martes, 16 de mayo de 2017

Entrada grandemente ofensiva que puede herir toda clase de sensibilidades. Abstenerse remilgados y repolludos.

Hoy he visto unas pantorrillas como jamones, montadas sobre tobillo fino y zapato de tacón de piel de cocodrilo.

Con esta sentencia pronunciada por Tato en la tertulia del café de Nava de Goliardos, muy propia de su don para la fina observación, para captar el matiz delicado que a la mayoría se nos escapa, decidió la concurrencia declarar por fin solemnemente inaugurada la

 
Temporada Oficial 2017 de Musleo Contemporáneo

 
Oiga, perdone que me entrometa, pero creo que hay una inconsistencia: ¿Como pueden inaugurar la temporada de musleo con unas pantorrillas? ¡Pero por favor! ¡Salta a la vista que esas pedazo de pantorrillas que dice Tato –todavía no se ha repuesto del todo- valen lo que un musleo redondo! ¡Si es que hay que explicarlo todo!






jueves, 11 de mayo de 2017

DEL "FALSO CASTICISMO" Y LOS CRÍTICOS A LA VIOLETA.


Todo eso que describes no existe (la señoras de Zamora, etc.) y si ha existido ha sido de refilón de forma marginal. Cultivas una especie de cosa castiza mas falsa que una moneda de seis euros. ¿Que es? Algo así como un mundo ideal? Si es así que pereza da. Nunca ha existido ni tiene particular valor. Te aconsejo que seas mas autentico. Esto es un cantaro hueco. Prueba con Elmer Mendoza te puede servir. Es mejor que escribes con un componente de misterio de noir.

Ayer, 10 de mayo de 2017, un amable lector de Cepo escribió un comentario a mi entrada " El as del bombardino" dónde me hacía una crítica no exenta de cierta mala leche. Si no fuera porque la crítica demuestra que el lector no es persona muy atenta a los detalles ni amante de la lógica no me molestaría en responder, pero dado que tiene aspiraciones críticas y se permite el lujo de verter comentarios gratuitos y dar consejos irreflexivos, creo que merita una respuesta, amable y respetuosa, eso si, pero respuesta firme.

Me dice el lector metido a crítico que las cosas que describo no existen. Me temo que al decir esto incurre en el error, nada infrecuente, de creer que sólo existe lo que uno conoce. Por si acaso, se cubre y afirma que "de haber existido ha sido de refilón de forma marginal". 

El comentario carece de toda lógica, o han existido o no han existido y si han existido y no las conoce ¿cómo puede deducir que han tenido una existencia breve y marginal? El comentario en ese punto no se sostiene. 

Debería saber el lector metido a crítico, que el ambiente del café que se retrata (ambiente del ayer, cuando se bebía aguardiante y se fumaba en los cafés) no sólo ha existido sino que ha durado casi 130 años, todavía hoy pervive en algunas islas de civilización, pero ha dejado de ser algo general y por eso se dibuja como una imagen del ayer.

En cuanto a la existencia de tipos humanos como los gacetilleros, los notarios jubilados y las señoras de Zamora no creo que haya que reivindicarla, es tan evidente como que han existido las calles adoquinadas y los tranvías.

Me dice nuestro amable crítico que cultivo "una cosa castiza mas falsa que una moneda de seis euros". Vayamos por partes. Yo no cultivo nada, ni tomates ni géneros. Si se refiere a que me gusta el casticismo y que muchas entradas juegan con situaciones y personas castizas, populares, le doy la razón. Ahora bien, el casticismo, lo popular, gracias a Dios no ha muerto. Vive no sólo en el corazón de muchos europeos (el casticismo tiene formas similares por toda Europa) y en muchos lugares y situaciones de España. La realidad cotidiana que está plagada de tipos y situaciones "castizas". Que el lector metido a crítico no las perciba no quiere decir que no existan y que no las aprecie no implica que carezcan de valor o interés, al menos para el que esto escribe.

