lunes, 17 de octubre de 2011

El cuarto número: filias y fobias... del 2010.

Filias Y Fobias

- Me gusta Trinidad Jiménez, me gusta su aspecto rotundo y regordete; me flipa con vaqueros ceñidos como las panchitas mientras sus carnazas pugnan por escaparse estallando las apreturas; me gustan sus dientes –sonrisa tiburón-; me gusta cuando habla y sus profundos comentarios.  Y me apasiona cuando abre la boca  y raja y raja sin decir nada. Buena política.

- Me gusta Bibiana con su pelo lacio y su sonrisa de niña traviesa, me admira su conocimiento de la vida laboral, envidio la suerte que tiene para mamar de la teta del Estado sin haber hecho nada de provecho en la vida; me entusiasman sus majaderías e inaneces, o será insensateces? Pero que bien se lo ha montado a sus añitos y su pareja todavía más, faltaría plus, a vivir que son dos días.

- Me gusta Blanco, con su boquita de piñón que parece que se va a dar un pico con Zerolus –sería bonito ver quién envenena a quién-, su vocecita meliflua y ademanes de El Caudillo.

- Me gusta de la Vega, su pelo piolín, sus fantásticos atuendos con los que distrae la atención de su verdadero ser: una eminente magistrada –por el cuarto turno, nadie es perfecto, lo sé-, llena de sabiduría y amor por el trabajo y el prójimo, aunque yo la agradecería que se ocupara un poco menos y se fuera a Valencia a ponerse las botas –de Prada-, de paella; la lucecita de La Moncloa; vaya, no sabía que hubiera tantas coincidencias con la Dictadura; debe ser que Dios los cría y ellos se juntan.

- Me gusta Elena Salgado, menudo regalo, pedazo economista que no nos merecemos; deberíamos promocionarla para Comisaría de economía en la Unión Europea en lugar de Almunia que está ya muy cascado y visto. Además es hombre y no cubre cuota igualitaria. Sería la europea, la economía y potencia intersideral más importante de la galaxia; le ponemos de segunda de a bordo a Leire mofletes y él no va a más.

- Y qué decir de Leire Pajinete: toda una corta pero fructífera vida al servicio del pueblo (papá, mamá y demás familiares). Y disfruta la pobre sufriendo y matándose por la gente, su gente; tanto que ni siquiera tiene tiempo de arreglarse que eso es un lujo de pijos ricos. Avezada discípula de Solchaga (Carlos): aquí el que no se hace rico es…

- De algunas ministras y ministros no puedo decir si me gustan o no porque gozan del preciado don de la transparencia e invisibilidad. Se suponen que existen, pero no se les ve ni se les oye; sólo el cajero del ministerio a fin de mes tiene conocimiento.

- ZP, la conjunción planetaria, el faro que nos guía a las civilizaciones en una unión intergaláctica. Eso de faro me vuelve a recordar a Franco; debe ser un tic que tengo. El hombre que nos ha llevado a las más altas cotas de esplendor económico en paro, déficit, deuda, impuestos, y demás minucias, como unidad de España, etc.., cosas atrasadas de la rancia derecha. Cuando se le jubile –lo antes posible a ver si queda algo del ya solar patrio-, lo ponemos con un turbante mirando a la Meca en las Médulas de León y a ser posible cegar la entrada de la cueva, no sea que le dé otra idea y vuelva. No se confundan es por su propio bien.

- Me gusta el PSOE, un partido honrado, ya desde hace más de cien años –recordemos Asturias-, transparente, respetuoso con la democracia, la justicia, el Parlamento y demás formas del Estado, con la vida, con las leyes; con un fondo monárquico que me encanta: el Estado soy yo, véase Felipe, ZP, Bono, Chaves y muchos más.

