Como es habitual, en Julio la capital del reino se cuece y recuece. Se impone la sombra, el gazpacho, los salmonetes fritos y la sangrante rodaja de sandía. El panorama nacional sigue en su atonía tontorrona. Mariano resiste impávido los ataques y Sánchez a lo suyo con el "no" colgado del labio como antaño la colilla de Lucky Luke y la cara de hogaza que se la ha quedao desde el lejano 20 de diciembre, la jornada de los "resultados históricos". De Rivera no sabemos nada nuevo, casi mejor. De Iglesias si sabemos y como ya nos tiene habituados es otra melonada. El gran hermano que vigila incansable los tuiter y los facebuques ha pillado al profeta rojo cometiendo faltas de ortografía en la lengua del Dr. Johnson. ¡Que novedad! Si comete faltas en la lengua de Cervantes cómo no en otras que le son más ajenas, al menos en la práctica. Lo mas chusco no es que se le vean las entretelas del Assimil sino que le atizó a Obama un tomete sobre la brigada Lincoln que es un tema más sobado que las pechugas de la guiri a la que alzaban las avinadas huestes que asistían al chupinazo. Me da que a Obama la brigada Lincoln y el profeta rojo se la traen al pairo. Se me antoja que el tomete con la dedicatoria analfabeta acabará en el almacén de regalos presidenciales junto al tamagochi que canta fados y el abanico fabricado con láminas de madera de palofierro pintado a mano por la sobrina segunda de Rigoberta Menchu. Un gesto más de la infinita banalidad con la que cursan las relaciones internacionales. "Reunirse" diez minutos en un aeropuerto a la hora de la siesta y con el presidente americano que ha demostrado mayor capacidad de escurrir el bulto. Unos ritos bobos que no engañan a nadie y cuya falsedad es sólo superada por las declaraciones de los asistentes a los programas del corazón. La bondad natural queda reflejada, una jornada más, por aquellos que aún mantienen la inocencia y el corazón puro, como ese pequeño aficionado portugués cuyo gesto caballeroso y verdaderamente humano ha dado la vuelta al mundo. Buen ejemplo para los amigos del igualitarismo, midan las reacciones del muchacho y comparen con las de un puñado de canallas que se han alegrado de la trágica muerte del torero en la plaza. Me dirán que no tiene nada que ver, que son cosas distintas. No se engañen, hablamos de lo mismo, de actuar bien o mal en cualquier circunstancia. No todos somos iguales, hay buenos y hay canallas, cada uno se pone en su sitio con sus obras. Puestos a vivir en sociedad, yo prefiero hacerlo con el pequeño portugués que con los hijos del odio, la gente de la entraña negra y la bilis, ese grupo no pequeño de gentes enanas que no saben perder ocasión de mostrarnos el verdadero rostro de su fea entraña.
lunes, 11 de julio de 2016
domingo, 10 de julio de 2016
Don Camilo y el arboreto de Luis Ceballos.
Cepo
gordo es muy devoto de don Camilo. El olvidado don Camilo. Le consagra estos
días la biblioteca nacional una bonita exposición. Don Camilo es como España
áspero y genial. No es para paladares insípidos, para quien no guste de decir
las cosas, ni para las medias tintas. Y don Camilo es compañía para cualquier
momento, por ejemplo para el paseo que hemos dado esta mañana, evocando todo
el tiempo, y por motivos diversos, la memoria de Luis Ceballos, ingeniero
forestal, mientras ascendíamos animosos y acalorados hasta su arboreto.
La salida, pasadas las nueve.
El Monasterio, abandonado ya el camino de la Horizontal.
Helechos.
La floresta.
Olmo de los Llanillos (Ulmus Laevis, 30 metros de altura, 3,15 metros de perímetro).
El pico de Abantos.
Las cumbres sin tinieblas.
El monasterio (O monasteiro, para que nuestro lector gallego no se sienta raro).
Zarzas en flor.
***
sábado, 9 de julio de 2016
DE UN RATO DE LECTURA
T. que es todo un gentleman, se siente muy irritado, hasta casi perder
los estribos, ante las hermenéuticas sexo-místicas tan de moda en los mismos
estudios académicos sobre San Juan de la Cruz, pero no menos ante la literatura
religiosa sobre estos temas que, desde luego, es tan ridícula, y tan
azucaradamente vomitiva. Mañana se irá a su país, y esta noche misma tendrá que
estar en Madrid, así que, cuando salimos de nuestra visita a la iglesia de
Fontiveros, y recapitulando nuestro encuentro, mientras tomamos una taza de
café, me dice que, en suma, tenemos que rezar para que, si no se nos otorga el
don del genio, del que hablaba la Weil, para sentir y contar la desgracia y la
alegría, al menos se nos niegue el talento según las medidas del mundo que nos
ha tocado vivir, y que éste se compre un mono que le ría las gracias.