La frase "Nunca ha existido ni tiene particular valor" es otra perla que el lector dedica a " la especie de mundo ideal" del que yo escribo. ¿Podría explicarme cómo algo que no ha existido carece de valor? En cuanto al mundo ideal, ya hemos hablado; no conocer un aspecto de la realidad y hablar de ella es propio de los ignorantes o de los atrevidos, que son ignorantes con ganas de dar la lata.

Me aconseja mi crítico que sea más auténtico (no volveré sobre este asunto) y me receta a Élmer Mendoza, que según el "me puede servir". La cosa tiene gracia. 

Da la casualidad de que soy un fiel lector del autor mejicano (si,con j y lo escribo así porque me da la gana) y conozco bastante bien su obra y estilo. 

No voy a establecer competiciones infantiles con nadie sobre quién ha leído más o menos a un autor pero meter al muy estimable autor de Sinaloa en esta fiesta es cómo invitar a Benedicto XVI a un campeonato de mus. 

Si lo que me sugiere es que lea autores que me inciten al cultivo del realismo y de paso mejoren mi  pobre estilo, no comprendo porqué no me receta a Clarín, a Galdós o Doña Emilia entre los hispanos o a Tolstoi, Dostoievsky, Balzac, o Dickens entre los extranjeros. 

Con todo respeto debo decirle que antes de meterse a crítico hay que hacer muchas guardias y calentar muchas bujías. Entiendo perfectamente que lo que cuento no le interesa, que mi afición por el casticismo le repugna, que la España "de ayer" (y en parte de hoy) le parece casposa y apolillada y que en general se aburre usted con mis entradas más que una ostra en la bahía de Arcachón. 

Afortunadamente hay remedios para tantos males; uno, sencillo y gratuito es no leer lo que no le gusta, el otro, más complicado y menos económico es irse a la Casa del Libro y ponerse las botas comprando novelas buenas, que hay muchísimas, mejor escritas que mis modestas croniquejas y dónde se describen muchas realidades, algunas le sonarán, otras no, pero ahí reside la maravilla de la lectura: siempre nos abre nuevos mundos y sorprendentes avenidas...

Paz y Bien. 