- No me gusta el PP, rancia y avejentada derecha, defensores del centralismo y la unidad patria, siempre en contra de cualquier iniciativa a favor del pobre: aborto, enseñanza mediocre sin esfuerzo, independencia de poderes, enriquecimiento rápido. Moralina a tope. Si siempre están pidiendo lo mismo, que aburridos como decía esta semana la ministra  Salgado, no den más la lata: sobran. (Congreso de los Diputados, interpelación del Grupo Popular sobre los créditos otorgados por la Caja de Ahorros de Castilla la Mancha)

- No me gusta Rajoy por calzonazos, por dejar pudrirse los problemas, por ser sonso y encima fumar puros.

- No me gusta Esperanza, por lideresa, por tener los ovarios que otros no tienen aunque se equivoque, por decir pan al pan y vino al vino, por no ser políticamente correcta y porque me sale de los mismísimos, que si no para qué los tengo.

- Me gusta mucho Gallardón, otro ilustre sacrificado de la política, dedicado a joder al pueblo con fruición y si este es de Madrid, mucho más; la agradezco que gracias a sus faraónicas obras tenga que pagar más impuestos y tasas, aunque se me diga que eso no es verdad: no suben, es un espejismo, está usted equivocado y pida perdón. Me gusta que me corte todos los domingos el centro de Madrid donde habito para montar algún evento cuyo único resultado es que me suba la bilis a la boca los domingos y fiestas de guardar. Me gusta su doblez e hipocresía, sus puñaladas por la espalda. Le agradezco que se haya pasado con total cinismo de la alta política (ideología) a la baja y verdadera política (intereses, los suyos claro). Le agradezco sus interminables obras que me han reportado un doble beneficio: ejercicio físico para evitar dejarme los dientes en laguna zanja, y mental: estar alerta para conseguir ver la zanja entre las vallas y no visitar al dentista o al sepulturero, como el pobre joyero de Serrano hace un año.

- Me gustan los políticos y sindicalistas por su encendida defensa de su política –la baja naturalmente-; los tertulianos de la telebasura y demás tertulias, engordando su bolsillo con las miserias del prójimo y opinando sobre todo lo divino y humano con una seguridad y aplomo que parece que hayan hecho un doctorado y tres master en teatro.

- Y me gusta mi pueblo, el pueblo español, ese sufrido al que siempre le dan por detrás, mientras protesta y protesta y se aguanta.

- Yo no quiero ganar la primitiva, ni el euromillón, ni la bono-loto; yo sólo quiero ser POLÍTICO, SINDICALISTA Y TERTULIANO.

- A los de la ceja cultural los dejo para otro día, que se me está revolviendo la ensalada repasando el artículo.

Estas son algunas de mis filias y mis fobias. Lo que pasa es que algunas son mentira y otras verdad o al revés.

Averigüen ustedes sufridos lectores dónde está la verdad y dónde la mentira.


Deca. Octubre del 2010

El cuarto número - una opinión sobre la crisis


La crisis económica consecuencia de la verdadera crisis de España.
Un análisis alternativo y dieciocho medidas urgentes.


Los análisis que a diario nos ofrecen los medios de comunicación de la crisis económica se centran de manera casi exclusiva en la interpretación más o menos interesada de los datos macroeconómicos y la crítica o defensa de la gestión del Gobierno.

La minoría que trata de discernir las causas de la crisis y apuntar soluciones se pierde en la mayor parte de las ocasiones en juegos malabares en torno a cifras y datos que son lanzados desde las oficinas gubernamentales, los medios de comunicación y las entidades financieras.

En estas líneas vamos a presentar una breve reflexión alternativa en la que trataremos de exponer las causas reales de la crisis y esbozaremos las soluciones que podrían aplicarse si los gobernantes fueran tales y estuvieran en condiciones de ejecutar su acción de gobierno.

¿Una crisis o varias crisis?

Comenzando por el principio, debemos precisar a qué crisis nos estamos refiriendo ya que la situación de la economía española se encuentra encuadrada en otra de más amplia que afecta a la economía occidental. Si bien ambas comparten algunas causas y características fundamentales, ni deben ser confundidas ni otorgárseles el mismo valor en cuanto sus consecuencias para España.

