputa entre el Reino de los Búlgaros y el Imperio de los Califas Osmanlíes. Cuando en 1453 la Reina de las Ciudades cayó en poder del ejército de Mehmet II, pareció que un puño se había cerrado sobre la salida de Europa al exterior. Casi cuarenta años después, con la boca del saco todavía cerrada por el dogal turco, los Reyes Católicos lo abrirían descosiendo el otro extremo con la toma de Granada y el descubrimiento de América. La ruta comercial hacia oriente tenía ahora una alternativa. Y Lepanto.

Para El Heraldo  de Nava,
Genaro García Mingo Emperador, corresponsal de butaca.

martes, 31 de octubre de 2017

VIDAS PARALELAS.


Hay algo de vidas paralelas entre Nancy Mitford e Irene Nemirovsky, hasta que una de ellas se trunca antes de tiempo.

 



Irene Nemirovsky, 1903, Kiev-1942, Auswitch.







Judia ucraniana, hija de un banquero.



Hija única.




Huyen de la revolución rusa y tras un año en Finlandia, llega a Francia en 1919.


Se casa con Michel Epstein en 1929, tienen dos hijas.

No se le concede la nacionalidad francesa (1938), la familia se convierte al catolicismo en 1939.

El matrimonio es deportado en 1942, las hijas sobreviven escondiéndose.

Terrible relación con su madre.

 

Nancy Mitford,
1904, Londres-1973, Versailles, Francia, restos en la Iglesia de Santa Maria, Swibrook, Oxfordshire, junto con sus padres y hermanas.



Hija del barón de Redesdale, alta sociedad inglesa.


La mayor de seis hermanas. Volveremos sobre ellas.


Frecuenta a los Bright Young People (Evelyn Waugh entre ellos). Su abuelo materno es el fundador de Vanity Fair.


Casada con Peter Rodd, divorciada sólo en 1958, desde 1945 amante de Gaston Palewski.

Novelista prolífica.






Más de veinte novelas.
1929 Primera novela

1930 El Baile.

-     Suite Francesa, se publica en 2004, descubierto el manuscrito en una vieja maleta salvada por las niñas.

-     Unas 21 novelas, de las cuales varias (6) publicadas póstumamente.

Novelista, biógrafa, periodista, gran correspondencia, al parecer muy interesante.



Unas ocho novelas:

1931 Primera novela.

1949 Amor en un clima frío.

Un tomo de textos periodísticos y de crítica, el famoso ensayo Noblesse Oblige.

domingo, 22 de octubre de 2017

OTOÑO

El campo que nosotros paseamos tiene asfalto y aceras. Por la tarde del sábado hay menos coches. Donde la anchura de la acera acaba, aparece la lengua de tierra que a lo largo de la carretera separa la calle del acceso a las urbanizaciones y que a tramos está ajardinada. Hierba, rosales, algún arbusto: durillos o aligustres tallados. También hay árboles, y como el aire está limpio, mirando a lo alto mientras andamos cuesta arriba, nos hacemos la ilusión de que estamos en la verde campiña, en las sierras, en los montes; que pisamos arena al andar esta cuesta arriba y que cruje bajo las pisadas, y que hay hierbas altas que nos rozan al pasar.

Lo cierto es que alguna vez que vamos a un campo, a cualquiera, tampoco quiere la gente andarlo. Hay que comer, bregar, fregar y con la sobremesa llega la somnolencia, y luego eso de ponerse en movimiento es cansado y lo de andar una obsesión. Así que se deja para otro rato. Por eso nos gusta este campo con su asfalto, su césped, sus durillos y sus árboles. Porque es un campo posible, real, es el que pisamos, este y no otro. Con la mirada puesta en las alturas. El viento mece la copa de los árboles y empuja las nubes de este cielo limpio de otoño; son las mismas nubes de esos otros campos lejanos, más solitarios y sencillos. En este de aquí no hay animales, si exceptuamos algún vecino, los perritos tan feos y ridículos, que pasea la gente y los miembros de alguna secta o tribu urbana que son también feos, con sus rastas, y como sucios y como los perros llevan correas y cadenas. Es un motivo más para andarse por las ramas, las copas, las nubes.

Se ha metido una tarde otoñal, la primera. Viene sin duda con este aire que no llega a frío pero que ya es fresco, y ha barrido el calor sofocante de esta mañana. Con el otoño llegan las ganas de pasear, de fijarse en la luz cambiante. Y una cierta melancolía. Caerán las hojas de los árboles y morirán los viejos, los enfermos, la gente, por un descuido, por dejarse atrapar en un momento de inadvertencia por esta como melancolía que trae este aire que no llega a frío, que es impertinente. El perrito con el que nos cruzamos tiene una buena patada, pero que quiere usted, pese a ir con los zapatos adecuados, nos aguantamos por aquello de portarse bien. Se arrastran las primeras hojas por las aceras, parecen de chopo. Quién sabe. Es este un campo variado: una mimosa asoma por encima de una tapia; en una parcela cercada cubierta de tamuja vemos casi una pimpollada y, en una esquina, como saliendo de la pared a ras de suelo, una higuera ya crecida. Hileras de plátanos robustos, recuperados de la terrible poda de hace un tiempo, tal vez un año o dos. Hileras de chopos tristones, mecidos por el aire, vencidos por la luz que declina. Una acacia solitaria puntiaguda, prunos, arizónicas, gigantescas adelfas, pinos inmensos, y los sauces. Un seto de parra virgen ya se ha teñido de color rojo vino, o sangre. También hay ciclistas. ¿A usted le gusta apalear ciclistas? ¡Hombre pero que cosas dice!

Hay también un jardincillo parroquial. Es casi un amago de jardín, pero con su planta rectangular delimitada por un seto de mirto se da como aires, como importancia y resulta atractivo en su altanera modestia. Dentro del seto un abeto y una adelfa por ahora más alta que el árbol. Tal vez uno de esos abetos navideños, plantado en el jardincillo al terminar las fiestas. En los jardines de algunos Reales Sitios, en el siglo XIX plantaron especies de coníferas sin saber muy bien lo que darían de sí. Hoy son árboles descomunales que parecen como zamparse los jardines neoclásicos que crecen temblorosos a sus pies. Más allá del seto, una tapia blanca, de media altura, con verja y arriates de flores, begonias y tajetes naranjas todavía en flor. Y a un lado un inmenso ciprés o similar, que nos da idea de lo que podrá llegar a ser el abeto de este pequeño jardín parroquial. ¿Llegaremos a verlo? Habrá que pasar el otoño primero. Hombre pues claro, que cosas tiene.
De los diarios del gran polígrafo Alcides Bergamota Elgrande.
(Cortesía de Calvino de Liposthey, anticipo de publicación)

sábado, 21 de octubre de 2017

GALERÍA DE TIPOS FÍSICOS, SECCIÓN FUMADORES: JOHN COLTRANE Y UNOS AMIGOS.





FEDERICO DE ROBERTO

La palabra Revolución le escocía los labios y le hacía palpitar el corazón; y el deseo más ferviente, íntimo y sincero de su ánimo era que hubiera el doble de carabineros que de ciudadanos; pero dado que el viento soplaba de otra parte, buscaba la compañía de los radicales más notorios para decirles: “La República es el régimen ideal, el sueño sublime que un día se hará realidad, porque quiere hombres perfectos, virtudes diamantinas, y el progreso constante de la humanidad nos hace prever el día de su cumplimiento”.

Federico de Roberto, Los Virreyes.