martes, 9 de mayo de 2017

El as del bombardino

Jacinto Oloroso, es una buena persona, se lo digo yo. Un tipo que con ese nombre va por la vida tan tranquilo, pues que quieren que les diga, demuestra tener una personalidad a prueba de bomba, o mejor dicho y por ser más precisos, de bombardino. Si señores, lo que oyen, Jacinto Oloroso toca el bombardino, y muy bien. Para muestra, les diré que en una ocasión debutó en plaza de primera; el teatro Romea y lo hizo con "La Lira" de Carcaixent, casi nada, ahí queda eso. Pues bien,  habiendo precisado que Jacinto es buena gente y maestro en el noble arte del bombardino, dejen que les siga contando y no empiecen a calentarse con eso de que el texto es largo, la niña quiere ir al baño ("pide pipí" como dicen las mamas cursis) y el abuelo se ha puesto a jugar con su móvil y va a descubrir sus descargas de youtube con todas las pelis de empuje y demás bellaquerías a las que se entregan durante la sobremesa de las comidas familiares (de sus suegros, vamos). Hoy he pasado por el café a media mañana, cosa rara, y me he encontrado con Jacinto departiendo amigablemente con un señor con cara de ser de Lugo. Ha resultado ser un boticario de Orense y como pueden comprender, tras las presentaciones me he abstenido de decirle nada de su cara de Lucense (que la tiene, y mucho). Como no hay tertulia de dos sin tres ni fuente de torreznos suficientemente grande para el apetito de Alipio Velas, me han invitado a tomar café con ellos y para hacer la cosa más reposadamente nos hemos trasladado a una mesa al fondo del salón, una mesa de esas que yo llamo literarias porque eran las preferidas de los escritores y dramaturgos que iban al café para componer sus obras bajo el amparo de esos camareros (especie extinta) que sabían defender la privacidad del cliente sin necesidad de recurrir a carteles ni reglamentos sancionados por la autoridad. El boticario, de nombre Laxo Outeiriño nos cuenta que ha venido a Madrid a mover unos papeles que tiene parados en algún obscuro negociado de los que aún perduran pese a la transferencia autonómica. Outeiriño se queja y Oloroso le consuela, yo doy pequeños sorbos al café hirviendo y pienso en el ciclo reproductivo de la Upupa epops (vulgo abubilla) asunto que me entretiene más que la martingala administrativa del boticario con cara de lucense. Yo a lo mío. A la cucuta castellana los navarros la denominan a veces gallico de San Martín. Pasan buenos diez minutos de instancias y recursos, de pandrives (así los llama el boticario) y de expedientes de revisión y yo comienzo a sentir una necesidad irrefrenable de asar a patadas las espinillas del tal Outeiriño. Estoy a punto del ataque de apoplejía cuando aparece el camarero con una fuente de Miguelitos de la Roda, fino detalle del propietario para con su amigo Jacinto, que amén de buena persona y dotado músico es un laminero sibarita, un heraldo del milhojas, un catedrático del pionono, un doctor máximo del bizcocho borracho y un propagandista perpetuo y apasionado de cuantas creaciones pasteleras se elaboran en las cuatro esquinas de España. Con la aparición de tan acertada golosina manchega se pone fin a la interminable y cadenciosa relación administrativa de Outeiriño. Jacinto, entre miguelito va y buche de cafe con leche viene, adopta ese aire entre filosófico y distraído tan habitual en los músicos cuando interpretan una pieza difícil. Outeiriño pese a sus protestas de hiperglucemia y alusiones a Rosiña (pobre mujer) engulle con ímpetu de galeote  y yo, que he pedido un segundo café, me dedico a juguetear con la cucharilla mientras silbo La Cucaracha por lo bajini y pongo cara de organillero.  Terminado el dulce, mis contertulios se disponen a reanudar su pleito y yo que no soy un hispano medio y no aguanto bien las cosas de la burocracia me pongo a observar al personal que de desparrama por los veladores y la barra. En tiempos de Alipio Velas, tratante de ganado y colegial menor de San Bartolo de Cesteira, el café a media mañana era un templo silencioso con aromas a grano tostado y aguardiante viejo apenas poblado por dos gacetilleros viejos, un notario jubilado que leía el ABC y dos señoras de Zamora que venían a Madrid a ver a un pariente y hacían tiempo comiendo churros. En aquellos tiempos el humo azul del cigarro se enganchaba entre los brazos de las lámparas y ascendía hasta quedar prendido del artesonado como las  nubes que ciman las cumbres de Somosierra. Ahora el café a media mañana está habitado por una fauna diversa y de tono un poco triste. Cada uno con su aparatito electrónico correspondiente, remueven el café, sorben la infusión o el colacao y se ignoran con fruición muy moderna. La excepción son Pablo Tinajas y su sobrino Fulgencio que son fieles al As y al Aplausos y aprovechan su rato de asueto para comentar las glorias del balompié y las miserias del escalafón. Entre escusas y protestas de estima eterna y aprecio infinito Outeriño se retira. Jacinto que como ha quedado dicho es buena persona lo acompaña hasta la puerta. A su regreso Jacinto me pone al día. El bueno de Outeriño es primo de su mujer. Me quedo de piedra. Tras veinte años de conocer a Jacinto me entero de que amén de buena persona y genio del bombardino, Jacinto Oloroso es un hombre casado y por si fuera poco con una lucense (ya sabía yo...) de la misma patria chica que el inmortal Cunqueiro. El nexo de Jacinto con Mondoñedo por vía marital me sugiere mil y una ideas, el asunto amerita un relato breve, un bosquejo quizá algo borroso, incluso precipitado pero no por ello exento de pasión y gracia. Por un instante tengo la tentación de dejar el café y sentarme un rato en un banco bajo los floridos castaños a meditar y tratar de conectar las imágenes que bullen en mi maltrecho cerebro. Jacinto interrumpe mis meditaciones hablándome de su reciente excursión pajarera. Siguiendo las palabras del as del bombardino me traslado por unos instantes a la laguna de Gallocanta y me parece estar viendo las bandadas de chillonas grullas elevarse sobre el espejo de agua en mitad de la llanura, creo  distinguir el alborozo pajaril en mis oídos hasta que me doy cuenta de que se trata de mi teléfono móvil que debe llevar un rato sonando escondido en lo más profundo de un bolsillo. La realidad me llama, un cliente ha llamado molesto por los retrasos, una señora protesta airada reclamando, literalmente, un trato vip... dejo a Jacinto en el café entretenido en sus cosas, Jacinto es un tipo extraordinario, buena persona, as del bombardino, ornitólogo aficionado y sobre todo un tío listo, vive de su modesta mercería ajeno a los vaivenes de la modernidad. Saber vivir así y estar casado con una mindoniense de pura cepa son pruebas suficientes de que a Jacinto Oloroso hay que tomárselo muy en serio. No lo duden, hablamos de un tipo excepcional, de una buena persona.