Esta precisión resulta pertinente como respuesta al estado de opinión fomentado desde el Gobierno y sus adiposidades que de forma machacona y eficaz no dejan de vincular lo que sucede en España con una suerte de corriente global que nos arrastra sin que aquí nadie pueda hacer otra cosa que ver la televisión, ir al fútbol o celebrar el “día del orgullo Gay”.

De la crisis global no hablaremos hoy ya que es tema profundo y complejo que amerita otras líneas en un próximo número de Cepo, queda precisado por tanto que el objeto de este análisis es nuestra crisis nacional, la  de España.

La economía española hoy.

La sociedad española está enferma y la crisis económica es un síntoma de su enfermedad.

La economía es una manifestación de la acción humana y esta se dirige en uno u otro sentido en función de criterios de valor. Nada sucede de una manera autónoma, no existe el mundo hermético de la economía dónde todo se prefija científicamente.

El mercado no funciona de una forma independiente y caprichosa, la realidad económica no es un mundo autónomo dónde el resto de los fenómenos humanos quedan en suspenso, más bien se trata de lo contrario.

El que de manera poco afortunada han dado en llamar el mapa de la crisis nos ofrece a día de hoy un escenario de desempleo galopante, quiebra técnica del sistema financiero (convenientemente ocultada por las Autoridades), gasto público descontrolado, deuda pública creciente y estancamiento de las actividades comerciales y empresariales.

El actual gobierno es incapaz de resolver ninguno de estos problemas y no solamente por su falta de conocimientos técnicos sino porque las medidas a adoptar chocan frontalmente con sus planteamientos ideológicos. Luchar contra muchos de los problemas que afligen a la nación española y su economía implicaría actuar contra sus intereses de partido y su credo ideológico y vital.

Análisis de las Causas

Podemos encuadrar las causas en cuatro grandes grupos de problemas cuyo orden no es arbitrario y va de menor a mayor en el sentido contrario a su valor trascendente.

-          Modelo político
-          Modelo territorial
-          Modelo económico
-          Modelo social

Crisis del modelo político.

La Constitución de mil novecientos setenta y ocho alumbró alumbro un sistema que dejaba en manos de los partidos políticos el control efectivo de la nación y por ende de la sociedad.

Lejos de servir al ciudadano y estar sometidos a su control, los partidos políticos se han erigido de facto en grupos de poder que cubren con su manto toda la realidad social española.

Estos grupos son los mayores detentadores del poder y su mecanismo de funcionamiento interno y sus relaciones externas están gobernadas por los principios de sumisión, silencio, no oposición y el empleo del vasallaje o la defección como medios de progreso personal.

Si un ciudadano se somete, calla, no se opone y “sirve”, el grupo de poder al que se adscriba en función de criterios de índole pseudo-ideológica lo protegerá y le facilitará el sustento cuando no la fortuna material.

Estos grupos de poder se sirven de los medios de comunicación y del dinero público al que acceden por medio del gobierno de las instituciones para controlar al resto de entes públicos y privados, nada queda fuera de su influencia, Universidades, Academias, Tribunales, Bancos y Grupos Empresariales por citar los más significativos.

La acción de los partidos políticos es la causa fundamental de la crisis económica en España, tanto en la errónea orientación de sus políticas de gobierno cómo en su planteamiento cuyo único valor absoluto es la detentación del poder y su uso como medio de acceso al dinero público y privado y en el caso particular de la izquierda al cambio social por medios aparentemente pacíficos.

Crisis del modelo territorial.

El mismo texto constitucional sentó las bases de un modelo territorial a-histórico, aberrante y sumamente nefasto.

Dejando sin resolver el problema  foral (de hondísimas consecuencias en la Historia de España en los últimos cuatrocientos años) y las disensiones nacionalistas el nuevo orden malbarató el modelo territorial basado en ayuntamientos, provincias y diputaciones substituyéndolo por otro que nos era ajeno y cuyo único fundamento era “contentar a todos” cómo si la organización territorial de la nación fuera poco menos que una baratija puesta a la venta en un zoco.