Le digo a esto que Schopenhaeur decía que “lo que me consuela es que
no soy un hombre de mi tiempo”, y que Louis Calaferte comentaba que eso “más
que una consolación es una salvaguarda”. Y me contesta que no es cierto, que
ese anacronismo, sin el cual no hay
ni siquiera la más elemental cultura, es también un don, y hay que pedirlo.
José Jiménez Lozano
Los Cuadernos de la letra pequeña
Editorial Pre-Textos
jueves, 7 de julio de 2016
HABANOPIPISMO
En la mayoría de los casos, el cepogordismo suscita terribles
reacciones, es una constante fuente de polémicas y nos pasamos el día
eliminando agresivos comentarios y quemando cientos de cartas incendiarias, que
lógicamente arden con suma facilidad.
Sin embargo, en contadas ocasiones recibimos mensajes de otra
naturaleza, de otro nivel, en verdadera sintonía con el más egregio espíritu
cepogordista, incluso si de disentir o simplemente de matizar se trata. Esto es
lo que ha sucedido en el caso de la breve entrada pipista (que no pipera)
publicada ayer. Damos a conocer, para el deleite de nuestros lectores, la breve
y luminosa carta que comentando dicha entrada acabamos de recibir.
Sr.
Cepogordista,
Por
favor explique a sus correligionarios cepogordistas (si le parece oportuno; no
pretendo intervenir en la línea editorial de su excelente publicación) que
"la lentitud, la languidez, el tiempo suspenso" son precisamente lo característico
de la pipa, para no entrar en disquisiciones históricas sobre si la pipa se
difundió en Europa antes o después que el cigarro de tabaco puro, para lo cual
carezco de bagaje.
(Otra
cosa es que la pipa sea más versátil, porque se puede disfrutar incluso
paseando --una especie de pequeña y ridícula superioridad que no estoy
dispuesto a comentar porque opino, con fuerte convicción, que la disposición
competitiva y polémica es intrínsecamente incompatible con el sosiego
filosófico que se requiere para disfrutar correctamente del tabaco).
He
sido fumador de pipa varios años, y después de cigarros, tabacos y puros
(depende de la localización geográfica), durante bastantes más. Ahora ya llevo
muchos (años) retirado de todo ello --como sin duda sabe-- y no soy en absoluto
beligerante. Pero todo tiene un límite. Amicus Plato, sed magis amica veritas.
Un
gran abrazo
A.
miércoles, 6 de julio de 2016
Pipismo crítico.
La Pipa. La cuestión de la pipa no es el habano, ni mucho menos. En la pipa
priman sin duda la belleza del gesto y del objeto sobre el fumar. Belleza,
estética, gesto, no es poca cosa. Pero fumar, fumar, el habano. Porque el
habano tiene como supremo atributo, la lentitud, la languidez, el tiempo
suspenso.
ESPAÑOL SIN FRONTERAS
Leído en la prensa, en la que se puede leer toda clase de cosas, a cada cual peor, normalmente. Este tiene su punto de gracia, al menos para el gusto simplón del cepogordismo neto. Se refiere a un español de sorprendentes giros: “Novia potoca
desgarró a Farfán a punto de perreo”. Es decir, novia baja y entrada en carnes
o rechoncha desgarró (se refiere a una lesión muscular en un muslo) a Farfán
(nombre del futbolista) a punto de perrero (eso ya no lo hemos averiguado,
puede ser lo que cada uno interprete). Esto apareció en un periódico chileno.
El diccionario de la Real Academia recoge el término potoco, como de uso en
Chile y lo deja en rechoncho, nada más.
viernes, 1 de julio de 2016
CAFÉ DE LA GARE. Acotación a ciertos insidiosos comentarios a la entrada anterior que asegura Café está en el sequito de la presidenta.
Me parece obvio que cree el ladrón que todos son de su condición. Es
evidente que el tal Café de la Gare tendrá los defectos propios de su baja
condición, pero a pesar de su oficio, no parece una persona servil y no veo que
se preste a cobijar bajo su mágica sombra a los infames reyezuelos de las mediocres
burocracias contemporáneas. No se arrastra, como parece que harían los
comentaristas de nuestra anterior entrada. No babea ante esas primeras damas de
medio pelo y chancleta que pasean por España soltando repugnantes dosis de
moralina puritana. Ver a la tal Miguela Obama, secundada por la Leti, soltar
discursillos para explicarnos cuales son nuestros deberes y obligaciones hace
que a uno se le revuelva el estómago. Café de la Gare ha servido a damas de
verdadera alcurnia y gloriosa prosapia, a señoras de verdad, y prefiere pasear
la sombrilla por el polígono que arrimarse a semejante gentuza meritocrática, de dudosos
principios, dudosa condición y evidente hipocresía. Y no se diga que eso es así
porque es negra la tronca, que a Café de la Gare, en eso de la negritude a lo Senghor, no le gana
nadie.
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