THE CANDIDATE (pensamos que con título en inglé enganchamos a la tropa que sabe tantos idiomas).

El candidato.
Cepogordo y el Cepogordismo son conscientes de su inoperancia política, se dan cuenta de su pobre condición, de su irrelevancia pública. Mindundi sociales, ajenos a cualquier círculo de poder o influencia. El Cepogordista no se ha dado un golpe con un adoquín, ni parte nueces con la frente. Tan sólo se ve aquejado, repentinamente, de una lucidez devastadora. Las cosas se harán, le guste o no, todo sucederá mientras el mire atónito, paralizado, incapaz. El Cepogordismo no influye, no marca tendencia, no es giutuber ni influencher, no es trendin, ni líder, ni está alineado, ni publica nada de género landscape, ni se llama Corina, 300.000 ejemplares. Corina es una rubia cachas y los cepogordistas se asustan de tanto poder. El cepogordista en lugar de ser eficaz y eficiente charla con su amigo chino que le suelta su rollito todas las mañanas, justo cuando el cepogordista quiere arrancar la jornada con brío. ¿Has leído El guardián invisible de Dolores Cuadrado? Es una trilogía, siete mil páginas, para el cercanías está muy bien. Dula la lectula todo el anio.
EL CANDIDATO (the candidate)
TU VOTO PARA
don Marino Percebe y García Ameba

Por todo lo dicho no es extraño que el Cepogordismo se decida a secundar la candidatura del honrado Marino Percebe y García Ameba, hombre de bien, de poco pelo, de traje clásico, que aún usa corbata. Hijo de familias próceres, don Marino no se ha hundido todavía en la mesocracia. Muchos se ríen de don Marino, dice que está anclado en el pasado y que su primer apellido mueve a risa. En cambio, el segundo, como tiene dos partes (es compuesto, dicen), les gusta más y se arriman. Pero don Marino que es pétreo, sólido como el granito, aguanta. Es verdad que los medios son escasos, pero don Marino Percebe se ha decidido. Se lanza al ruedo e inicia su campaña electoral. Hoy hemos acompañado a don Marino en su primer discurso que ha dado en un desmonte entre carreteras, por obra de la primavera convertido en campo de amapolas. Y nos ha deslumbrado don Marino, a los tres que estábamos, con su verbo florido, que volaba llevado por el aire cálido de mayo, por todo aquél desierto verde, sobre cascotes y hierbecillas efímeras, en los confines de Madrid. Eran las nueve de la mañana, hemos aplaudido. Desde el vota Gundisalvo no se había visto nada igual. Los antidisturbios apostados cerca de la M-40, entre las amapolas y la cebada silvestre, nos miraban de reojo, prestos a intervenir con la mayor contundencia ante el primer desmán del candidato.

lunes, 8 de mayo de 2017

EL DECORADO DEL TEATRILLO

Al lector de Cepo Gordo le va la marcha, le gusta el lío, acepta la pulla y la devuelve, se revuelve y trata de cornear echando los pitones por alto y tirando tajos a diestro y siniestro. Muy bien, si señor, así me gusta a mi el personal, con raza.

En un ambiente dominado por los mingafrías y los enanos morales, el lector de cepo se alza como un gigante y ejerciendo de hombre libre arrea al escribiente, no le pasa una, se queja y le pone a uno como chupa de dómine. ¡Muy bien!