La creación y desarrollo de las comunidades autónomas y sus entes dependientes ha traído consigo la fragmentación de España en diecisiete repúblicas del absurdo. En cada uno de ellos el grupo de poder correspondiente se dedica a explotar las transferencias efectuadas por el Estado del mismo modo que en la Edad Media se explotaban las herrerías o las aduanas.

El modelo autonómico ha tenido un efecto particularmente pernicioso en la economía al someter la actividad privada a los criterios de oportunidad política e interés ajeno a la naturaleza del negocio jurídico en cuestión.

Comenzando por la legislación y terminando por la ocupación del espacio privado, las Comunidades han ido estableciendo unas condiciones para el desarrollo de las actividades agrarias, mercantiles e industriales que sitúan al operador español en una posición de inferioridad con respecto a su homólogo europeo, americano o asiático.

El otro aspecto esencial y particularmente grave es la financiación de los entes locales y autonómicos que ha dado lugar al incremento incesante de la corrupción y al crecimiento incontrolado del gasto público

Crisis del modelo económico.

Desde mediados de los años setenta –momento de mayor convergencia de nuestra economía con las del resto de países europeos- hemos asistido a la paulatina simplificación de la estructura económica en pos de una supuesta eficiencia basada en lo que según algunos líderes de opinión realmente podemos hacer los españoles poner ladrillos y servir cerveza a los turistas de medio pelo”.

En ese camino plagado de malicia y estupidez se han alcanzado hitos de considerable importancia:

Abandono de la cultura del esfuerzo, el valor del trabajo y el progreso a través de la educación.

Pérdida de capacidad competitiva por causa de la falta de formación, ausencia de obreros y operadores especializados.

Abandono de la agricultura y la ganadería con la consiguiente despoblación de enormes territorios.

Destrucción de la industria pesada y de las industrias auxiliares.

Destrucción de la industria de defensa.

Reducción drástica de la autonomía tecnológica

Privatización de empresas históricas con el consiguiente daño al Patrimonio Nacional (Tabacalera, Telefónica, .etc.).

Desarrollo de una cultura de la subvención pública que conduce a un gasto público desaforado.

Mantenimiento de una legislación laboral obsoleta y sostenimiento artificial de la estructura sindical anacrónica y antisocial.

Y por si todo fuera poco, tras el descalabro socialista llegó la solución aparentemente neo-liberal consistente en malbaratar los ahorros nacionales privatizando las empresas públicas más rentables y fomentar el desarrollo del ladrillo trayendo mano de obra ilegal en régimen de semiesclavitud para ajustar costes y que el “pelotazo” fuera más rentable.

Estas medidas, fomentadas desde el poder público y aplaudidas desde el sector privado, han traído consigo la creación de una estructura económica sumamente endeble.

Como muestra un botón; en las últimas décadas España ha sido una potencia en la exportación de automóviles y componentes de la industria de la automoción pero no ha conservado sus empresas; Seat, Pegaso, Santana.

La fuerza laboral española está en manos de terceros y no hay alternativas de empleo de la misma calidad y nivel retributivo en caso de deslocalización o desaceleración.

El fomento de la construcción y el turismo ha generado cuatro enfermedades graves;

-aumento del empleo precario cuando no de la ilegalidad,
-dependencia del consumo interno.
-creación de grandes masas de dinero negro,
-empobrecimiento de la formación del trabajador.
-cultura del dinero fácil.

Los dos índices que ponen de manifiesto la veracidad de este análisis son el desempleo juvenil que en algunas Comunidades alcanza el cuarenta y cinco por ciento y el desempleo global que ya se encuentra según cifras oficiales en el veintidós por ciento, de tres a cuatro veces el de nuestros competidores en el escenario mundial.

Crisis del modelo social.

Todo lo manifestado en los epígrafes anteriores trae causa única e incuestionablemente de la verdaderamente grave y profunda crisis de España, que no es otra que una crisis de sociedad, es decir una crisis de la persona extrapolada en sus manifestaciones familiar, económica, política.