Dicen en algunos comentarios a la entrada "Teatrillo" que en la misma no se consignan más que quejas y estados de ánimo, pero no soluciones. Con todo respeto, me parto de risa. ¿Pero en qué mundo viven? ¿Es que han regresado ustedes de un sueño prolongado como el de Rip van Winkle?

Los lectores se creen que el cepogordismo es la botica de la enfermedad social y reclaman la pócima para el dolor de nación, el ungüento para el calambre democrático, el colirio para el enrojecimiento causado por la miopía histórica.

No señores, me temo que se equivocan. No es este el foro para proponer soluciones caducas a problemas de altos vuelos. 

Al disidente no le faltan ideas ni voluntades lo que le falta es materia prima y pasta, "els diners" que dirían en Gerona.

La materia prima se puede encontrar, existe y no sería imposible unirla bajo un ideario actual y adecuado, el problema está en la la falta de gasolina para el motor.

España (y lo hemos escrito más veces, no se quejen) está habitada por un buen número de gentes valiosas, que digo yo, valiosísimas, no tenemos nada que envidiar a ninguna de esas supuestas sociedades avanzadas que el sistema nos pone de espejo para criticar nuestros defectos. 

Tenemos buenos y honrados profesores, médicos excelentes, funcionarios honrados, militares con honor, agricultores avanzados, farmacéuticas trabajadoras y competentes, empresarios valientes y generosos etc... 

Si estas gentes no se agrupan y no "aparecen" es por la falta de compromiso de las élites con los movimientos reformistas. El control y manipulación de las élites es otro de los éxitos del sistema.

Vivimos en un sistema mucho más "ordenado" de lo que la gente percibe. Aquí no se corta una flor sin permiso del jardinero jefe ni se mueve un ladrillo sin la anuencia del gran arquitecto o sus delegados.

Levantar una "opción" con visos de obtener representación suficiente para cambiar las cosas requiere de un suma considerable de dinero que permita ir armando una estructura sólida sin estrecheces ni necesidad de esas heroicidades a las que tan afín era el español de nuestras edades doradas.

La prueba de que sin independencia económica no hay nada que hacer. La prueba irrefutable está en el fracaso de todas las alternativas que han surgido desde hace varias décadas. Ni una sola ha sobrevivido con opciones de presentar ninguna opción viable. 

Los beneficiarios del sistema no van a soltar un duro y el propio sistema se ha encargado de encarecer el coste de de la independencia hasta límites inimaginables hace treinta años.

O estás "apesebrado" o no estás. O comes del sistema y obedeces o estás condenado al ostracismo, al silencio, a la sombra. 

Esto no es quejarse ni lamentarse, es sencillamente explicar una tozuda realidad que a muchos no gusta pero no por eso deja de ser menos cierta.

Lo único que puede hacerse sin esos imprescindibles medios es dedicarse (cada uno en el lugar y la vocación que la Providencia le haya reservado) a difundir la verdad y defender la libertad. 

El sistema que sostiene el teatrillo impide la difusión de ideas y el acceso a fondos con un propósito fundamental; restringir la libertad.

El hombre libre es el enemigo a batir, es el sujeto a "reconducir" es el "alma a pastorear" hasta dejarlo reducido a un  sumiso contribuyente-consumidor-votante.

El sistema ha conseguido que sus voceros convenzan al personal de que este tipo de análisis es fruto de "teorías conspiratorias" de "locos alucinados" de pobres gentes asociales etc... Es el mismo triunfo del mal al conseguir que se niegue la existencia del infierno o no se hable del maligno.

Hay gentes animosas y bienintencionadas que se integran en los terminales del sistema con la esperanza de cambiar las cosas desde dentro. 
No les quito su mérito, son gente animada por un espíritu sano y una intención loable pero la experiencia enseña que salvo en organizaciones muy locales y periféricas su índice de supervivencia es semejante al de un oficial de carros en una contienda moderna.

La batalla posible (y muy necesaria) hay que darla en la familia, el círculo de amigos, la empresa, la asociación de vecinos, la escuela, el colegio o instituto, la universidad. 