La sociedad española está en crisis. El español ha perdido el rumbo.

En esta sociedad trabajan diez y viven ciento veinte.

Triunfó como Baal la cultura del dinero, del gasto, de la ostentación, del mal gusto, de la bellaquería. Los grandes símbolos de la España actual son el automóvil de lujo, la querida flaca y zafia de culo enhiesto y pecho hiperbólico, el puterío eslavo y el restaurante ordinario lleno de vinos de autor y lámparas de diseño, todo pagado con dinero público con sangre sudor y lágrimas del estúpido españolito de clase media que asiste embobado y un tanto atemorizado al espectáculo degradante de una sociedad sin horizontes.

Tras la horrible Guerra Civil que nos libró milagrosamente de haber sido la Albania del Sur, la época de Franco supuso un paréntesis de claroscuros que en un sentido duró demasiado y en otros demasiado poco.

La España abyecta de la República se mudó en una nación de sacrificio orden y trabajo.
Los mimbres de aquel milagro los pusieron unos hombres escogidos por la Providencia, unos pocos poetas que miraban a la realidad de España desde los luceros, y otros pocos hijos que avanzaban con la cruz y la boina terciada, unos hombres enteros que murieron dejando que sus ideales los manipularan los industriosos y grises contables del desarrollismo y los profesionales del oportunismo político.

Pese a todo, salimos adelante y el español venido del agro y acostumbrado a poco se sintió rico con su empleo en Galerías Preciados, su autito de fabricación nacional y el piso proporcionado por el Ministerio de la Vivienda.

Y llegaron los setenta, se murió el “viejito sangriento” sin que nadie que lo pensara tuvo lo que hay que tener para mentárselo en vida y comenzó el baile de los malditos.

La famosa transición ni se completó ni sirvió para otra cosa que olvidar unas formas y enriquecerse con el festín de las oportunidades.

Aquellos señores de semblante serio con el bigotillo fino y la chaqueta blanca que proyectaban su saludo romano hacia el amanecer se travistieron en neo-demócratas y neo-progres contribuyendo a deshacer la estructura en la que medraron sin tan siquiera tener la mínima decencia del estómago agradecido.

Y al espectáculo de políticos entregados y sucesores deshaciendo lo que prometieron conservar y proteger se unió el pueblo con sus iniciativas particulares que son siempre enjundiosas y tendentes a lo ruidoso y festivalero, la bulla, la charanga y la verbena y como es costumbre en los pueblos del mediodía, suelen concentrarse en los negocios de la ingle y sus merindades.

La cateta se quitó la faja y se puso el biquini, la mamá le recetó a la niña la píldora, el abuelo abandonó a la abuela y se marchó a Cuba de puterío y todos los nietos lo celebraron ante la vista del párroco que no entendía nada o del curita revolucionario que en los ratos libres que le dejaba predicar al cristo-marxista-que-solo-vino-a-liberar-al-pobre tocaba la guitarra y miraba con ojillos lascivos a la novicia gazmoñosa que pocos años después sería su pareja.

Y aunque muchos no lo vean y otros lo escondan, todas estas manifestaciones están vinculadas por completo a la situación actual de la economía española.

En España la economía no funciona y aumenta la pobreza porque el español ha dejado de trabajar, ha dejado de cumplir los contratos y ha permitido que junto a un cuartel de la Guardia Civil haya un prostíbulo en el que se trafica con la carne y el alma de adolescentes o que con total impunidad se comercie con el aborto y la droga o se de cobijo a la delincuencia internacional.

En “este país” tan feminista y tan progre se están alcanzando las mayores cotas de degradación de la mujer.
La aceptación tácita y explícita del tráfico sexual constituye un ejemplo estremecedor.
En determinadas culturas orientales la prostitución no es una lacra social. En nuestra cultura de raíz cristiana y greco-latina, si. Antes se veía como un vicio censurable, hoy día la mayor parte de los hombres y mujeres de España lo han incorporado como un elemento más de su paisaje.

Otro aspecto de degradación es la pérdida del valor trabajo y el progreso por el mérito personal.

La quiebra del sistema se produce en el momento en que un obrero cualificado cobra menos dinero que un camarero de una discoteca. Si no se entiende que es un hecho anómalo e indeseable, no se entiende nada.

Un Catedrático de Universidad no puede tener una estima social y económica inferior que un Director de Marketing de una multinacional. Si eso sucede, los valores de la sociedad que acepta tal hecho con normalidad se han descolocado o quizá –me temo- han desaparecido.

Cualquier niño o adolescente que no tenga la suerte de haber nacido en una familia con sentido común y sentido moral y que pase varias horas frente a la televisión o conectado a Internet, está expuesto a un mundo cuyos únicos valores son el dinero y la aparente satisfacción de las pulsiones más básicas y animales. Sus modelos de referencia serán presentadores de televisión, barraganas del pseudo-mundo rosa y proxenetas travestidos de empresarios. La mayor estima social la encontrará en el mejor de los casos en deportistas.

Podría continuar con ejemplos e ilustraciones, pero creo que no será necesario. La idea es clara; la España actual ha perdido su estructura de valores y sus referentes.

Estos españoles votan y sostienen el sistema. La mayoría ni siente ni padece cuando no está encantada con el espectáculo, la minoría que es consciente del desastre sufre en un silencio motivado por la falta de recursos o el acceso vedado a los medios de comunicación.

Conclusión; soluciones y realidades.

No deja de tener gracia escuchar hoy día aquello de que “la revolución está pendiente” ya que no deja de ser cierto, aunque quizá no en el mismo sentido que le daban aquellos que lanzaban la proclama.

España como proyecto nacional y su economía tienen solución. Técnica e intelectualmente es perfectamente posible trazar un plan que ejecutado con disciplina retornaría España a una senda de prosperidad y orden ético-moral.

El gran problema es la falta de materia prima humana de calidad intelectual ergo moral.

El problema de España es un problema viejo y terrible. Lo han discutido Sánchez-Albornoz y Américo Castro, lo han analizado con perspicacia intelectuales de todo origen y condición como Costa, Ortega, Conde, Caro Baroja... todos apuntan causas y orígenes, nadie supo hasta hoy dar con la explicación definitiva de ese misterio insondable que es el problema de España.

Una máxima que pude aplicarse sin temor a error es aquella según la cual a medida que España se aparta del camino de la Cruz su proyecto deja de tener sentido. No cabe duda de que en esos términos es dónde debemos de manejarnos para tratar de hallar una explicación razonable. No obstante, esa indagación fundamental supera con creces el propósito de este texto y las capacidades de su autor.

Dicho esto, las soluciones que cabe aplicar para reconducir la situación no pasan de ser  un sueño ya que me consta que no hay formación política con representación suficiente ni grupo de poder en la España actual que sea capaz de sacar adelante un programa de acción que implique:

-una reforma constitucional tan profunda que requeriría su modificación casi por completo ya que .implicaría cambios decisivos en materas esenciales como son los derechos del hombre (aborto, genética, vida y eugenesia, familia...) autonómica, representación política, .etc.

-reforma fiscal integral, sustrayendo el presupuesto del control de los grupos de poder político y reduciendo drásticamente la presión fiscal nacional y local.

-reducción de estructura y centralización de las competencias en interior, justicia, educación y sanidad.

-un cambio en el modelo político eliminando la figura del político profesional, implantando las listas abiertas, la representación territorial directa y la recuperación de unas Cortes fuertes que sean un verdadero freno y control al poder del gobierno.

-un fomento decisivo de la educación y la cultura del mérito personal y profesional.

-reforma de todos los organismos y ente de radio y televisión dependientes del presupuesto público que sean deficitarios reduciéndolos a su tamaño y función imprescindibles.

-implantación de un legislación de protección de la persona que impida la difusión por cualquier medio de noticias, espectáculos y actitudes degradantes; es decir fin de la televisión basura.