Es en esos niveles dónde con disenso y ejemplo tiene sentido asumir la incomodidad y la soledad de defender ideas que al principio casi nadie quiere oír y mucho menos aceptar. La disidencia en el entorno próximo es un sacrificio mucho más duro que el alzarse en un escaño a dar leña al personal parlamentario.

Defender la libertad, difundir la verdad, hacer el bien y explicar el ideario que nos anima a actuar de esa manera y no de otra es la batalla que podemos y debemos dar. Esa es la única batalla que podemos pelear sin fondos y sin estructura. 

Los rectores del sistema a menudo menosprecian los gestos insignificantes que parecen no tener impacto en la vida ni el destino de las personas.

Se equivocan,  cada corazón conquistado, cada verdad asumida, cada espíritu orientado hacia la libertad auténtica es un grano de mostaza,una promesa de que el día que se den las condiciones habrá harina y levadura para poder hacer una sociedad mejor, más libre, más humana.

No es un triste consuelo, es un cambio radical de planteamiento. 

domingo, 7 de mayo de 2017

APARTADO

Las Ventas esta mañana. El Cepogordismo acude a taquillas a pertrecharse de entradas sueltas para la feria. A gastarse lo que no tiene, a vivir por encima de sus posibilidades, pues a las entradas habrá que sumar el ajetreo, los cigarros de la habana, el ir y venir, las noches sin sueño estudiando los encastes, la caña, el café, la tertulia. Y el cepogordista, de paso, por una módica entrada de un euro se anima a asistir al apartado de la impresionante novillada del Conde de Mayalde que se lidia esta tarde, gran expectación en el patio de caballos dónde se forma una larga cola delante de la puerta que da acceso a los corrales de la plaza, las zahúrdas de Plutón, las tripas del invento, el lugar dónde se cuece el asunto, en parte. Oiga que las cosas vienen ya cocidas. Ya pero es que presentado así daba más misterio a la asunto. Los condesos son impresionantes, verdaderos toros, más que novillos. Cuatro preciosos castaños, dos negros, todos ellos tirando a astifinos y abiertos de pitones conformando un muy amplio e impresionante balcón. ¿Qué juego darán? Con un promedio creemos que de más de 480 kilos, tal vez algún ejemplar venga un poco sobrado de mollas. Es la duda que queda. Por lo demás los condesos, en chiqueros y corrales impresionan y hay a su alrededor un gran ambiente. En la taquilla, un reventa se dirige a un señor que hace cola para ofrecerle unas entradas. Oiga a mi inglés no me hable que soy de Cuenca. A perdone es que como le veía con el pelo así rojito… Sol de mayo, luz sobre la plaza en un ambiente sereno, patio de caballos, guadarnés, tertulia de picadores en un banco a la sombra, salen los inevitables orientales del museo ¡el sostén de la fiesta!, sigue ahí la parra, con el verde de las hojas encendido por el sol, lápidas de mármol recuerdan tardes de triunfo, y la plaza inmensa y soleada espera sin duda esas tardes en las que se cuelga el cartel de no hay billetes.



 EXPECTACIÓN




 SOMBRA Y BALCÓN


 SOMBRA Y BALCÓN, A VER QUIEN SE ASOMA.


 LA PARRA




MODERNEZ: PLAZA Y CALLES JULIO CAMBA, y SANCHO DÁVILA Y AVENIDA DE  LOS TOREROS. ¿IRÁN A POR ELLAS?

jueves, 4 de mayo de 2017

TRISTE Y GRAVOSO TEATRILLO

España, nación europea por mucho que digan lo contrario, no es una excepción. Por estas tierras también se practica la farsa política disfrazada de democracia. 

Las gentes pensantes y algunos votantes  se contentan con la monserga del mal menor y vamos tirando con eso, con el mal, que es "menor" y molesta un poco, pero (creen algunos) no mata. El aborto mata todos los días y es un tema que "repugna" y del que no se habla. ¡No nos moleste con esas cosas que se nos corta la digestión! 

La vida cotidiana del español va transcurriendo de las "Fiestas" (antes Navidades) a las vacaciones (antes Semana Santa) hasta las VACACIONES (el verano, ¡dulce tiempo de tumbona y paella!) pasando por el halloween, el día del padre, el de la madre, la fiesta de la comunidad, el día de los enamorados y el día del "orgullo", no "me se olvide" esa fiesta tan querida hoy día por tirios y troyanos.

El bípedo pensante (raro) y lector (aún más raro) asiste impotente al triste y gravoso teatrillo de los políticos profesionales que se dedican a la progresía subvencionada. 

Uno entra en un partido, medra, obtiene poltrona y a cambio de que predique el pensamiento único de la izquierda universal tiene garantizado un salario generoso y un amplio catálogo de prebendas, incluido el derecho al púlpito de las memeces que es en lo que se han convertido la mayor parte de los medios de comunicación. 
Paradojas de la modernidad, si no fuera por lo digital aquí no se alzaría una sola voz disonante. Ni una.

Escribí hace tiempo que me entristecía ver como los medios de la jerarquía (Cope, 13TV) lejos de apoyar la buena doctrina y dar voz al pensamiento católico (que existe y de excelente calidad) se afanaban en incidir en la pésima conciencia generada en los años del palio y el brazo en alto. ¿hasta cuando seguirán haciéndose perdonar su obvio alineamiento con los únicos que no querían convertirlos en mártires?

La Europa oficial, que es la madre de todos los teatrillos siniestros, tiembla ante la posibilidad de que gane en Francia el Frente Nacional. 

Macron es el delfín que garantiza la continuidad del teatrillo. Le Pen no es Juana de Arco, sino el resultado de una sociedad que revienta por los cuatro costados. 
Lo triste es que Francia haya quedado reducida a Macron y Le Pen. Pero no nos agitemos demasiado, ha pasado otras veces. Recuerden que Francia estuvo partida en dos y que ha sido tierra asolada por guerras y revoluciones. Los nobles y burgueses que aplaudían el fin del antiguo régimen están hoy representados por la masa amorfa que avala el triste y gravoso teatrillo. 

Si tenemos gambas y cañero de birra fría ¿de qué nos quejamos?

Si nos pagan las clases municipales de pilates y el viaje del Imserso ¿de qué nos quejamos?

Si podemos liarnos hoy con la vecina y mañana con su hijo y pasado con la abuela a la que toda la vida conocimos como Paco "el bastones" ¿de qué nos quejamos?

Si podemos divorciarnos express y cagarnos de palabra y obra en todos los símbolos y esencias de la olvidada Patria ¿de que nos quejamos?

Si tenemos (por fin) una "reina" plebeya y progre ¿de que nos quejamos?

Etcétera...

El triunfo del pensamiento único es hoy día total.
Las disidencias (incluida la mía) son eso, disidencias. 

En la URSS al disidente le pegaban un tiro o lo mandaban a Siberia a purgar sus males. En la China con la que todo el orbe hace negocio el disidente es un candidato a la caja de pino o a la húmeda celda junto al río Ling-Po. El pabellón de jade es ahora el pabellón de titanio y la silla de mano del mandarín se fabrica en Reino Unido, Italia o Alemania. A modernos no les gana nadie, pero disidentes no, eso no se puede tolerar.

Si el nuevo Frente Popular llegara al poder, volvería la burra al trigo y comenzarían las purgas y los juicios sumarísimos. Los productores del teatrillo se creen que a ellos no les iban a tocar ni el pelo ni la dehesa, pero están en un craso error, serían de los primeros en ir de cabeza a la trituradora coronada por la siniestra palabra "pueblo".

El pensamiento único de la izquierda no ha perdido su raíz totalitaria. Al final la cuestión consiste en hacerse con el poder para mandar, decidir, controlar y purgar el alma de los que se resistan a convertirse en siervos de la república del pueblo. 

Mientras, cada día se ofrece la función del teatrillo. Un teatrillo caro, muy caro que, claro está, solo pagamos unos cuantos, para eso estamos, para pagar y callar la boca.