-re-diseño de los planes de formación académica y profesional, fomentando la formación de trabajadores cualificados en sectores industriales, alta tecnología... así como las escuelas profesionales.

-un fomento de la familia tendente a mejorar las condiciones de los padres y del hogar con hijos, el cuidado de los niños y mayores y el aumento de la población nacional.

-una reforma integral del Código Civil y el Derecho de Familia adaptándolo a las verdaderas necesidades y problemas de la sociedad actual.

-una reforma integral del Código Penal y sus leyes de desarrollo.

-una reforma integral de la justicia y la policía.

-una reforma integral de la Defensa nacional y de la estructura, composición y misión del los Ejércitos.

-un plan de recuperación económica nacional con el propósito de  acabar con la economía sumergida, el subsidio, el gasto público, la competencia desleal de los entes públicos en el sector privado y la regulación de sectores falsamente des-regulados, así como un plan energético que contemple la energía nuclear y la implantación de un plan hidrológico nacional que sirva para ordenar, crear riqueza y fomentar la cohesión.

-una reforma integral del “marco cultural público” eliminando por completo las subvenciones dejando el desarrollo de las artes a la creatividad personal y la iniciativa privada.

-reforma de las leyes de inmigración, permitiendo la llegada de extranjeros dentro de un marco concreto y controlado que exigirá la plena adaptación a España, adoptando modelo de vida, patrón cultural y lengua, evitando la creación de mini-estados nacionales e “islas étnico-culturales”.

-un plan de fomento de la producción científica y tecnológica nacional, involucrando a las Escuelas e Institutos de Investigación y la empresa privada, con objetivos concretos en campos como; defensa, telecomunicaciones, producción de energía, electrónica, aplicaciones químicas, informática, .etc..

-un plan de fomento de la cultura y tradición nacional, en el sentido de la recuperación histórica, el impulso del patrimonio de bienes culturales y el legado intelectual español en todas sus manifestaciones, así como su proyección a los territorios de la España histórica (Mediterráneo, América, África, Asia..)

Si bien todas las reformas y medidas apuntadas no gozan de la misma importancia ni resulta preciso abordarlas en el mismo plazo, no me cabe duda que en conjunto forman el marco imprescindible para re-orientar la actual situación y sentar las bases para  una sociedad más libre, justa y por ende próspera.

Me consta que estas líneas pueden parecer el delirio de un loco apartado de la realidad. Su contenido no obedece a lo políticamente correcto ni lo comúnmente establecido, se salen del “marco de consenso” y promueven cambios de difícil o casi imposible realización.

Pese a ello, creo que es importante que al menos de forma marginal y casi clandestina afloren otras voces, se aireen otros proyectos, se presenten otras alternativas y se lancen otros retos y que no sea todo la asunción bovina de lo inevitable, el paso lento del buey sin alma camino del matadero que supone la actitud del que piensa que no se puede hacer nada, que no hay otra alternativa.

Hay alternativas, se conocen las soluciones, no todo son frases rimbombantes y juegos macro-nigrománticos de tasas de interés y deudas públicas.

La solución es más simple y en eso encierra su dificultad, en que apela a valores absolutos que demandan de cada uno de nosotros una examen interior una llamada a nuestro yo más profundo.

Resulta posible y sería fundamental cambiar la situación en la que vivimos, negarlo o callarlo resulta insoportable.

Ya no sirve el viejo lamento “me duele España”, la situación ha llegado a tal grado que nos duele el hombre.

Sólo podemos sentirnos vivos si luchamos cada día por la libertad de criterio y mantenemos la cordura. Salgamos al mundo a gritar nuestra verdad llena de esperanza y amor, no tengamos miedo a que nos señalen y  traten de apartarnos.

Sigamos pensando y sintiendo a despecho del ruido que nos rodea y de la sombra que pretende cubrirlo todo para que no veamos la luz, luchemos contra los que pretenden que no abramos los ojos y nos demos cuenta que estamos haciendo un mundo inhumano y por tanto carente de sentido.

Sanglier.

El índice del cuarto número



Contenido
Editorial: el cuarto número.
La crisis económica. Pág. 3.
Filias y Fobias Pág. 12.
Un artículo para el cepo Pág. 15.
Nota urgente de la redacción Pág. 17.
Alfonsito Cabral con un puro. Pág. 19.


Perros, coyotes y circulistas Pág. 22.
Coq au vin a l´Ancienne. Pág. 23.
Mark Twain de la A a la Z. Pág. 24.
Memez Pág. 25.
Donde Tato trata de … Pág. 26.
Galería de fumadores, Mies. Pág. 30.

Cuarto Número Año II número 4.



El cuarto número



Ha terminado el verano. Se ha marchado la estación calurosa, el ferragosto de los italianos, la canícula esteparia, las carreteras enturbiadas por el vapor de la calina en las horas centrales del día. Y con el verano han terminado las vacaciones y el marco de lo cotidiano vuelve a ser el de siempre, lejos del arrullo del mar, la brisa marina, el canto del grillo o el olor del tomillar, según le haya tocado a cada cual.
Hemos querido abrir la editorial de CEPO con una fotografía. Es excepcional, pues no creemos en ese concepto feo y grosero, según el cual, una imagen vale más que mil palabras. Vaya memez. Al menos eso piensa el que esto redacta por encargo de sus compañeros, mientras ellos están como el de la foto, pero sin lago me parece. La imagen viene a cuento por varias razones, todas las que uno sea capaz de inventar, pero principalmente porque ayuda a expresar, con su apariencia de pintura, como nos coge septiembre: meditabundos, tapados, agazapados, envueltos, huraños, escondidos. Y también pensativos. Además el retratado era fumador de puros, los descubrió durante una estancia en Cuba y no dejó de fumar habanos el resto de su vida. Pensamos que hubiera sonreído benevolente ante estas hojillas cigarreras, y tal vez nos hubiera invitado a pasar un rato con él, envueltos en volutas de humo azul.
El cuarto número sale pese a todo, entre septiembre y octubre, cuando lo habíamos pensado para julio. Pero julio ya se sabe, los agobios son tantos: mes lento y empalagoso, mes rápido y agotador, afanes por la preparación de unas vacaciones cada vez más cortas, familias reconvertidas en agencias de colocación, lentitudes, burocracias, acelerones, lanzamiento de hortalizas podridas y gatos muertos, ¡que viene mi tía Enriqueta!, cenamos con los padres, al tío Paco le ha salido un callo, reunión en el colegio, recogidas de niños, despedidas, viajes a Tasmania, compromiso con Abelarda, antigua amiga perdida de vista (la encontramos avejentada y descocada), trabajo hasta arriba, trabajo hasta abajo, dificultad de las distancias, ciudad imposible, achaques de cada uno, picor de cogote... Total, que el papelajo se quedó en el tintero, incluso con alguna colaboración ya lista.
Julio fue mes de Mark Twain y se pensó que la cosa girara alrededor de ese señor, que de haber sabido de nuestras intenciones nos hubiera pateado cierta parte, por la vagancia de aprovechar una efeméride como pretexto. ¿Por qué no la de Conan Doyle, de ese mismo mes, no recordamos si de aniversario, de nacimiento, muerte o extracción de la primera muela? El Sr. Twain tiene razón en su enfado y nos horroriza pensar que por un momento pudimos pensar en seguir la horrible inspiración del calendario. Esto no significa que Twain esté ausente. Verán los que con esta gacetilla se atrevan unas líneas que se refieren a él. Mark Twain fue un gran fumador de puros. Puede que incluso fuera más correcto decir un terrible fumador de puros. Le dedicaremos un día la sección de fumadores ilustres, pues para este número tenemos una sorpresa. Nuestro primer colaborador externo, valiente y atrevido, nos ha enviado un artículo que cumple la doble función de dar vida a ese apartado e introducir por primera vez unas líneas sobre arquitectura en la gacetilla. Por lo demás, cada uno ha hecho lo que ha podido para salir por un momento del mundo propio, y eso es ya de agradecer.